El crucero de Piedralba arrancado al olvido colectivo y a la despoblación
Paso a paso, gota a gota, algunos pueblos de Maragatería van recuperando parte de la memoria colectiva que la despoblación ha ido dejando por el camino. Quienes se empeñan en bucear en el pasado para recobrar el patrimonio rural, forman parte de un reducido grupo de personas cuyo esfuerzo imprimido a base de quitar horas a su tiempo libre o al sueño, lo entregan para rellenar las páginas en blanco de la intrahistoria de nuestros pueblos. Es el caso de David Andrés Fernández, tamboritero y nuevo poblador de Piedralba desde 2014, que ha ofrecido su curiosidad y sus manos para rescatar el crucero.
![[Img #20793]](upload/img/periodico/img_20793.jpg)
Son esas gestas que plantan cara al abandono que ha traído consigo la huida a las ciudades. En la cruz que hoy vuelve a lucir al lado de la iglesia de Piedralba hay una historia recuperada que ni los más viejos del pueblo recordaban. David Andrés ha tenido que acudir a varias fuentes históricas para rastrear y documentar la existencia de la cruz de madera probablemente ligada a las rogativas, esos ritos cristianos en cuyas plegarias priman las referencias a los frutos abundantes, a la multiplicación del trigo, a que los pájaros tengan alimento, los lirios se llenen de color y a la fertilidad para el trabajo de los hombres.
Despojado de sentido en un pueblo donde la agricultura se ha reducido a los huertos familiares, el crucero tallado por David Andrés adquiere una importancia vital equiparable a la alegría que transmite en estos pueblos ver levantar cada casa renacida de las ruinas. Menéndez Pelayo lo expresó nítidamente en este pensamiento: "Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentarán más y más la lobreguez de la noche".
Siguiendo el rastro del crucero
El rastro del crucero no fue fácil seguirlo. "De Piedralba no existe mucha documentación -asegura David Andrés- porque los libros del Concejo desaparecieron. Suponemos que estuvieron en Santiagomillas" pero el incendio que calcinó el Ayuntamiento destruyó una base documental importante. Tuvo que acudir a los libros de fábrica custodiados en el Archivo Diocesano para encontrar un documento de 1765 "sobre el gasto de la hechura o compostura del poyo de la cruz frente a la iglesia, que costó cuatro reales. Hace 251 años que se restauró aunque la gente no lo conociera". Lo que le puso sobre la pista fue el libro 'La Somoza de Astorga' de Raúl Blanco donde se puede leer que 'frente a la iglesia parroquial había una cruz sobre un poyo, el cual fue restaurado en el año 1765', igual desapareció hace más de 100 años por eso ya nadie lo recuerda".
![[Img #20794]](upload/img/periodico/img_20794.jpg)
Los testimonios recopilados entre la gente del pueblo sitúan un crucero en las proximidades de la iglesia, en la zona que "llamaban Barrio de la Cruz o Barrio de en medio", asegura David. En la actualidad está detrás de la pista del cuadro 'Crucero de Piedalba' pintado en 1920 por Demetrio Monteserín, una obra mostrada en la exposición antológica de su obra en 1942 en el Palacio de los Guzmanes de León, "hizo dos cuadros de Piedralba, uno de ellos es del crucero pero no sabemos si es de éste" o de otro que en su día existió en otra plaza.
La cruz tallada por David Andrés está construida con la madera de negrillo de los cargaderos de una puerta de una casa levantada en Villamejil en 1945. "Lo que más nos costó fue sacar las puntas y los clavos porque ¿sabes lo que le dice el negrillo a la punta?, 'clavar me clavarás pero no me sacarás', así que queda siempre el rabo dentro y tienes que trabajar para sacarlo", asegura el carpintero.
Ahora en la madera de negrillo bien curada y tratada para que los insectos, la lluvia ni el sol la deteriore, figuran las inscripciones JHS, Jesús Hombre Salvador con la corona de espinas y los tres clavos de la Pasión, INRI, a un lado y otro alfa y omega y también el cristograma PX. Gracias a las expertas manos de David, al menos en una década la dureza del negrillo está a salvo de la carcoma del olvido.
![[Img #20793]](upload/img/periodico/img_20793.jpg)
Son esas gestas que plantan cara al abandono que ha traído consigo la huida a las ciudades. En la cruz que hoy vuelve a lucir al lado de la iglesia de Piedralba hay una historia recuperada que ni los más viejos del pueblo recordaban. David Andrés ha tenido que acudir a varias fuentes históricas para rastrear y documentar la existencia de la cruz de madera probablemente ligada a las rogativas, esos ritos cristianos en cuyas plegarias priman las referencias a los frutos abundantes, a la multiplicación del trigo, a que los pájaros tengan alimento, los lirios se llenen de color y a la fertilidad para el trabajo de los hombres.
Despojado de sentido en un pueblo donde la agricultura se ha reducido a los huertos familiares, el crucero tallado por David Andrés adquiere una importancia vital equiparable a la alegría que transmite en estos pueblos ver levantar cada casa renacida de las ruinas. Menéndez Pelayo lo expresó nítidamente en este pensamiento: "Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentarán más y más la lobreguez de la noche".
Siguiendo el rastro del crucero
El rastro del crucero no fue fácil seguirlo. "De Piedralba no existe mucha documentación -asegura David Andrés- porque los libros del Concejo desaparecieron. Suponemos que estuvieron en Santiagomillas" pero el incendio que calcinó el Ayuntamiento destruyó una base documental importante. Tuvo que acudir a los libros de fábrica custodiados en el Archivo Diocesano para encontrar un documento de 1765 "sobre el gasto de la hechura o compostura del poyo de la cruz frente a la iglesia, que costó cuatro reales. Hace 251 años que se restauró aunque la gente no lo conociera". Lo que le puso sobre la pista fue el libro 'La Somoza de Astorga' de Raúl Blanco donde se puede leer que 'frente a la iglesia parroquial había una cruz sobre un poyo, el cual fue restaurado en el año 1765', igual desapareció hace más de 100 años por eso ya nadie lo recuerda".
![[Img #20794]](upload/img/periodico/img_20794.jpg)
Los testimonios recopilados entre la gente del pueblo sitúan un crucero en las proximidades de la iglesia, en la zona que "llamaban Barrio de la Cruz o Barrio de en medio", asegura David. En la actualidad está detrás de la pista del cuadro 'Crucero de Piedalba' pintado en 1920 por Demetrio Monteserín, una obra mostrada en la exposición antológica de su obra en 1942 en el Palacio de los Guzmanes de León, "hizo dos cuadros de Piedralba, uno de ellos es del crucero pero no sabemos si es de éste" o de otro que en su día existió en otra plaza.
La cruz tallada por David Andrés está construida con la madera de negrillo de los cargaderos de una puerta de una casa levantada en Villamejil en 1945. "Lo que más nos costó fue sacar las puntas y los clavos porque ¿sabes lo que le dice el negrillo a la punta?, 'clavar me clavarás pero no me sacarás', así que queda siempre el rabo dentro y tienes que trabajar para sacarlo", asegura el carpintero.
Ahora en la madera de negrillo bien curada y tratada para que los insectos, la lluvia ni el sol la deteriore, figuran las inscripciones JHS, Jesús Hombre Salvador con la corona de espinas y los tres clavos de la Pasión, INRI, a un lado y otro alfa y omega y también el cristograma PX. Gracias a las expertas manos de David, al menos en una década la dureza del negrillo está a salvo de la carcoma del olvido.






