Horrografía
![[Img #43851]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/05_2019/5434_2-febrero-2017-035.jpg)
El otro día vi en una red social un anuncio en que se ofrecía un apartamento de una ‘Abitación’ en alquiler. Así, con una gorda, reluciente A abriendo la palabra, desnucándola. Avasallando desde la urgencia del negocio.
Podría tratarse de una errata, que las escrituras predictivas son plumas traicioneras que dejan deslizarse haches inexistentes, uves resbaladizas donde otrora brillaba el mástil de la be, eses sinuosas cruzando con las equis sus tijeras…
Poco antes, el ocho de febrero, se había publicado un artículo de Daniel Gómez Visedo en el diario El País donde se defendía la abolición de las normas ortográficas del castellano con distintos y peregrinos argumentos, entre los que destacaré el que más me ofendió, ese que considera la ortografía como un mecanismo de discriminación social en estos términos: La ortografía es, para empezar por lo más doloroso, un mecanismo de discriminación social: las personas con una educación más limitada son incapaces de escribir con una ortografía correcta, lo que les estigmatiza y ancla en trabajos subordinados y de peor calidad. Les señala. La ortografía es una inadmisible barrera social, además de innecesaria, que debería ser abolida. Una revolución social que mejoraría las oportunidades de aquellos menos afortunados.
Podría haberlo expresado de otro modo aún más eficaz; tal vez así:
Oi bengoha ablaros de la lengüa. De komo nosco munikamos los ezpanyoles hunos co notros.
Pareze una tonteria pero no lo és. Es algo que nozafezta ha todos ike deberia pertenezer a todos losha blantes sin qe alla unos ke deziden y seinponen a losotros.
Durante muxos siglos la hortografia asido el vaston de mando conke los poderrosos dirijian y umiyavan a los povres. Una marka de clase. Asi, kienes por su orijen sozial no tenian aceso ha la edukazion ablavan i escrivian mal. Ese inpedimento les inpedia aszender sozial i profesionalmente, marcava su discurso con el seyo de la inoranzia.
Esin posible quen la aztialidaz sesiga mateniendo la hortografia. La hortografia es pasado, es una piedra al kueyo, una reboluzion hapunto destayar.
Lástima que en este artículo no se haya tenido en cuenta que lo que en mayor medida ha contribuido a reducir la desigualdad ha sido la educación. Que lo que ha permitido allanar el camino a todas las personas, sea cual sea su extracción social, ha sido la enseñanza obligatoria y universal. Que hablar y escribir bien, a diferencia de comer bien, de vestir bien, de lucir una dentadura sana y cuidada, acceder a una vivienda con unos servicios dignos o recibir un salario suficiente en un trabajo no esclavizador, está al alcance de todos los españoles desde los tres a los dieciséis años. De que ‘orto’ significa bueno y correcto y eso busca, convertir el plomo en oro, ordenar el pensamiento con una expresión ordenada y hacerlo inteligible. Apartar de la ignorancia a quienes podrían considerarse señalados desde su nacimiento por el dedo amargo de la injusticia. Dar a todos las mismas oportunidades, las mismas que la economía neoliberal y sus voceros quieren eliminar empezando por su germen.
En aquel anuncio de la “Abitación” empezó a intervenir la gente para advertir respetuosamente a la persona que lo había colgado de su error de grafía. La respuesta del interpelado no pudo ser más indignada e insultante. Venía a decir que solo la gente ociosa, profesores en paro (qué le haya llevado a deducir que las haches son cosa de profesores, y en paro para mayor exactitud, es algo que se me escapa) u otros seres inútiles para ganarse la vida como él mismo hacía en un remedo hispánico del self- made man norteamericano, pueden dedicarse a meter las narices en algo que en ningún caso dificulta la comprensión del mensaje. Porque ese es el gran argumento, que lo importante es que se entienda. Si es que se entiende, como he intentado reducir al absurdo líneas arriba. Porque milenios de cultura humana, de desarrollo de la comunicación y desde ella las artes y las ciencias y todo lo que nos distingue de otras especies con las que compartimos planeta desembocan en esto. Si los pájaros se entienden entre ellos, los ornitorrincos ornitorrincan sus cosas de ornitorrincos con bastante solvencia, si todo en la naturaleza intercambia, dialoga en lenguajes primarios pero suficientes, ¿qué queremos complicar los humanos y, sobre todo, para qué? Olámonos, mordisqueémonos, dejemos mensajes cifrados con orina, con almizcles y feromonas, mujamos, cacareemos, barritemos, gruñamos, croemos. Y rebuznemos, sobre todo rebuznemos.
El otro día vi en una red social un anuncio en que se ofrecía un apartamento de una ‘Abitación’ en alquiler. Así, con una gorda, reluciente A abriendo la palabra, desnucándola. Avasallando desde la urgencia del negocio.
Podría tratarse de una errata, que las escrituras predictivas son plumas traicioneras que dejan deslizarse haches inexistentes, uves resbaladizas donde otrora brillaba el mástil de la be, eses sinuosas cruzando con las equis sus tijeras…
Poco antes, el ocho de febrero, se había publicado un artículo de Daniel Gómez Visedo en el diario El País donde se defendía la abolición de las normas ortográficas del castellano con distintos y peregrinos argumentos, entre los que destacaré el que más me ofendió, ese que considera la ortografía como un mecanismo de discriminación social en estos términos: La ortografía es, para empezar por lo más doloroso, un mecanismo de discriminación social: las personas con una educación más limitada son incapaces de escribir con una ortografía correcta, lo que les estigmatiza y ancla en trabajos subordinados y de peor calidad. Les señala. La ortografía es una inadmisible barrera social, además de innecesaria, que debería ser abolida. Una revolución social que mejoraría las oportunidades de aquellos menos afortunados.
Podría haberlo expresado de otro modo aún más eficaz; tal vez así:
Oi bengoha ablaros de la lengüa. De komo nosco munikamos los ezpanyoles hunos co notros.
Pareze una tonteria pero no lo és. Es algo que nozafezta ha todos ike deberia pertenezer a todos losha blantes sin qe alla unos ke deziden y seinponen a losotros.
Durante muxos siglos la hortografia asido el vaston de mando conke los poderrosos dirijian y umiyavan a los povres. Una marka de clase. Asi, kienes por su orijen sozial no tenian aceso ha la edukazion ablavan i escrivian mal. Ese inpedimento les inpedia aszender sozial i profesionalmente, marcava su discurso con el seyo de la inoranzia.
Esin posible quen la aztialidaz sesiga mateniendo la hortografia. La hortografia es pasado, es una piedra al kueyo, una reboluzion hapunto destayar.
Lástima que en este artículo no se haya tenido en cuenta que lo que en mayor medida ha contribuido a reducir la desigualdad ha sido la educación. Que lo que ha permitido allanar el camino a todas las personas, sea cual sea su extracción social, ha sido la enseñanza obligatoria y universal. Que hablar y escribir bien, a diferencia de comer bien, de vestir bien, de lucir una dentadura sana y cuidada, acceder a una vivienda con unos servicios dignos o recibir un salario suficiente en un trabajo no esclavizador, está al alcance de todos los españoles desde los tres a los dieciséis años. De que ‘orto’ significa bueno y correcto y eso busca, convertir el plomo en oro, ordenar el pensamiento con una expresión ordenada y hacerlo inteligible. Apartar de la ignorancia a quienes podrían considerarse señalados desde su nacimiento por el dedo amargo de la injusticia. Dar a todos las mismas oportunidades, las mismas que la economía neoliberal y sus voceros quieren eliminar empezando por su germen.
En aquel anuncio de la “Abitación” empezó a intervenir la gente para advertir respetuosamente a la persona que lo había colgado de su error de grafía. La respuesta del interpelado no pudo ser más indignada e insultante. Venía a decir que solo la gente ociosa, profesores en paro (qué le haya llevado a deducir que las haches son cosa de profesores, y en paro para mayor exactitud, es algo que se me escapa) u otros seres inútiles para ganarse la vida como él mismo hacía en un remedo hispánico del self- made man norteamericano, pueden dedicarse a meter las narices en algo que en ningún caso dificulta la comprensión del mensaje. Porque ese es el gran argumento, que lo importante es que se entienda. Si es que se entiende, como he intentado reducir al absurdo líneas arriba. Porque milenios de cultura humana, de desarrollo de la comunicación y desde ella las artes y las ciencias y todo lo que nos distingue de otras especies con las que compartimos planeta desembocan en esto. Si los pájaros se entienden entre ellos, los ornitorrincos ornitorrincan sus cosas de ornitorrincos con bastante solvencia, si todo en la naturaleza intercambia, dialoga en lenguajes primarios pero suficientes, ¿qué queremos complicar los humanos y, sobre todo, para qué? Olámonos, mordisqueémonos, dejemos mensajes cifrados con orina, con almizcles y feromonas, mujamos, cacareemos, barritemos, gruñamos, croemos. Y rebuznemos, sobre todo rebuznemos.