La solitaria
NICOLÁS PÉREZ HIDALGO /
Las tenias o cestodos, son unos animales parásitos que se caracterizan por tener cuerpos largos, planos y segmentados, y carecer de tubo digestivo, por lo que deben absorber todos sus nutrientes a través de la piel. Una de las estructuras más especializadas es el escólex, que es un órgano de fijación que está provisto de ventosas u órganos similares que portan ganchos o tentáculos espinosos con los que se agarran a sus huéspedes. Presentan un ciclo vital complejo en el que requieren generalmente al menos dos hospedadores. Con frecuencia uno de los hospedadores intermedio es un invertebrado y el adulto es parásito del tubo digestivo de los vertebrados.
Los parasitólogos conocen más de 1.000 especies de cestodos que infestan a casi todas la especies de vertebrados y los adultos normalmente causan poco perjuicio a sus hospedadores. Varias especies afectan en mayor o menor medida al hombre, por comer carnes o pescados crudos o mal cocinados (el cestodo del cerdo, la tenia de los peces) o por no guardar hábitos higiénicos al estar en contacto con perros o zorros (la tenia del perro, la tenia del quiste hidatídico o la tenia del quiste hidatídico multilocular). La más frecuente de todas las tenias es la tenia de la vaca (Taenia saginata) que es una cinta que en estado adulto vive en el tubo digestivo del hombre y en forma juvenil se aloja en el tejido muscular del ganado. El adulto alcanza los 10 metros y está compuesto por 2.000 segmentos que llevan las larvas infestantes.
Los complejos ciclos vitales de los parásitos, la variedad de sus formas y estados y el que su presencia no se notara demasiado, han hecho que un buen número de ellos pase las inspecciones 'sanitarias' y que la infestación con parásitos sea más común de lo deseado. A bote pronto, me vienen a la mente varios de estos parásitos cuyos ciclos (currículos) como parásitos han sido largos, pasando de huésped a huésped (de institución en institución), y es previsible que lo continúen siendo.
Qué decir de los consejeros de nuestras cajas que tienen la cara de justificar sus viajes de placer a tierras lejanas, como 'jornadas de formación'. Qué decir de esos que lo mismo se presentan a alcaldes con un partido, que con otro con una ideología diametralmente opuesta, y han conseguido enquistarse en el sillón consistorial. Qué decir de esos que van en las listas de concejales exigiendo cobrar por serlo, porque no tienen ni oficio ni beneficio, y se vive bien enganchado a la pared de la bolsa de los impuestos.
Y qué decir de esas especies de funcionarios docentes de nuestra universidad, cuyo ciclo vital se ha especializado en ir al despacho a leer el periódico digital, a escuchar música o a trabajar para la empresa privada. Aunque sin duda, uno de los casos más espectaculares que conozco es el de quien va a jugar al solitario en su ordenador, horas y horas, utilizando la brillante estrategia de colocar otro documento debajo de la pantalla y abrirlo cuando se acerca 'el enemigo' a su puerta, para así aparentar que se está trabajando en una sesuda investigación. Propongo que el ministro Wert, ahora que está con eso de las reformas educativas, regale una baraja de cartas a cada docente universitario, para que no tenga que jugar al solitario en el ordenador, ya que al menos, esta solitaria, no gastaría luz y no desarrollaría el síndrome del túnel carpiano, que ya va camino de ello de tanto darle al ratón.
NICOLÁS PÉREZ HIDALGO /
Las tenias o cestodos, son unos animales parásitos que se caracterizan por tener cuerpos largos, planos y segmentados, y carecer de tubo digestivo, por lo que deben absorber todos sus nutrientes a través de la piel. Una de las estructuras más especializadas es el escólex, que es un órgano de fijación que está provisto de ventosas u órganos similares que portan ganchos o tentáculos espinosos con los que se agarran a sus huéspedes. Presentan un ciclo vital complejo en el que requieren generalmente al menos dos hospedadores. Con frecuencia uno de los hospedadores intermedio es un invertebrado y el adulto es parásito del tubo digestivo de los vertebrados.
Los parasitólogos conocen más de 1.000 especies de cestodos que infestan a casi todas la especies de vertebrados y los adultos normalmente causan poco perjuicio a sus hospedadores. Varias especies afectan en mayor o menor medida al hombre, por comer carnes o pescados crudos o mal cocinados (el cestodo del cerdo, la tenia de los peces) o por no guardar hábitos higiénicos al estar en contacto con perros o zorros (la tenia del perro, la tenia del quiste hidatídico o la tenia del quiste hidatídico multilocular). La más frecuente de todas las tenias es la tenia de la vaca (Taenia saginata) que es una cinta que en estado adulto vive en el tubo digestivo del hombre y en forma juvenil se aloja en el tejido muscular del ganado. El adulto alcanza los 10 metros y está compuesto por 2.000 segmentos que llevan las larvas infestantes.
Los complejos ciclos vitales de los parásitos, la variedad de sus formas y estados y el que su presencia no se notara demasiado, han hecho que un buen número de ellos pase las inspecciones 'sanitarias' y que la infestación con parásitos sea más común de lo deseado. A bote pronto, me vienen a la mente varios de estos parásitos cuyos ciclos (currículos) como parásitos han sido largos, pasando de huésped a huésped (de institución en institución), y es previsible que lo continúen siendo.
Qué decir de los consejeros de nuestras cajas que tienen la cara de justificar sus viajes de placer a tierras lejanas, como 'jornadas de formación'. Qué decir de esos que lo mismo se presentan a alcaldes con un partido, que con otro con una ideología diametralmente opuesta, y han conseguido enquistarse en el sillón consistorial. Qué decir de esos que van en las listas de concejales exigiendo cobrar por serlo, porque no tienen ni oficio ni beneficio, y se vive bien enganchado a la pared de la bolsa de los impuestos.
Y qué decir de esas especies de funcionarios docentes de nuestra universidad, cuyo ciclo vital se ha especializado en ir al despacho a leer el periódico digital, a escuchar música o a trabajar para la empresa privada. Aunque sin duda, uno de los casos más espectaculares que conozco es el de quien va a jugar al solitario en su ordenador, horas y horas, utilizando la brillante estrategia de colocar otro documento debajo de la pantalla y abrirlo cuando se acerca 'el enemigo' a su puerta, para así aparentar que se está trabajando en una sesuda investigación. Propongo que el ministro Wert, ahora que está con eso de las reformas educativas, regale una baraja de cartas a cada docente universitario, para que no tenga que jugar al solitario en el ordenador, ya que al menos, esta solitaria, no gastaría luz y no desarrollaría el síndrome del túnel carpiano, que ya va camino de ello de tanto darle al ratón.