Mercedes Unzeta Gullón
Domingo, 30 de Septiembre de 2018

Homo políticus actualis

 

 

 

“Imposible conocer el alma, los sentimientos y el pensamiento  de ningún hombre hasta que no se le haya visto en la aplicación de las leyes y en el ejercicio del poder. Por mi parte considero, hoy como ayer, un mal gobernante al que en el gobierno de una ciudad no sabe adoptar las decisiones más cuerdas y deja que el miedo, por los motivos que sean, le encadene la lengua; y al que estime más a un amigo que a su propia patria, a ese le tengo como un ser despreciable.” *

 

“De todas las instituciones humanas ninguna como la del dinero trajo a los hombres consecuencias más funestas. Es el dinero el que devasta las ciudades, el que echa a los hombres de los hogares, el que seduce a las almas virtuosas y las incita a acciones  vergonzosas. Es el dinero el que en todas las épocas ha hecho a los hombres cometer todas las perfidias y el que les enseñó la práctica de todas las impiedades.”*

 

“¡Ay! ¡Gran desgracia es juzgar por sospechas y que las sospechas sean falsas!”*

 

“… conozcáis así de dónde hay que  esperar sacar provecho y aprendáis  que no se debe querer sacar ganancia de todo, y veréis entonces que los beneficios ilícitos han perdido a más gente que la que han salvado.” *

 

Sófocles dice, escribe, piensa estas cosas hace más de dos mil quinientos años y curiosamente son tremendamente  válidas hoy. Esto demuestra que el homo sapiens, será muy homo pero no da muestras de ser muy sapiens. En tantísimos años transcurridos desde que este político y dramaturgo griego escribiera estos sabios pensamientos no parece que el llamado homo sapiens haya tenido una gratificante evolución en su sabiduría, porque la sabiduría no es avariciosa, ni tramposa, ni mentirosa, ni empoderada (vocablo muy actual), ni perversa, ni fatua, ni soberbia, ni insensata, ni mediocre, ni, ni, ni todos los adjetivos sin nis con los que podemos vestir y hasta engalanar al homo actualis en general y al homo politicus actualis en particular.

 

Si alguna vez llego a ser algo más (que ni lo creo ni lo espero) que una simple mortal que intenta vivir recluida en lo posible, aunque no llega a lo deseable, de los avatares del mundo (el demonio y la carne); si llego a algo más que una simple mortal que trata de entretenerse en la vida contando cosas sin aspiraciones curriculares, ni escaladas intelectuales, ni editoriales o sapienciales, por favor, ruego que se recuerde que he entrecomillado, he puesto pie de página, y he escrito lo justo, lo que quería transmitir de una mente antigua y privilegiada sin hacer ostentación, ni manipulación, ni autovaloración, ni alarde ilustrado.  Puf, no sé si me olvido de algo.

 

Para que conste lo firmo ante la naturaleza mutable que me rodea, me acompaña y es testigo de mis aspiraciones. Punto.

 

O tempora o mores

 

*Sófocles. Dramas y Tragedias. Antígona. Pags 105, 108, 109 Editorial Iberia. ISBN 84-7082-030-3. Depósito legal: B. 12.117-1976. ¿Será suficiente para salvaguardar mi honor?

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