Óscar González García
Domingo, 11 de Septiembre de 2016

La crisis del antiguo régimen en Astorga

El pasado miércoles 17 de agosto se presentó en la sala Ergástula del Museo Romano de Astorga el número 34 de la revista Astórica, editada por el Centro de Estudios Astorganos Marcelo Macías. Desde hace pocos años, la línea editorial del Centro busca dedicar la sección principal de estos volúmenes –A Fondo– a un campo diferente del saber, siempre en relación con la ciudad y sus comarcas aledañas, habiendo sido éste último orientado hacia la Historia, concretamente a La crisis del Antiguo Régimen en Astorga, premisa que también lleva por título. Por este motivo Astorga Redacción publica ahora la reseña de Óscar González centrada en la sección temática 'A fondo'

 

[Img #24251]

 

 

El volumen está coordinado, no podía ser de otro modo, por Arsenio García Fuertes y Manuel Jesús Álvarez García, quienes además aportan sus artículos. Como bien señalan en su introducción, los trabajos que lo integran vienen a completar una serie de estudios que han visto la luz durante los años coincidentes con el bicentenario de la guerra de Independencia y con los actos conmemorativos de los sitios de nuestra ciudad: la monografía de García Fuertes sobre el sitio de 1812, la de Manuel Jesús sobre poder local, y la obra colectiva Más que una guerra: Astorga y el Noroeste de España en el conflicto peninsular (1808-1814), en la que tuve el placer de colaborar.

 

Este ejemplar es, por tanto, la guinda de un pastel histórico que ha constituido un hito importante en la reciente historiografía del siglo XIX, no ya solo de Astorga, sino a nivel global, pues la historia universal se nutre por fuerza de las pequeñas aportaciones locales.

 

Cuando recibí el encargo de escribir esta reseña no pude evitar dirigirme inmediatamente a la sección Conversaciones pues, como antiguo alumno, colega y amigo del profesor Carantoña, la curiosidad me empujó a ello. Francisco Carantoña Álvarez es uno de los mayores expertos en Historia Contemporánea de España, especialmente en cuanto tiene que ver con el periodo estudiado en la revista, y podemos contar por decenas sus publicaciones. Entrevistado por Arsenio García Fuertes destapa sus inquietudes, no solo históricas, y se muestra preocupado, por ejemplo, por la situación actual de la educación; más concretamente por la de la enseñanza de la Historia, lo que comparto con él. Además, el lector curioso podrá encontrar en la conversación numerosas reseñas bibliográficas que colmarán sin duda la curiosidad histórica de cualquiera.

 

Del conjunto de seis artículos que forman la sección antes referida, destaco los tres primeros por ser los que más contenido local tienen y, por lo tanto, más van a incumbir al público habitual de Astórica. Los tres restantes abordan asuntos no carentes de interés pero en los que se puede notar menor correspondencia con el tema propuesto. Todos ellos han sido escritos por historiadores con una larga trayectoria de publicaciones, a algunos de los cuales me une el afecto personal, por lo que ha sido a la vez un placer y una responsabilidad analizar sus obras; las abordaré una por una:

 

[Img #24253]

 

Manuel Jesús Álvarez García – “En los orígenes de la ciudadanía y la representación: mayo de 1813. Doscientos años de las primeras elecciones en el partido de Astorga”.

 

En unos tiempos en que los españoles estamos siendo convocados con asiduidad a las urnas, el trabajo de Manuel Jesús Álvarez resulta fundamental para comprender la importancia de la participación ciudadana en las decisiones políticas, lo que ha costado a nuestra sociedad la implantación de la democracia y lo diferentes que han sido tanto los procesos electorales como los sistemas de sufragio a lo largo de la Historia.

 

El autor nos explica el procedimiento mediante el cual las provincias españolas, entre ellas León, comenzaron a tener representación en las primeras sesiones de Cortes celebradas en Cádiz desde el año 1810. En aquel momento, las vicisitudes de la ocupación francesa provocaron que el proceso electoral no fuera llevado a cabo con normalidad en territorio leonés; así, solo en 1813 pudieron ejecutarse elecciones libremente según lo dictado en la Constitución de 1812. Además de explicarnos las complejidades de un sistema de votación indirecto y muy poco democrático (no participaron las mujeres y el sufragio entre los hombres resultó bastante reducido), Manuel Jesús analiza la importante presencia e influencia del estamento eclesiástico en aquellos comicios, no solo en lo que concierne a Astorga, sino a toda la provincia. Ese hecho se manifestó, por ejemplo, en que uno de los elegidos como diputado para las Cortes fuera el entonces obispo, Manuel Vicente Martinez Jiménez, cuyos preceptos ideológicos eran claramente opuestos a la legislación gaditana y no llegó a ocupar su escaño.

 

 

Arsenio García Fuertes – “Astorga según los padrones de 1792 y 1837. Cambios sociales y económicos de una sociedad local en la transición del Antiguo Régimen”.

 

García Fuertes se aleja del ámbito bélico, para analizar de forma pormenorizada la composición de la población Astorgana a través de dos riquísimas fuentes cómo son los padrones de 1792 y 1837. En un estudio ilustrado por múltiples gráficas y series numéricas, nos muestra como Astorga tenía ya a finales del siglo XVIII un marcado carácter urbano, dedicándose la mayor parte de su población activa a oficios que englobaríamos en los actuales sectores secundario y terciario. El abastecimiento de productos primarios provendría de las comarcas que circundan la urbe. Destaca el autor la importante presencia de miembros del clero en ambos momentos y la existencia de un numeroso grupo de personas dedicadas al servicio doméstico, lo que denota que había una importante población pudiente que lo demandaba.

 

No deja de analizar además las importantes consecuencias demográficas y económicas que la guerra de la Independencia, que tuvo lugar en un momento intermedio entre la elaboración de los dos censos citados, tuvo para la capital maragata.

 

En definitiva, se trata de un estudio que encantará a los amantes de los datos estadísticos y nos ayudará a imaginar cómo fueron y a qué se dedicaron las gentes que vivían en nuestra misma ciudad hace unos 200 años.

 

[Img #24255]

 

Miguel Ángel González García – “Sermones contestados en la catedral de Astorga en el siglo XIX (apunte de homilética y política)”.

 

González García se vale del estudio de una fuente de uso tan poco habitual como son los sermones pronunciados en la catedral de Astorga por diversos eclesiásticos durante el reinado de Fernando VII, para analizar la ideología que los salpicó en aquellos tiempos convulsos y la trascendencia social que determinadas lecturas tuvieron en nuestra localidad.

 

Destaca el autor la época de la guerra de la Independencia como aquella en la que los púlpitos comenzaron a utilizarse de manera generalizada para difundir ideas políticas, hecho alentado evidentemente por la situación de un país en plena transición del Antiguo Régimen al Nuevo, y por la desaparición de la presión inquisitorial que trajo consigo la legislación gaditana. No hay que olvidar que las predicaciones en las iglesias servían para difundir información entre un pueblo mayoritariamente iletrado desde hacía siglos.

 

Como bien nos recuerda este artículo, el reinado de Fernando VII tuvo varios periodos que alternaron políticas absolutistas y liberales según el momento, y por tanto se difundieron mensajes de uno u otro calado con especial trascendencia. De todas aquellas situaciones, resulta especialmente interesante el enfrentamiento entre el obispo liberal Guillermo Martínez Riaguas, quien dirigió la diócesis en los años del Trienio Constitucional y en 1824 hasta su muerte, con otros importantes clérigos de tendencias más conservadoras y que produjeron bastante escándalo en el cabildo. Les invito a que investiguen este hecho tan interesante en las páginas de la revista…

 

 

Antonio Lorenzana Fernández – “Los colegios de la Compañía de Jesús en León y Villafranca del Bierzo (1571-1767). Extinción de sus temporalidades”.

 

Si bien desde mi punto de vista el artículo de Antonio Lorenzana puede parecer un tanto alejado del espacio y el tiempo que la publicación plantea, interesará a quienes gusten de conocer la historia de la orden de los jesuitas, probablemente la más famosa regla religiosa de cuantas hayan existido. El autor, reconocido especialista en el conocimiento de la sociedad e instituciones políticas y religiosas leonesas de finales del siglo XVIII, expone los pormenores de la presencia en territorios de nuestra actual provincia de dos colegios fundados por la Compañía de Jesús en Villafranca del Bierzo y en León y los bienes de que dispusieron hasta el momento de la expulsión de su orden en tiempos de Carlos III.

 

De interés para el lector astorgano puede ser la existencia de indicios de un intento de fundación de un colegio jesuita que no llegaría a buen puerto…

 

 

Manuel I. Olano Pastor – “El linaje de los López Carvajal y su vinculación con Bembibre y Astorga”.

 

En su breve exposición, Olano nos presenta a la familia López Carvajal, de origen zamorano y asentada en Bembibre desde 1618; en esa localidad destacaría como la más importante en los siguientes siglos. De especial interés para el lector de Astórica será el semblante de Clemente López Carvajal, quien ocupó diversos cargos de importancia en Astorga y se integró en la Junta Local de Defensa y Armamento de la ciudad en el momento de la invasión francesa. La presión enemiga le devolvió a tierras bercianas, donde moriría en 1812.

 

 

 

[Img #24254]

 

José María Espinosa de los Monteros – “Álvarez Acevedo y Espinosa de los Monteros. Dos militares liberales doceañistas comprometidos”.

 

Durante los años del conflictivo reinado de Fernando VII, quien como todos sabemos restableció el absolutismo a su regreso de Francia en 1814, los pronunciamientos militares comenzaron a hacerse habituales, tónica que no cambiaría ya en todo el siglo XIX. Uno de los que triunfaron fue el dirigido por el teniente coronel Riego a comienzos de 1820 en Cabezas de San Juan, que trajo la restitución de la Constitución de Cádiz.

 

Aunque Riego ha llevado la fama de aquellos hechos, su iniciativa no se vio completada tan solo con su acción, sino que esta hubo de ser apoyada por otros militares que también se levantaron en otros puntos de España. Fue ese el caso de los liberales Carlos Espinosa de los Monteros y Félix Álvarez Acebedo en La Coruña, ambos excombatientes en la guerra de Independencia.

 

Sobre su acción de febrero de 1820 en defensa de la Constitución gaditana apoyando a Riego versa el último artículo de la sección principal de la revista, aunque se centra más en el segundo por razones evidentes: sobrevivió al primero y fue antepasado del autor del artículo. En cuanto al leonés Acevedo, moriría en Padornelo el 9 de marzo en acción de batalla, lo que le valió para pasar a la Historia como héroe defensor del orden constitucional y para ser nombrado benemérito de la patria.

 

La revista queda completa con la inclusión de la sección Miscelánea y con algunas reseñas y críticas de libros de reciente publicación, además de las crónicas de algunos sucesos culturales acaecidos en el último año.

 

Cualquier aficionado a la Historia encontrará interesante en mayor o menor medida esta publicación, dependiendo de cuáles sean los ámbitos de esta ciencia que llamen más su atención. Me queda la duda que como historiador me asalta ya desde hace un tiempo sobre si los científicos estamos demasiado apegados a reflejar el rigor de nuestro trabajo en el papel en interminables páginas repletas de notas al pie…

 

No me entiendan mal, una ciencia debe tener metodología y rigor, pero en el caso de la Historia es posible que las publicaciones así presentadas dejen de ser atractivas. No para el público instruido en la materia y acostumbrado a lidiar con el formato, sino para el espectador general; ese lector curioso que quiere saber más cosas sobre su ciudad, sobre un paisano de otra época o acerca de un momento concreto… ¿no se echa para atrás al ver ante sus ojos tal cantidad de referencias bibliográficas y documentales? No quisiera que se entendiera esta afirmación como una crítica sino como una llamada a la reflexión. ¿Llegaría la Historia a más manos si hubiera una alternativa más divulgativa en la publicación de las investigaciones que los profesionales desarrollan? Pensemos en ello mientras disfrutamos de este nuevo trocito de cultura que nos regala el Centro de Estudios Astorganos.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.