Aposematismo
NICOLÁS PÉREZ HIDALGO /
El aposematismo, es un fenómeno ampliamente extendido en la naturaleza que consiste en presentar rasgos llamativos que alejen a los potenciales depredadores, a modo de señalización de advertencia. La palabra se compone de dos raíces griegas: apo, que significa 'lejos' o 'aparte'; y sema, 'señal' y es básicamente lo contrario de camuflaje o mimetismo, un fenómeno éste, tan común y extendido como el anterior.
Este fenómeno es muy raro en las plantas, pero mucho más común en animales, principalmente en insectos. Se trata de una estrategia frecuentemente utilizada por animales que poseen características peligrosas, como aguijones, venenos o un sabor desagradable. Lo más habitual es el uso de combinaciones de colores, pero no es raro el uso de señales acústicas o químicas para ahuyentar a sus enemigos. Este tipo de señales, exige una identificación clara de las mismas por parte de los depredadores, que tienen que aprender a distinguirlas, aunque algunos muestran una predisposición instintiva para evitar a los individuos que las poseen. Entre los ejemplos más conocidos están las avispas y abejas, cuyos patrones de bandas o manchas de colores contrastados les convierten en verdaderos semáforos vivientes que advierten de su peligrosidad.
Íntimamente ligado al aposematismo está el mimetismo batesiano, fenómeno por el que muchas especies inofensivas imitan los colores de insectos peligrosos como una estrategia 'deshonesta', que se beneficia del rechazo que los predadores muestran ante los portadores de tales señales de advertencia. Es frecuente en un grupo de moscas, los sírfidos, que imitan la coloración de avispas y abejas, y así librarse de sus depredadores.
Algunos políticos, llevan años utilizando ambas estrategias, la aposemática y la mimética, en función de sus intereses, que no son otros que obtener el poder y con ello recursos económicos para sí mismos. Unos, se mimetizan con el medio para pasar desapercibidos, para no manifestar su mediocridad e incompetencia, mientras otros despliegan 'colores llamativos', principalmente en los medios de comunicación o alardean de inexistentes o dudosas habilidades en actividades que ellos mismos se encargan de organizar y pagar con nuestro dinero. Actividades éstas que solo sirven para el engrandecimiento de su nombre y gloria y para crear un sistema perfecto de clientelismo y amiguismo digno de estudio y denuncia.
Aunque nos parezca lejano aún, para ellos ya está aquí el momento de las elecciones y por lo tanto seguir viviendo de los impuestos públicos (algunos es lo único que tiene para poder sobrevivir), por ello redoblan sus esfuerzos en aposematizarse o mimetizarse. A nosotros nos corresponde la ardua labor de aprender a distinguir estos comportamientos mentirosos y estudiar con detalle a nuestros cargos públicos. Es muy fácil, sólo hay que poner atención, tener un poco de memoria a medio y corto plazo, y aplicar siempre la siguiente premisa: un político, mientras no demuestre lo contrario, miente siempre para obtener un beneficio personal, aunque nosotros no seamos capaces de percibirlo o nos falten datos para confirmarlo.
NICOLÁS PÉREZ HIDALGO /
El aposematismo, es un fenómeno ampliamente extendido en la naturaleza que consiste en presentar rasgos llamativos que alejen a los potenciales depredadores, a modo de señalización de advertencia. La palabra se compone de dos raíces griegas: apo, que significa 'lejos' o 'aparte'; y sema, 'señal' y es básicamente lo contrario de camuflaje o mimetismo, un fenómeno éste, tan común y extendido como el anterior.
Este fenómeno es muy raro en las plantas, pero mucho más común en animales, principalmente en insectos. Se trata de una estrategia frecuentemente utilizada por animales que poseen características peligrosas, como aguijones, venenos o un sabor desagradable. Lo más habitual es el uso de combinaciones de colores, pero no es raro el uso de señales acústicas o químicas para ahuyentar a sus enemigos. Este tipo de señales, exige una identificación clara de las mismas por parte de los depredadores, que tienen que aprender a distinguirlas, aunque algunos muestran una predisposición instintiva para evitar a los individuos que las poseen. Entre los ejemplos más conocidos están las avispas y abejas, cuyos patrones de bandas o manchas de colores contrastados les convierten en verdaderos semáforos vivientes que advierten de su peligrosidad.
Íntimamente ligado al aposematismo está el mimetismo batesiano, fenómeno por el que muchas especies inofensivas imitan los colores de insectos peligrosos como una estrategia 'deshonesta', que se beneficia del rechazo que los predadores muestran ante los portadores de tales señales de advertencia. Es frecuente en un grupo de moscas, los sírfidos, que imitan la coloración de avispas y abejas, y así librarse de sus depredadores.
Algunos políticos, llevan años utilizando ambas estrategias, la aposemática y la mimética, en función de sus intereses, que no son otros que obtener el poder y con ello recursos económicos para sí mismos. Unos, se mimetizan con el medio para pasar desapercibidos, para no manifestar su mediocridad e incompetencia, mientras otros despliegan 'colores llamativos', principalmente en los medios de comunicación o alardean de inexistentes o dudosas habilidades en actividades que ellos mismos se encargan de organizar y pagar con nuestro dinero. Actividades éstas que solo sirven para el engrandecimiento de su nombre y gloria y para crear un sistema perfecto de clientelismo y amiguismo digno de estudio y denuncia.
Aunque nos parezca lejano aún, para ellos ya está aquí el momento de las elecciones y por lo tanto seguir viviendo de los impuestos públicos (algunos es lo único que tiene para poder sobrevivir), por ello redoblan sus esfuerzos en aposematizarse o mimetizarse. A nosotros nos corresponde la ardua labor de aprender a distinguir estos comportamientos mentirosos y estudiar con detalle a nuestros cargos públicos. Es muy fácil, sólo hay que poner atención, tener un poco de memoria a medio y corto plazo, y aplicar siempre la siguiente premisa: un político, mientras no demuestre lo contrario, miente siempre para obtener un beneficio personal, aunque nosotros no seamos capaces de percibirlo o nos falten datos para confirmarlo.




