Los versos encendidos por el alma de una joven poeta
La ilustradora Nuria Antón Airún, presentó en Veguellina de Órbigo su libro de poesía 'Versos encendidos'. El libro viene prologado por Cristina Martínez Gago, con ilustraciones de la propia autora
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Pienso que los ‘Versos encendidos’ de Nuria Antón hubieran podido formar parte de aquella ya célebre antología: ‘Poesía para los que no leen poesía’, realizada por Hans Magnus Enzensberger con el ánimo de difundir la escritura lírica; y lo digo por la claridad, por la luz que viene del cielo, por el don que propagan. Nadie podrá decir al escuchar un poema de su libro: “No entiendo nada”. Quien escuche, quién lea, estos poemas no necesitará de ese recogimiento, de esa intimidad, de ese tú a tú que reclamaba uno de los asistentes al acto, pues hablan por encima del ruido, no lo tienen como pretexto de oscuridad.
Manuela Bodas, que junto con el concejal de Cultura, Bal Ferrero presentó a Nuria Antón, dijo de ‘Versos encendidos’ que “es una casa de luz donde se dibujan deseos, certidumbres, caminos por donde transitan los días. Es una casa encendida llena del alma de una poeta joven que nos impregna de su emotiva energía…Nuria se encarga también de las hermosas y alusivas ilustraciones que a lo largo de las páginas nos van dejando un poquito más de ella…Sus versos son un tránsito de emociones que van persiguiendo la calma, el encuentro, el lugar en donde reposar la sal que no llega del mar.”
![[Img #22275]](upload/img/periodico/img_22275.jpg)
Manuela Bodas también indicaba que el libro consta de tres partes, una primera donde expresa sus sentimientos, otra referida al Mundo, donde Nuria aborda los asuntos de la realidad que le preocupan especialmente, como la violencia infantil o la violencia de género etc y una tercera parte en “la que escribe un poco a su yo, o su yo se escribe a sí misma, o el tú que todos llevamos dentro escribe para ella…” De la primera parte comenzó leyendo Manuela: “Bajo sus alas, diluyéndose en sal / está el ayer.”
Luego fue un continuo fluir en la lectura, un toma y daca de versos surgidos de los componentes de la mesa, un florilegio de poemas del libro y otros que la autora llevaba en cartera, haciendo grata la sesión y celebrada por el público asistente.
![[Img #22274]](upload/img/periodico/img_22274.jpg)
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Pienso que los ‘Versos encendidos’ de Nuria Antón hubieran podido formar parte de aquella ya célebre antología: ‘Poesía para los que no leen poesía’, realizada por Hans Magnus Enzensberger con el ánimo de difundir la escritura lírica; y lo digo por la claridad, por la luz que viene del cielo, por el don que propagan. Nadie podrá decir al escuchar un poema de su libro: “No entiendo nada”. Quien escuche, quién lea, estos poemas no necesitará de ese recogimiento, de esa intimidad, de ese tú a tú que reclamaba uno de los asistentes al acto, pues hablan por encima del ruido, no lo tienen como pretexto de oscuridad.
Manuela Bodas, que junto con el concejal de Cultura, Bal Ferrero presentó a Nuria Antón, dijo de ‘Versos encendidos’ que “es una casa de luz donde se dibujan deseos, certidumbres, caminos por donde transitan los días. Es una casa encendida llena del alma de una poeta joven que nos impregna de su emotiva energía…Nuria se encarga también de las hermosas y alusivas ilustraciones que a lo largo de las páginas nos van dejando un poquito más de ella…Sus versos son un tránsito de emociones que van persiguiendo la calma, el encuentro, el lugar en donde reposar la sal que no llega del mar.”
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Manuela Bodas también indicaba que el libro consta de tres partes, una primera donde expresa sus sentimientos, otra referida al Mundo, donde Nuria aborda los asuntos de la realidad que le preocupan especialmente, como la violencia infantil o la violencia de género etc y una tercera parte en “la que escribe un poco a su yo, o su yo se escribe a sí misma, o el tú que todos llevamos dentro escribe para ella…” De la primera parte comenzó leyendo Manuela: “Bajo sus alas, diluyéndose en sal / está el ayer.”
Luego fue un continuo fluir en la lectura, un toma y daca de versos surgidos de los componentes de la mesa, un florilegio de poemas del libro y otros que la autora llevaba en cartera, haciendo grata la sesión y celebrada por el público asistente.
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