Nos quedamos sin La Llave
![[Img #20646]](upload/img/periodico/img_20646.jpg)
No son buenos tiempos para la cultura ni para nada y sin embargo florecen de forma continuada nuevas tentativas. Este fue el caso de Victoria Ylla, que vino desde Madrid a Astorga con el proyecto de ‘La llave del camino’ bajo el brazo.
Al principio salieron unos números en papel, era una revista que daba cuenta de las actividades culturales que sucedían en Astorga; pero pronto se hizo evidente que la impresión no estaba para bromas, así que se adaptó a los tiempos y transformó ‘La Llave del camino’ en página web . El comercio de Astorga en plena crisis de lo primero que prescinde es de la publicidad -por aquella vieja y malograda consigna de que el buen paño en el arca se vende- y la aportación de las instituciones no pasaba de unas migajas. De estas migajas y de la organización de algún evento de animación sociocultural veníamos sobreviviendo. Ahora las migajas se han ido volando con los pájaros y no queda ni la supervivencia, así que tuvo que chapar.
Hace poco haciendo broma, le preguntaba yo, como en aquella afortunada película de ‘La vida de Brian’: ¿Y además del tejadillo de los perros, las salvas napoleónicas, el arreglo de los baches, las 'amansalvas' de los rusos, la pintura de las rotondas, el descascarillado de los adoquines, la ordenanza de ciudadanía y convivencia -salvas sean la asignatura y las partes-, qué nos han dado estos ‘nuevos romanos’ en lo que a la cultura se refiere? Y antes de que ella dijese nada, fui yo quien lo dije…
Un medio que se pierde es un punto de vista que desaparece. Si la verdad se hace como suma de perspectivas como diría Ortega, la verdad de esta pérdida es la de la amargura. ¡Qué gran soledad de espíritu cuando el punto de vista sea de una sola dimensión!
Con la pura nada y en silencio se va a ir de Astorga Victoria Ylla. Si se diera un paseo por el Consistorio se repetirían los mismos ademanes que ante Santo Toribio. No cabe duda de que la impronta astorgana sigue ahíta.
Se va sin ser sentida ni disentida, por la puerta de atrás, como vino; vuelve a la capital a buscarse la vida en la animación que aquí no le quisimos. Paseará esta vergüenza que siento y con la que disiento por las calles de Madrid.
![[Img #20646]](upload/img/periodico/img_20646.jpg)
No son buenos tiempos para la cultura ni para nada y sin embargo florecen de forma continuada nuevas tentativas. Este fue el caso de Victoria Ylla, que vino desde Madrid a Astorga con el proyecto de ‘La llave del camino’ bajo el brazo.
Al principio salieron unos números en papel, era una revista que daba cuenta de las actividades culturales que sucedían en Astorga; pero pronto se hizo evidente que la impresión no estaba para bromas, así que se adaptó a los tiempos y transformó ‘La Llave del camino’ en página web . El comercio de Astorga en plena crisis de lo primero que prescinde es de la publicidad -por aquella vieja y malograda consigna de que el buen paño en el arca se vende- y la aportación de las instituciones no pasaba de unas migajas. De estas migajas y de la organización de algún evento de animación sociocultural veníamos sobreviviendo. Ahora las migajas se han ido volando con los pájaros y no queda ni la supervivencia, así que tuvo que chapar.
Hace poco haciendo broma, le preguntaba yo, como en aquella afortunada película de ‘La vida de Brian’: ¿Y además del tejadillo de los perros, las salvas napoleónicas, el arreglo de los baches, las 'amansalvas' de los rusos, la pintura de las rotondas, el descascarillado de los adoquines, la ordenanza de ciudadanía y convivencia -salvas sean la asignatura y las partes-, qué nos han dado estos ‘nuevos romanos’ en lo que a la cultura se refiere? Y antes de que ella dijese nada, fui yo quien lo dije…
Un medio que se pierde es un punto de vista que desaparece. Si la verdad se hace como suma de perspectivas como diría Ortega, la verdad de esta pérdida es la de la amargura. ¡Qué gran soledad de espíritu cuando el punto de vista sea de una sola dimensión!
Con la pura nada y en silencio se va a ir de Astorga Victoria Ylla. Si se diera un paseo por el Consistorio se repetirían los mismos ademanes que ante Santo Toribio. No cabe duda de que la impronta astorgana sigue ahíta.
Se va sin ser sentida ni disentida, por la puerta de atrás, como vino; vuelve a la capital a buscarse la vida en la animación que aquí no le quisimos. Paseará esta vergüenza que siento y con la que disiento por las calles de Madrid.




