"Pilatos presenta a Jesús al pueblo, diciendo: "Ecce Homo".
En la noche del Domingo de Ramos, el Ecce Homo de Piedralba cruzó los campos iluminado por las antorchas de los fieles camino de Astorga en un acto procesional organizado por la Cofradía de la Vera Cruz y Confalón.
![[Img #42959]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/1263_ecce-homo-piedralba-002.jpg)
![[Img #42958]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/1093_ecce-homo-piedralba-008.jpg)
Fragmento del pregón de Antonio López Sastre. Año 1986
Recogiendo Pilatos la acusación de los judios,pregunta a Jesucristo “¿Con qué,tú eres rey?”
"Yo lo soy" responde el Nazareno.
"Ahi está, reo convicto y confeso".
De este hecho nació la idea de coronarle como rey, hundiéndole en la cabeza una grotesca corona de espinas a manera de capacete o de cerco y en número de 25-35 espinas terebrantes, lo que ocasionaría el dolor propio de esta región corporal, además de una importante hemorragia.
Pilatos parece muy impresionado y movido a la piedad. Presenta a Jesús al pueblo, diciendo: "Ecce Homo".
Fracasado el intento del Gobernador romano de incitar a la piedad al populacho, se dicta la última pena Contra el Nazareno... "Le quitaron el manto y habiéndole puesto otra vez sus propios vestidos, le sacaron a crucificar"
¿Cuál era la situación física de Cristo al tomar la Cruz?; ¿qué condiciones inicia el camino del Calvario? Por razón profesional, puedo decir que los dolores físicos debían ser muy intensos, insoportables por la lesión traumática de órganos y tejidos, con anemia por hemorragia y debilitamiento progresivo de su capacidad humana de resistencia. La tristeza, la angustia, el dolor moral o psíquico, que ya comenzó en el Huerto de Getsemani, fue una agonía mística y espiritual y, por tanto, inaccesible a nuestra limitada comprensión.
![[Img #42960]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/7029_ecce-homo-piedralba-006.jpg)
La distancia a recorrer era más bien corta, unos 600-650 metros y el 'patibulum' pesaría unos 50 kilos. La fatiga muscular era tal que Jesús cae a los 65 metros de recorrido, "¡dando en tierra hasta tres veces!"
Tal era el estado físico general que hasta se llegó a pensar que no alcanzarla el lugar de la inmolación, si alguien no le ayudaba a llevar la Cruz... "Y así entraron en tratos con el Cirineo"
De nuevo viene a sumarse al tormento material, al suplicio de la carne, la tortura moral, ante María... El pueblo expresa su profunda emoción con una estremecedora saeta:
"En la calle la Amargura / Cristo a su Madre encontró. / No se pudieron hablar / de sentimiento y dolor".
Mucho sufrió Jesús ¡pero aún quedaba la crucifixión! de la que Cicerón opinaba que era la forma "más cruel, horrible y afrentosa de aplicación de la pena de muerte".
Nuevamente el Santo Lienzo de Turín nos ilustra con detalles demostrativos de cómo clavaron al Señor. La herida de las manos no está localizada en la región palmar, sino más atrás, en el carpo o muñeca. Los traumatólogos conocemos muy bien el espacio entre la primera y la segunda fila del carpo, más exactamente, entre el escafoides, trapezoide y hueso grande... De esta suerte, se confirmaba la Escritura: "No le quebrareis ningún hueso".
![[Img #42961]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/5846_ecce-homo-piedralba-025.jpg)
De la misma forma, se atravesó con el clavo, o los clavos, los pies, en flexión plantar forzada, topando, completamente plana, sobre el madero y pasando el clavo del herrero, de 10 centímetros de largo y 8 m/m de ancho, de forma piramidal, entre la cabeza del astrágalo, el cuboides y el calcáneo. De esta manera podía el crucificado, apoyándose en los pies y las manos clavadas, sin producir desgarro, hacer los movimientos torácicos para mantener la respiración pulmonar, mientras los músculos tienen suficiente potencia...
Comprendo lo crudo de la exposición y, sin embargo ¿por qué nos horrorizamos de contemplar, en toda su crudeza, lo que el Señor no se horrorizó de padecer por nosotros?
La agonía y la muerte del Redentor es relatada por los cuatro evangelistas de manera escueta y sencilla, sin adornos ni detalles. Y sin tratar de explicar aquel síndrome agónico. Se comprende bien la fenomenología somática, sin necesidad de más explicaciones sobre el agotamiento físico y psíquico del Crucificado, estirado en incómoda y forzadísima postura, cosido a la Cruz con gran dolor (apoyándose en los pies y tirando de las manos para lograr pequeños movimientos y dilatar el pecho, aspirando, cada vez menos aire. Y asi, resulta interminable la agonía que finaliza con un grito, en plena lucidez. Y proclamó:
"PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU"...
![[Img #42964]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/564_ecce-homo-piedralba-044.jpg)
![[Img #42962]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/7929_ecce-homo-piedralba-037.jpg)
![[Img #42963]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/4124_ecce-homo-piedralba-068.jpg)
Fragmento de la novela de Anthony Burgues, 'Jesucristo o el juego del amor'
Jesús ya estaba en manos de los romanos. Era costumbre que las crucifixiones fueran precedidas por una flagelación que, cuando el condenado era judío, los sirios del ejército de ocupación administraban con gran entusiasmo. En el sucio patio de su cuartel ya habían desnudado a Jesús, lo habían obligado a abrazar un grueso pilar de piedra para atarle las manos del otro lado, y lo habían cubierto de sangre a latigazos.
—Una sabandija bien grande... No tiene nada de judío. Eh, no, lo azotas con equilibrio. Dale uno en la otra nalga.
—Sí, sargento.
—Apunta a esa tira de piel que le cuelga allá. Haz bien tu trabajo. Puedes arrancarla de un buen latigazo. Toma, Fido, un pedazo de carne fresca para ti.
![[Img #42968]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/3629_ecce-homo-piedralba-046.jpg)
![[Img #42965]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/1776_ecce-homo-piedralba-077.jpg)
![[Img #42966]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/6339_ecce-homo-piedralba-084.jpg)
La flagelación continuó.
—¿No puedes conseguir que este cerdo grite? ¿Cómo podemos saber que sufren si no gritan?
—No gritará, sargento. Es una sabandija bien grande, como has dicho.
—Basta ya —dijo un joven oficial a cargo del procedimiento—. Vestidlo de nuevo.
—Si apenas hemos empezado, señor. Los muchachos tienen muchas ganas. Hay muchos sitios que ni siquiera han tocado, señor.
—Es una orden, sargento.
Un sirio se aproximó con una especie de aro espinoso que sostenía con cautela.
![[Img #42959]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/1263_ecce-homo-piedralba-002.jpg)
![[Img #42958]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/1093_ecce-homo-piedralba-008.jpg)
Fragmento del pregón de Antonio López Sastre. Año 1986
Recogiendo Pilatos la acusación de los judios,pregunta a Jesucristo “¿Con qué,tú eres rey?”
"Yo lo soy" responde el Nazareno.
"Ahi está, reo convicto y confeso".
De este hecho nació la idea de coronarle como rey, hundiéndole en la cabeza una grotesca corona de espinas a manera de capacete o de cerco y en número de 25-35 espinas terebrantes, lo que ocasionaría el dolor propio de esta región corporal, además de una importante hemorragia.
Pilatos parece muy impresionado y movido a la piedad. Presenta a Jesús al pueblo, diciendo: "Ecce Homo".
Fracasado el intento del Gobernador romano de incitar a la piedad al populacho, se dicta la última pena Contra el Nazareno... "Le quitaron el manto y habiéndole puesto otra vez sus propios vestidos, le sacaron a crucificar"
¿Cuál era la situación física de Cristo al tomar la Cruz?; ¿qué condiciones inicia el camino del Calvario? Por razón profesional, puedo decir que los dolores físicos debían ser muy intensos, insoportables por la lesión traumática de órganos y tejidos, con anemia por hemorragia y debilitamiento progresivo de su capacidad humana de resistencia. La tristeza, la angustia, el dolor moral o psíquico, que ya comenzó en el Huerto de Getsemani, fue una agonía mística y espiritual y, por tanto, inaccesible a nuestra limitada comprensión.
![[Img #42960]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/7029_ecce-homo-piedralba-006.jpg)
La distancia a recorrer era más bien corta, unos 600-650 metros y el 'patibulum' pesaría unos 50 kilos. La fatiga muscular era tal que Jesús cae a los 65 metros de recorrido, "¡dando en tierra hasta tres veces!"
Tal era el estado físico general que hasta se llegó a pensar que no alcanzarla el lugar de la inmolación, si alguien no le ayudaba a llevar la Cruz... "Y así entraron en tratos con el Cirineo"
De nuevo viene a sumarse al tormento material, al suplicio de la carne, la tortura moral, ante María... El pueblo expresa su profunda emoción con una estremecedora saeta:
"En la calle la Amargura / Cristo a su Madre encontró. / No se pudieron hablar / de sentimiento y dolor".
Mucho sufrió Jesús ¡pero aún quedaba la crucifixión! de la que Cicerón opinaba que era la forma "más cruel, horrible y afrentosa de aplicación de la pena de muerte".
Nuevamente el Santo Lienzo de Turín nos ilustra con detalles demostrativos de cómo clavaron al Señor. La herida de las manos no está localizada en la región palmar, sino más atrás, en el carpo o muñeca. Los traumatólogos conocemos muy bien el espacio entre la primera y la segunda fila del carpo, más exactamente, entre el escafoides, trapezoide y hueso grande... De esta suerte, se confirmaba la Escritura: "No le quebrareis ningún hueso".
![[Img #42961]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/5846_ecce-homo-piedralba-025.jpg)
De la misma forma, se atravesó con el clavo, o los clavos, los pies, en flexión plantar forzada, topando, completamente plana, sobre el madero y pasando el clavo del herrero, de 10 centímetros de largo y 8 m/m de ancho, de forma piramidal, entre la cabeza del astrágalo, el cuboides y el calcáneo. De esta manera podía el crucificado, apoyándose en los pies y las manos clavadas, sin producir desgarro, hacer los movimientos torácicos para mantener la respiración pulmonar, mientras los músculos tienen suficiente potencia...
Comprendo lo crudo de la exposición y, sin embargo ¿por qué nos horrorizamos de contemplar, en toda su crudeza, lo que el Señor no se horrorizó de padecer por nosotros?
La agonía y la muerte del Redentor es relatada por los cuatro evangelistas de manera escueta y sencilla, sin adornos ni detalles. Y sin tratar de explicar aquel síndrome agónico. Se comprende bien la fenomenología somática, sin necesidad de más explicaciones sobre el agotamiento físico y psíquico del Crucificado, estirado en incómoda y forzadísima postura, cosido a la Cruz con gran dolor (apoyándose en los pies y tirando de las manos para lograr pequeños movimientos y dilatar el pecho, aspirando, cada vez menos aire. Y asi, resulta interminable la agonía que finaliza con un grito, en plena lucidez. Y proclamó:
"PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU"...
![[Img #42964]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/564_ecce-homo-piedralba-044.jpg)
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![[Img #42963]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/4124_ecce-homo-piedralba-068.jpg)
Fragmento de la novela de Anthony Burgues, 'Jesucristo o el juego del amor'
Jesús ya estaba en manos de los romanos. Era costumbre que las crucifixiones fueran precedidas por una flagelación que, cuando el condenado era judío, los sirios del ejército de ocupación administraban con gran entusiasmo. En el sucio patio de su cuartel ya habían desnudado a Jesús, lo habían obligado a abrazar un grueso pilar de piedra para atarle las manos del otro lado, y lo habían cubierto de sangre a latigazos.
—Una sabandija bien grande... No tiene nada de judío. Eh, no, lo azotas con equilibrio. Dale uno en la otra nalga.
—Sí, sargento.
—Apunta a esa tira de piel que le cuelga allá. Haz bien tu trabajo. Puedes arrancarla de un buen latigazo. Toma, Fido, un pedazo de carne fresca para ti.
![[Img #42968]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/3629_ecce-homo-piedralba-046.jpg)
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![[Img #42966]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/6339_ecce-homo-piedralba-084.jpg)
La flagelación continuó.
—¿No puedes conseguir que este cerdo grite? ¿Cómo podemos saber que sufren si no gritan?
—No gritará, sargento. Es una sabandija bien grande, como has dicho.
—Basta ya —dijo un joven oficial a cargo del procedimiento—. Vestidlo de nuevo.
—Si apenas hemos empezado, señor. Los muchachos tienen muchas ganas. Hay muchos sitios que ni siquiera han tocado, señor.
—Es una orden, sargento.
Un sirio se aproximó con una especie de aro espinoso que sostenía con cautela.






