Los tanguitos de Robledo en su centenario
![[Img #4239]](upload/img/periodico/img_4239.jpg)
Da vértigo pensar que los ojos de Juan Robledo Juárez han visto pasar la historia de España del último siglo. Nació con la deuda del país desbocada en un 76 por ciento y ayer mientras el pueblo entero de Valdespino de Somoza festejaba su centenario, la deuda seguía indomable; vino a este mundo en la Restauración, un régimen que alentó la corrupción política en su máxima potencia. Con estos mimbres en su prodigiosa memoria, Robledo dice que España saldrá de ésta, "pero a base de comprensión, sentido común, de pensar y no liarse a dar voces, no, no, si se protesta hay que hacerlo de manera justificada, no a lo loco. Esto tiene solución, no podemos liarnos otra vez a tiros, sería horrible, nadie se puede imaginar lo que es una guerra, hay que pasarla y yo no la quiero para mí, ni para mis hijos, ni para mis nietos ni biznietos".
La Guerra Civil le pilló con 22 años siendo sargento provisional en el Regimiento de Artillería número 14 de Valladolid. Ya había dejado atrás las cañadas, los cordeles y los caminos recorridos con su padre para comprar ganado en la Villa de Mombeltrán, el pueblo de Ávila que le vio nacer el 11 de julio de 1913. Desde entonces, el centenario que ha acabado unido estrechamente a Maragatería, ha salvado la vida en varias ocasiones, ha viajado por el mundo, se casó con la maragata María de los Ángeles Seco y engendraron dos parejas de gemelos, de los que viven Maria del Carmen, José Luis y Miguel Ángel. En fin, con una vida tan intensa quién iba a impedir que en la celebración de su centenario se echara un par de tanguitos. Nadie, por supuesto.
Astorga aparece en su mapa biográfico como destino militar después de la guerra. Llegó a finales de 1939 y se le cruzó en el camino la muchacha de Valdespino de Somoza, de manera que aunque le enviaron en 1945 a Asturias a recomponer un ejército "que cuando llegamos parecía el de Pancho Villa", recuerda con mucho sentido del humor, en 1946 regresó a Astorga para casarse "con el miembro principal del equipo", María de los Ángeles Seco. En la capital maragata la familia vivió en la Calle San Pedro hasta 1957, después se instaló definitivamente en Valencia, donde el cabeza de familia abandonó el ejército para trabajar en la banca.
Tantos destinos y tan larga vida para un socialista convencido, que ha celebrado sus 100 años -"otros 100 no creo que cumpla", dice socarrón- con el calor de su familia y del pueblo que lo acogió. El cumpleaños quedará en la memoria de Valdespino cuyos vecinos le honraron acudiendo a la fiesta en la que no faltó el tamborín. Hasta el Ayuntamiento de Astorga homenajeó a este hombre lúcido que no necesita placas de plata para ser reconocido, bastaron 13 rosas rojas entregadas por la alcaldesa, Victorina Alonso, un detalle cargado de simbolismo que Robledo, a buen seguro, lo ha colocado con letras de oro en el índice de ese libro/memoria que este anciano venerable registra desde hace un siglo.
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Da vértigo pensar que los ojos de Juan Robledo Juárez han visto pasar la historia de España del último siglo. Nació con la deuda del país desbocada en un 76 por ciento y ayer mientras el pueblo entero de Valdespino de Somoza festejaba su centenario, la deuda seguía indomable; vino a este mundo en la Restauración, un régimen que alentó la corrupción política en su máxima potencia. Con estos mimbres en su prodigiosa memoria, Robledo dice que España saldrá de ésta, "pero a base de comprensión, sentido común, de pensar y no liarse a dar voces, no, no, si se protesta hay que hacerlo de manera justificada, no a lo loco. Esto tiene solución, no podemos liarnos otra vez a tiros, sería horrible, nadie se puede imaginar lo que es una guerra, hay que pasarla y yo no la quiero para mí, ni para mis hijos, ni para mis nietos ni biznietos".
La Guerra Civil le pilló con 22 años siendo sargento provisional en el Regimiento de Artillería número 14 de Valladolid. Ya había dejado atrás las cañadas, los cordeles y los caminos recorridos con su padre para comprar ganado en la Villa de Mombeltrán, el pueblo de Ávila que le vio nacer el 11 de julio de 1913. Desde entonces, el centenario que ha acabado unido estrechamente a Maragatería, ha salvado la vida en varias ocasiones, ha viajado por el mundo, se casó con la maragata María de los Ángeles Seco y engendraron dos parejas de gemelos, de los que viven Maria del Carmen, José Luis y Miguel Ángel. En fin, con una vida tan intensa quién iba a impedir que en la celebración de su centenario se echara un par de tanguitos. Nadie, por supuesto.
Astorga aparece en su mapa biográfico como destino militar después de la guerra. Llegó a finales de 1939 y se le cruzó en el camino la muchacha de Valdespino de Somoza, de manera que aunque le enviaron en 1945 a Asturias a recomponer un ejército "que cuando llegamos parecía el de Pancho Villa", recuerda con mucho sentido del humor, en 1946 regresó a Astorga para casarse "con el miembro principal del equipo", María de los Ángeles Seco. En la capital maragata la familia vivió en la Calle San Pedro hasta 1957, después se instaló definitivamente en Valencia, donde el cabeza de familia abandonó el ejército para trabajar en la banca.
Tantos destinos y tan larga vida para un socialista convencido, que ha celebrado sus 100 años -"otros 100 no creo que cumpla", dice socarrón- con el calor de su familia y del pueblo que lo acogió. El cumpleaños quedará en la memoria de Valdespino cuyos vecinos le honraron acudiendo a la fiesta en la que no faltó el tamborín. Hasta el Ayuntamiento de Astorga homenajeó a este hombre lúcido que no necesita placas de plata para ser reconocido, bastaron 13 rosas rojas entregadas por la alcaldesa, Victorina Alonso, un detalle cargado de simbolismo que Robledo, a buen seguro, lo ha colocado con letras de oro en el índice de ese libro/memoria que este anciano venerable registra desde hace un siglo.
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