Samuel Yebra Pimentel
Jueves, 19 de Octubre de 2017

El Museo chino de Astorga que no mostrará Baidu

 

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Hay algo que se les escapa a los chinos cuando Baidu, su buscador más populoso, se compromete a divulgar los museos astorganos en la ‘Enciclopedia & Digital Museum’, y es que los visitantes que se alleguen a Astorga correrán peligro de altísima contaminación mistagógica.


En Astorga encontrarán facilidades para zafarse de las visitas dirigidas por los comisarios ad hoc de su gobierno y entregarse a iniciativas religiosas terminantemente prohibidas en su país de origen.


Su asombro sería supremo si llegaran a participar en los rituales de la Casa de la Misericordia y de la Adoración Nocturna recién recuperados para el santuario de Fátima. (Antes ya se celebraron en la Iglesia de San Miguel). Esta costumbre 'adoratriz' tiene una larga tradición, remontándose cuanto menos al 16 de agosto de 1734, cuando se funda la “Cofradía de la Esclavitud de María y Hermanos Esclavos de la Virgen, dedicados al alivio y socorro de las benditas Ánimas del Purgatorio.”


Quedaba dicho en aquellas constituciones que el número de esclavos debería de permanecer siempre el mismo, en Astorga y en el orbe entero; de modo que “cuando faltare algún cofrade, se ha de procurar reemplazar siempre otro en su lugar.”


No carece de esclavitud o de condena el país en el que va a difundirse la pasión abismática de nuestro misticismo (la pela), -un palacio episcopal rayano en el fervorín litúrgico, una forma edificante de majestuosa visión anacrónica, reivindicativa de los valores más rancios; otrosí una cárcel de esclavos para museo de horrores romanos.- Por cierto, podrían haber incluído en esa plataforma la colección etnográfica de la China que atesoran los redentoristas.

 

705 millones de usuarios posee Baidu, el motor más populoso de búsqueda chino, con el que nuestro regidor Arsenio García ha firmado convenio de colaboración. Nadie que se sepa ha firmado, ni él ni Trump, documento alguno de manumisión. La esclavitud debe permanecer constante, el dolor del universo también.

 

Nadie supongo en el momento de esa firma se acordaría de las denuncias de las organizaciones de Derechos Humanos sobre la actual dureza en el castigo de los disidentes chinos, del férreo control que ejerce el partido en el gobierno sobre los medios de comunicación, de la censura en Internet (con la excepción de Baidu), de la gran cantidad de condenados y presos por diferencias de opinión por los cuales también habríamos de rogar y, como bien dijo nuestro obispo cuando la inauguración de la Casa de la Misericordia, ofertarles "atención, escucha y amor fraterno” en la esperanza al menos de que no dejarían de pasar por la nuestra muy leal y benemérita ciudad y agradecérnoslo (y dejaran también la pela).


La población astorgana está muy bien informada, y algunos de sus regidores también, sabe lo que pasa en ese otro mundo tras de la muralla. Ello incita nuestro ánimo benefactor invitando al pueblo chino a que se acerque y contemple la maravilla de los romanos, la fantasía teopoética de Gaudí y los vivos misterios más sorprendentes que los de Orfeo que aquí se manifiestan, sin olvidarnos de la Semana Santa, por Dios.

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