Silencio..., se rueda
"¡Grabando!", dice con autoridad Tomás Valle, y un coche oscuro avanza por la calle San Javier hacia la Plaza de la Semana Santa. Los grafiti de la antaño Plaza de la Culebra ni se inmutan con la actividad que a esta hora de la mañana de sábado despliega el equipo de grabación de 'Mis alas', la dura historia de una mujer obligada a prostituirse, una historia real que encarnan Sonia Quintans, Matías Álvarez Puente, Silvia Rivera y Yésica de la Fuente.
![[Img #29378]](upload/img/periodico/img_29378.jpg)
Orden a orden, plano a plano, foto a foto, avanza la grabación de la primera escena. "Hay que repetir. ¡Pablo, no dejes pasar a nadie y cuidado con el micro..., se refleja en el coche!", detalles que Tomás Valle y su hijo David controlan desde la pantalla de ordenador, mientras Alejandro Álvarez y Luis Martínez manejan las cámaras y controlan el sonido... "¡Silencio total, tiene que oírse el vómito!"...., y Sonia Quintans sale por tercera del coche, conducido por Matías Álvarez, interpretando a la prostituta vomitando. La historia va a ser dura de ver y a los espectadores nos va a hacer reflexionar sobre las duras experiencias vitales a las que se enfrentan las mujeres obligadas a vender sus cuerpos.
![[Img #29379]](upload/img/periodico/img_29379.jpg)
![[Img #29380]](upload/img/periodico/img_29380.jpg)
Finaliza la grabación de la escena y, al fin, podemos hablar con Tomás Valle que se acerca con una sonrisa de oreja a oreja: "ha sido un éxito porque sólo hemos tenido que repetir alguna como cuatro veces. Estoy contento, los dos protagonista lo han hecho muy bien y el equipo ha funcionado como si hubiéramos trabajado toda la vida juntos", asegura encantado, mientras de fondo se oyen las risas del equipo mostrando el 'buen rollo' que impera entre la veintena de personas que participan en el rodaje delante y detrás de las cámaras.
Han sido las primeras tomas del nuevo cortometraje de Tomás Valle que se grabará hasta finales de mayo. En esta primera jornada las cámaras recogen los paisajes de la Plaza de la Semana Santa, El Carrascal y La Brecha ya por la noche la 'troupe' rodará en la discoteca del Hostal La Paz.
Como se desean entre los artistas... ¡Tomás, mucha mierda!
Orden a orden, plano a plano, foto a foto, avanza la grabación de la primera escena. "Hay que repetir. ¡Pablo, no dejes pasar a nadie y cuidado con el micro..., se refleja en el coche!", detalles que Tomás Valle y su hijo David controlan desde la pantalla de ordenador, mientras Alejandro Álvarez y Luis Martínez manejan las cámaras y controlan el sonido... "¡Silencio total, tiene que oírse el vómito!"...., y Sonia Quintans sale por tercera del coche, conducido por Matías Álvarez, interpretando a la prostituta vomitando. La historia va a ser dura de ver y a los espectadores nos va a hacer reflexionar sobre las duras experiencias vitales a las que se enfrentan las mujeres obligadas a vender sus cuerpos.
Finaliza la grabación de la escena y, al fin, podemos hablar con Tomás Valle que se acerca con una sonrisa de oreja a oreja: "ha sido un éxito porque sólo hemos tenido que repetir alguna como cuatro veces. Estoy contento, los dos protagonista lo han hecho muy bien y el equipo ha funcionado como si hubiéramos trabajado toda la vida juntos", asegura encantado, mientras de fondo se oyen las risas del equipo mostrando el 'buen rollo' que impera entre la veintena de personas que participan en el rodaje delante y detrás de las cámaras.
Han sido las primeras tomas del nuevo cortometraje de Tomás Valle que se grabará hasta finales de mayo. En esta primera jornada las cámaras recogen los paisajes de la Plaza de la Semana Santa, El Carrascal y La Brecha ya por la noche la 'troupe' rodará en la discoteca del Hostal La Paz.
Como se desean entre los artistas... ¡Tomás, mucha mierda!
