Bienaventurados los valientes (De corazón)
![[Img #32875]](upload/img/periodico/img_32875.jpg)
A todos vosotros, compañeros, amigos…
Que os habéis dejado la piel en el intento de dignificar el concepto del arte, de hacer un cine de calidad, de escribir honestamente y buscando la excelencia en vuestros guiones, relatos, novelas o poemas, a pesar de las circunstancias adversas…
A los que, al decidir el tema de vuestras obras, os apartasteis conscientemente de lo manido, de los caminos trillados que mejor podían funcionar comercialmente, sabiendo que lo controvertido podía acarrearos padecimientos futuros, o el hecho de explorar la biografía de una persona insigne y con ostensibles méritos, pero que resultaba incómoda para las instituciones y mandamases de uno u otro signo, conllevaría la incomprensión, la crítica exacerbada e incluso el boicot deliberado de vuestra obra…
A los que decidisteis asesorar con vuestra mejor intención y después usurparon vuestras ideas sin la menor consideración, ni apenas una mención…
A todos los que habéis sufrido tanto en el proceso de gestación de vuestros proyectos como en las vacuas promesas para una financiación después retirada, sin saber que con la frivolidad de sus decisiones os condenaban a asumir deudas astronómicas; o bien os perjudicaron en su distribución, a los que recibisteis la petición expresa de los gestores culturales para que no las promocionarais vosotros cuando ya habían decidido no hacerlo ellos, o encontrabais las salas cerradas por algunas autoridades que aceptaban primero su proyección cumpliendo con un envenenado paripé, para que así nadie pudiera cuestionar su actitud, sabiendo que después la impedirían…
Bienaventurados vosotros, porque en muchas ocasiones ha sido el propio espectador, los ciudadanos que habían sufrido las mismas injusticias y ahora se veían reflejados en vuestra obra, los que ha logrado que las reabrieran, incluso se han comprometido organizando proyecciones al aire libre, en las ‘plazas públicas’, eternas ágoras o entornos naturales que no poseen dueño ni están sujetos al capricho de quienes detentan su usufructo. Ese público más espontáneo y consciente siempre ha llenado esos foros y ha admirado vuestro talento, el mérito y la sinceridad que esas obras emanaban…
No os preocupéis porque en ocasiones incluso hayáis recibido humillaciones de responsables culturales, de certámenes o festivales locales, en el fondo sabíais que con vuestra elección de defender al humilde, al marginado o al olvidado, de dar a conocer la vida y obra de quienes fueron ignorados por intereses de diversa índole, estabais cumpliendo con una labor aún más honesta y que sin duda os honra…
Sabed que esos cargos a los que a veces sólo se accede por un interés personal, en los que se cultiva más la pose ‘cara a la galería’ y cuya designación responde al intercambio de favores (los llaman “de confianza”) antes que a un concurso de méritos, son pasajeros; y sin embargo la obra permanece, en algunos casos incluso ha llegado a ser declarada de interés cultural cuando traspasan las fronteras que urden máximas como “nadie es profeta en su tierra”… Pondremos ejemplos de todo ello…
Habéis sido valientes, sed ahora perseverantes, no desfallezcáis ante esos múltiples avatares y desventuras, incluso éstos obedecen a su propia lógica interna…
Compañeros, amigos, sé que muchos de vosotros habéis tenido en ocasiones que supeditar vuestra pasión, o combinarla con otros empleos necesarios para sobrevivir… La docencia también os honra… Es una profesión encomiable…
Pero sabed también que merced al paso del tiempo y a la constancia asumida, surgen historias de quienes han logrado esa universalidad, firmando ahora producciones con sus artistas y técnicos soñados, viendo su obra reconocida y premiada…
A todos vosotros, compañeros, amigos…
(En sucesivas entregas iremos mostrando la vida y obra de cineastas que tuvieron innumerables dificultades y sufrieron inexplicables asechanzas en sus inicios para finalmente lograr ese definitivo reconocimiento gracias a esa renovada fortaleza interna)
A todos vosotros, compañeros, amigos…
Que os habéis dejado la piel en el intento de dignificar el concepto del arte, de hacer un cine de calidad, de escribir honestamente y buscando la excelencia en vuestros guiones, relatos, novelas o poemas, a pesar de las circunstancias adversas…
A los que, al decidir el tema de vuestras obras, os apartasteis conscientemente de lo manido, de los caminos trillados que mejor podían funcionar comercialmente, sabiendo que lo controvertido podía acarrearos padecimientos futuros, o el hecho de explorar la biografía de una persona insigne y con ostensibles méritos, pero que resultaba incómoda para las instituciones y mandamases de uno u otro signo, conllevaría la incomprensión, la crítica exacerbada e incluso el boicot deliberado de vuestra obra…
A los que decidisteis asesorar con vuestra mejor intención y después usurparon vuestras ideas sin la menor consideración, ni apenas una mención…
A todos los que habéis sufrido tanto en el proceso de gestación de vuestros proyectos como en las vacuas promesas para una financiación después retirada, sin saber que con la frivolidad de sus decisiones os condenaban a asumir deudas astronómicas; o bien os perjudicaron en su distribución, a los que recibisteis la petición expresa de los gestores culturales para que no las promocionarais vosotros cuando ya habían decidido no hacerlo ellos, o encontrabais las salas cerradas por algunas autoridades que aceptaban primero su proyección cumpliendo con un envenenado paripé, para que así nadie pudiera cuestionar su actitud, sabiendo que después la impedirían…
Bienaventurados vosotros, porque en muchas ocasiones ha sido el propio espectador, los ciudadanos que habían sufrido las mismas injusticias y ahora se veían reflejados en vuestra obra, los que ha logrado que las reabrieran, incluso se han comprometido organizando proyecciones al aire libre, en las ‘plazas públicas’, eternas ágoras o entornos naturales que no poseen dueño ni están sujetos al capricho de quienes detentan su usufructo. Ese público más espontáneo y consciente siempre ha llenado esos foros y ha admirado vuestro talento, el mérito y la sinceridad que esas obras emanaban…
No os preocupéis porque en ocasiones incluso hayáis recibido humillaciones de responsables culturales, de certámenes o festivales locales, en el fondo sabíais que con vuestra elección de defender al humilde, al marginado o al olvidado, de dar a conocer la vida y obra de quienes fueron ignorados por intereses de diversa índole, estabais cumpliendo con una labor aún más honesta y que sin duda os honra…
Sabed que esos cargos a los que a veces sólo se accede por un interés personal, en los que se cultiva más la pose ‘cara a la galería’ y cuya designación responde al intercambio de favores (los llaman “de confianza”) antes que a un concurso de méritos, son pasajeros; y sin embargo la obra permanece, en algunos casos incluso ha llegado a ser declarada de interés cultural cuando traspasan las fronteras que urden máximas como “nadie es profeta en su tierra”… Pondremos ejemplos de todo ello…
Habéis sido valientes, sed ahora perseverantes, no desfallezcáis ante esos múltiples avatares y desventuras, incluso éstos obedecen a su propia lógica interna…
Compañeros, amigos, sé que muchos de vosotros habéis tenido en ocasiones que supeditar vuestra pasión, o combinarla con otros empleos necesarios para sobrevivir… La docencia también os honra… Es una profesión encomiable…
Pero sabed también que merced al paso del tiempo y a la constancia asumida, surgen historias de quienes han logrado esa universalidad, firmando ahora producciones con sus artistas y técnicos soñados, viendo su obra reconocida y premiada…
A todos vosotros, compañeros, amigos…
(En sucesivas entregas iremos mostrando la vida y obra de cineastas que tuvieron innumerables dificultades y sufrieron inexplicables asechanzas en sus inicios para finalmente lograr ese definitivo reconocimiento gracias a esa renovada fortaleza interna)
