La poesía moral de Luis Alberto de Cuenca
Luis Alberto de Cuenca es un poeta que goza por igual —lo que no suele ser frecuente— del favor de la crítica y del público. De lo primero da fe, por ejemplo, el último Premio Nacional de Literatura, concedido a Cuadernos de vacaciones; de lo segundo, las continuas reediciones y antologías de su obra poética. La editorial Renacimiento, en la que vieron la luz hace varias décadas La caja de plata (1985), El otro sueño (1987) y El hacha y la rosa (1993), ha publicado más recientemente varias antologías del poeta madrileño: De amor y amargura (2003), Su nombre era el de todas las mujeres (2005) —que llega ya a la quinta edición— y Por las calles del tiempo (2011). En el caso de las dos primeras se trataba de antologías temáticas, mientras la última era una selección personal del propio autor.
Luis Alberto de Cuenca, Abre todas las puertas, Sevilla, Renacimiento, 2016, 211 pp., 12 €.
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A todas ellas se suma ahora Abre todas las puertas (2016), preparada por Victoria León. El subtítulo, Antología 1972-2014, puede resultar engañoso, en el sentido de que puede sugerir que se trata de una antología general; pero basta con leer el prólogo, titulado “La poesía moral de Luis Alberto de Cuenca”, para percibir que la selección de poemas obedece a un criterio temático. En efecto, la interpretación de la poesía de Luis Alberto de Cuenca propuesta por la antóloga resulta bastante inusitada y, en consecuencia, original. Por ello, la primera parte de su prefacio está dedicada a justificar ese sentido moral, así entendido “en la medida en que persigue en el poema el cumplimiento de un proceso catártico: la recreación de una multiplicidad de experiencias psicológicas que el poeta aspira a compartir con el lector” (p. 8). Y más adelante interpreta toda su trayectoria como una evolución en la que “se han encontrado y han acabado fundiéndose el poeta lúdico que exalta cuanto de juego y evasión de la realidad hay en el arte y el poeta moral que afirma el valor radical absoluto de la vida (y de la literatura como poderosa fuerza vital y proveedora de paradigmas éticos)” (p. 11).
A partir de este planteamiento, analiza toda la obra poética de Luis De Cuenca, incidiendo en su progresiva impregnación de un carácter moral desde La caja de plata; carácter que se hace más explícito en Por fuertes y fronteras y que adquiere su máxima expresión en su último y premiado poemario, Cuaderno de vacaciones. Asimismo es de destacar el breve comentario —a veces, de poco más de una línea— dedicado a todos los poemas incluidos en la antología (pp. 13 y ss.). Así pues, queda claro, a partir de la lectura de la introducción, que estamos, en realidad ante lo que se podría denominar con toda exactitud una “antología moral” de la poesía luisalbertiana, aunque, según reconoce Victoria León y como bien muestra la propia selección de poemas, De Cuenca “no es un moralista al uso” (p. 43).
Por otro lado, el hecho de que, según nos advierte en el prólogo, la selección de textos haya sido “cuidadosamente corregida y revisada por el autor” añade otro indudable punto de interés. Como es bien sabido, De Cuenca ha venido sometiendo su obra poética a un continuo proceso de revisión, de manera que muchos textos presentan variantes textuales —a veces muy significativas— en sus sucesivas ediciones. Este hecho que resulta de obligada atención para el estudioso, también es interesante para el lector de su poesía.
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Así, a este no le pasará inadvertido, por ejemplo, el cambio de título del poema de La caja de plata 'Isabel', que después de treinta años se transforma —tal vez de manera no muy justificada— en 'Beatriz' (p. 63). Pero también, por poner otro ejemplo, un texto mucho más reciente —en este caso de Cuaderno de Vacaciones— como 'Caverna perpetua' pasa a titularse ahora 'Desde la caverna' (p. 180). En cambio, en otros casos, se recupera la redacción original —o una muy próxima a la original—, desechando versiones posteriores. Es lo que sucede en 'Pasión, muerte y resurrección de Propercio de Asís' (p. 45) o “Julia” (p. 66), que aparte de otras variantes, en algún momento llevaron los títulos respectivos de 'Propercio y Cintia' o 'La despedida'.
Por último, es de destacar la inclusión de cinco composiciones inéditas: 'Variación sobre un paisaje de Fausto' (p. 205), 'Variación sobre otro paisaje de Fausto' (p. 206), 'La chica victoriana de la foto' (p. 207), 'Amor sin barreras' (pp. 208-209) y 'Camino de regreso' (p. 210). En definitiva, si cualquier antología de Luis Alberto de Cuenca constituye siempre una grata invitación a la lectura —o la relectura— de su obra, Abre todas las puertas, tanto por su original enfoque como por las primicias que ofrece al lector, resulta especialmente sugestiva.
Luis Alberto de Cuenca, Abre todas las puertas, Sevilla, Renacimiento, 2016, 211 pp., 12 €.
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A todas ellas se suma ahora Abre todas las puertas (2016), preparada por Victoria León. El subtítulo, Antología 1972-2014, puede resultar engañoso, en el sentido de que puede sugerir que se trata de una antología general; pero basta con leer el prólogo, titulado “La poesía moral de Luis Alberto de Cuenca”, para percibir que la selección de poemas obedece a un criterio temático. En efecto, la interpretación de la poesía de Luis Alberto de Cuenca propuesta por la antóloga resulta bastante inusitada y, en consecuencia, original. Por ello, la primera parte de su prefacio está dedicada a justificar ese sentido moral, así entendido “en la medida en que persigue en el poema el cumplimiento de un proceso catártico: la recreación de una multiplicidad de experiencias psicológicas que el poeta aspira a compartir con el lector” (p. 8). Y más adelante interpreta toda su trayectoria como una evolución en la que “se han encontrado y han acabado fundiéndose el poeta lúdico que exalta cuanto de juego y evasión de la realidad hay en el arte y el poeta moral que afirma el valor radical absoluto de la vida (y de la literatura como poderosa fuerza vital y proveedora de paradigmas éticos)” (p. 11).
A partir de este planteamiento, analiza toda la obra poética de Luis De Cuenca, incidiendo en su progresiva impregnación de un carácter moral desde La caja de plata; carácter que se hace más explícito en Por fuertes y fronteras y que adquiere su máxima expresión en su último y premiado poemario, Cuaderno de vacaciones. Asimismo es de destacar el breve comentario —a veces, de poco más de una línea— dedicado a todos los poemas incluidos en la antología (pp. 13 y ss.). Así pues, queda claro, a partir de la lectura de la introducción, que estamos, en realidad ante lo que se podría denominar con toda exactitud una “antología moral” de la poesía luisalbertiana, aunque, según reconoce Victoria León y como bien muestra la propia selección de poemas, De Cuenca “no es un moralista al uso” (p. 43).
Por otro lado, el hecho de que, según nos advierte en el prólogo, la selección de textos haya sido “cuidadosamente corregida y revisada por el autor” añade otro indudable punto de interés. Como es bien sabido, De Cuenca ha venido sometiendo su obra poética a un continuo proceso de revisión, de manera que muchos textos presentan variantes textuales —a veces muy significativas— en sus sucesivas ediciones. Este hecho que resulta de obligada atención para el estudioso, también es interesante para el lector de su poesía.
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Así, a este no le pasará inadvertido, por ejemplo, el cambio de título del poema de La caja de plata 'Isabel', que después de treinta años se transforma —tal vez de manera no muy justificada— en 'Beatriz' (p. 63). Pero también, por poner otro ejemplo, un texto mucho más reciente —en este caso de Cuaderno de Vacaciones— como 'Caverna perpetua' pasa a titularse ahora 'Desde la caverna' (p. 180). En cambio, en otros casos, se recupera la redacción original —o una muy próxima a la original—, desechando versiones posteriores. Es lo que sucede en 'Pasión, muerte y resurrección de Propercio de Asís' (p. 45) o “Julia” (p. 66), que aparte de otras variantes, en algún momento llevaron los títulos respectivos de 'Propercio y Cintia' o 'La despedida'.
Por último, es de destacar la inclusión de cinco composiciones inéditas: 'Variación sobre un paisaje de Fausto' (p. 205), 'Variación sobre otro paisaje de Fausto' (p. 206), 'La chica victoriana de la foto' (p. 207), 'Amor sin barreras' (pp. 208-209) y 'Camino de regreso' (p. 210). En definitiva, si cualquier antología de Luis Alberto de Cuenca constituye siempre una grata invitación a la lectura —o la relectura— de su obra, Abre todas las puertas, tanto por su original enfoque como por las primicias que ofrece al lector, resulta especialmente sugestiva.






