Exclusión
Según el Instituto Nacional de Estadística, hay un 28.6% de los españoles en riesgo de pobreza y exclusión social. Estas personas tienen dificultades para llegar a fin de mes, lo que significa que no les llega para pagar la calefacción o comer carne o pescado un par de veces a la semana. No pueden afrontar gastos extraordinarios, es decir, les cuesta lo indecible llevar a sus hijas al dentista o pagar una silla de ruedas o una residencia a sus mayores. Por no hablar de pasar una semana de vacaciones. ¡Qué les pregunten a nuestros hosteleros si pueden mantener sus negocios contando con que vengan a llenar sus mesas los turistas del este o las marquesas sus habitaciones!
¿Qué ya hemos salido de la crisis? Circula por ahí un chiste con mucho humor negro que más o menos dice: ”¿Qué país es este donde la clase obrera no tiene obra, la clase media no tiene medios y la clase alta tiene tan poca clase que tiene la pasta escondida en un paraíso fiscal?”
Menos bromas. Lo escribí antes de las fallidas elecciones de diciembre, las autoridades -las de verdad- nos advertían del incumplimiento de las condiciones pactadas. Seis meses más tarde nos anuncian multas milmillonarias y nuevos recortes. Mientras el presidente de los grandes empresarios nos dice que los contratos fijos son una antigualla. ¡Toma recuperación!
Sí, ya sé que la ministra de Trabajo se encomendaba a la virgen, pero cada día soy más descreído. Sí, me falta fe o ilusión, esa que también nos reclaman los nuevos héroes de la nueva política. En esta nueva campaña ya volvemos a oír hablar de líneas rojas, de quien facilitó o impidió que se formara gobierno. Ahora, nuestros héroes políticos, y la mayoría de los opinólogos, nos plantean como la gran cuestión a resolver, con quien se va a pactar para el futuro gobierno. Retórica, los pactos se harán dependiendo de la confianza que los ciudadanos les demos a cada uno. Ya buscaran después las explicaciones para contarnos que es lo que más nos conviene.
No, no es con quien, lo importante es qué van a pactar. Los grandes discursos no dan de comer, así que menos postureo y más propuestas que se puedan tocar.
Volviendo a los héroes. Hace no mucho tiempo tuve ocasión de ir al teatro y ver la obra de Bertold Brecht ' Vida de Galileo'. En una escena uno de los personajes le dice a Galileo: “Pobre del país que no tiene héroes”. A lo que Galileo responde “Pobre del país que necesita héroes”.
Pues eso, no nos salven la vida, con que nos la hagan un poco más llevadera va valiendo.
Y, como dicen en los toros, “que dios reparta suerte”. Se lo desea un antitaurino poco creyente.
Según el Instituto Nacional de Estadística, hay un 28.6% de los españoles en riesgo de pobreza y exclusión social. Estas personas tienen dificultades para llegar a fin de mes, lo que significa que no les llega para pagar la calefacción o comer carne o pescado un par de veces a la semana. No pueden afrontar gastos extraordinarios, es decir, les cuesta lo indecible llevar a sus hijas al dentista o pagar una silla de ruedas o una residencia a sus mayores. Por no hablar de pasar una semana de vacaciones. ¡Qué les pregunten a nuestros hosteleros si pueden mantener sus negocios contando con que vengan a llenar sus mesas los turistas del este o las marquesas sus habitaciones!
¿Qué ya hemos salido de la crisis? Circula por ahí un chiste con mucho humor negro que más o menos dice: ”¿Qué país es este donde la clase obrera no tiene obra, la clase media no tiene medios y la clase alta tiene tan poca clase que tiene la pasta escondida en un paraíso fiscal?”
Menos bromas. Lo escribí antes de las fallidas elecciones de diciembre, las autoridades -las de verdad- nos advertían del incumplimiento de las condiciones pactadas. Seis meses más tarde nos anuncian multas milmillonarias y nuevos recortes. Mientras el presidente de los grandes empresarios nos dice que los contratos fijos son una antigualla. ¡Toma recuperación!
Sí, ya sé que la ministra de Trabajo se encomendaba a la virgen, pero cada día soy más descreído. Sí, me falta fe o ilusión, esa que también nos reclaman los nuevos héroes de la nueva política. En esta nueva campaña ya volvemos a oír hablar de líneas rojas, de quien facilitó o impidió que se formara gobierno. Ahora, nuestros héroes políticos, y la mayoría de los opinólogos, nos plantean como la gran cuestión a resolver, con quien se va a pactar para el futuro gobierno. Retórica, los pactos se harán dependiendo de la confianza que los ciudadanos les demos a cada uno. Ya buscaran después las explicaciones para contarnos que es lo que más nos conviene.
No, no es con quien, lo importante es qué van a pactar. Los grandes discursos no dan de comer, así que menos postureo y más propuestas que se puedan tocar.
Volviendo a los héroes. Hace no mucho tiempo tuve ocasión de ir al teatro y ver la obra de Bertold Brecht ' Vida de Galileo'. En una escena uno de los personajes le dice a Galileo: “Pobre del país que no tiene héroes”. A lo que Galileo responde “Pobre del país que necesita héroes”.
Pues eso, no nos salven la vida, con que nos la hagan un poco más llevadera va valiendo.
Y, como dicen en los toros, “que dios reparta suerte”. Se lo desea un antitaurino poco creyente.




