Un simple abrazo
![[Img #44166]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/06_2019/3766_abrazo-191.jpg)
“El abrazo es algo grandioso. Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos cuando no conseguimos la palabra justa”. (Mario Benedetti)
Si hay un signo de cordialidad y cariño que nos define a las personas, ese para mí, es el abrazo. Los abrazos son pinceladas de una carga emocional enorme donde un gesto, que reconforta y restaura el orden, vale más que mil palabras. Una expresión de energía que olvidamos o pasamos por alto en muchos momentos de nuestra vida.
Abrazar a los que quiero es uno de los mejores episodios que puedo tener durante el día. Ese abrazo que en ocasiones es una señal de intimidad o ayuda a crearla, también puede mejorar un mal momento, ofreciéndome tranquilidad y seguridad. Los abrazos son, sin lugar a dudas, una de las mejores cosas de la vida.
Algunas investigaciones sugieren que además de hacerte sentir bien, también son buenos para nuestra salud debido a la liberación de una serie de hormonas que generan.
No me avergüenzo de la necesidad de ser abrazado o abrazar, pienso que es una necesidad del ser humano que no debe extrañar. “Por eso cuando veas que tengo la mirada triste no me preguntes por qué tengo esa mirada, solo abrázame, deja a un lado las palabras y abrázame”.
En mi interior he podido sentir que no hay nada mejor que un cariñoso abrazo justo cuando lo necesitas. He notado como con ese abrazo han acariciado mi alma y me han proporcionado un refugio entre sus brazos, porque en ese momento, ese pequeño gesto, en realidad es el lenguaje del corazón.
¿Acaso en alguna ocasión no hemos experimentado la necesidad de decirle a alguien, en silencio, oyendo solo nuestros sentimientos?: “Me gustaría darte un abrazo aunque no nos conozcamos, sin decirte absolutamente nada. Un abrazo de fraternidad para decirte que no estás solo o sola, que te entiendo y te comprendo”.
Yo siempre he pensado que hay muchas cosas importantes, pero los abrazos…Ese lugar donde puedes perderte, donde el tiempo se hace eterno, aunque solo dure unos segundos, es un auténtico lujo. Que te abracen y te quieran es lo más importante.
¿Acaso se puede cuantificar la fuerza reparadora que tiene un simple abrazo, más aún cuando éste es totalmente inesperado? ¿Acaso hay mejor regalo? ¿Acaso hay mejor despertar que sintiéndote abrazado de la mujer que amas, de tus hijos o tus nietos?
Hace unos días al despertar me sorprendieron así mis nietos y mientras me sentía abrazado, mi deseo era permanecer de aquella manera para siempre. Inmortalizar ese momento. Sentir su calor, su cariño, aquel abrazo que se transformaba en “te quiero”, pero que tenía tantos significados que apenas se me ocurre ponerle palabras. El amor incondicional. El abrazo de “ahora estamos contigo abuelo”. La fuerza reparadora de algo tan simple como un abrazo sincero, tranquilo y sosegado.
Hay que aprovechar cada instante y abrazar a nuestros seres queridos, mujer, hijos, familiares, amigos. Estrecharlos entre nuestros brazos con amor infinito e inmensa entrega. Mantenerlos abrazados unos instantes y sentir el latido de los corazones y el ambiente mágico que se crea.
No hay dos abrazos iguales, por ello abracemos y dejémonos abrazar, disfrutemos de ese bálsamo curativo que es el abrazo.
Como diría -Alejandro Jodorowsky- “Un día alguien te va a abrazar tan fuerte que todas tus partes rotas se juntaran de nuevo.”
“El abrazo es algo grandioso. Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos cuando no conseguimos la palabra justa”. (Mario Benedetti)
Si hay un signo de cordialidad y cariño que nos define a las personas, ese para mí, es el abrazo. Los abrazos son pinceladas de una carga emocional enorme donde un gesto, que reconforta y restaura el orden, vale más que mil palabras. Una expresión de energía que olvidamos o pasamos por alto en muchos momentos de nuestra vida.
Abrazar a los que quiero es uno de los mejores episodios que puedo tener durante el día. Ese abrazo que en ocasiones es una señal de intimidad o ayuda a crearla, también puede mejorar un mal momento, ofreciéndome tranquilidad y seguridad. Los abrazos son, sin lugar a dudas, una de las mejores cosas de la vida.
Algunas investigaciones sugieren que además de hacerte sentir bien, también son buenos para nuestra salud debido a la liberación de una serie de hormonas que generan.
No me avergüenzo de la necesidad de ser abrazado o abrazar, pienso que es una necesidad del ser humano que no debe extrañar. “Por eso cuando veas que tengo la mirada triste no me preguntes por qué tengo esa mirada, solo abrázame, deja a un lado las palabras y abrázame”.
En mi interior he podido sentir que no hay nada mejor que un cariñoso abrazo justo cuando lo necesitas. He notado como con ese abrazo han acariciado mi alma y me han proporcionado un refugio entre sus brazos, porque en ese momento, ese pequeño gesto, en realidad es el lenguaje del corazón.
¿Acaso en alguna ocasión no hemos experimentado la necesidad de decirle a alguien, en silencio, oyendo solo nuestros sentimientos?: “Me gustaría darte un abrazo aunque no nos conozcamos, sin decirte absolutamente nada. Un abrazo de fraternidad para decirte que no estás solo o sola, que te entiendo y te comprendo”.
Yo siempre he pensado que hay muchas cosas importantes, pero los abrazos…Ese lugar donde puedes perderte, donde el tiempo se hace eterno, aunque solo dure unos segundos, es un auténtico lujo. Que te abracen y te quieran es lo más importante.
¿Acaso se puede cuantificar la fuerza reparadora que tiene un simple abrazo, más aún cuando éste es totalmente inesperado? ¿Acaso hay mejor regalo? ¿Acaso hay mejor despertar que sintiéndote abrazado de la mujer que amas, de tus hijos o tus nietos?
Hace unos días al despertar me sorprendieron así mis nietos y mientras me sentía abrazado, mi deseo era permanecer de aquella manera para siempre. Inmortalizar ese momento. Sentir su calor, su cariño, aquel abrazo que se transformaba en “te quiero”, pero que tenía tantos significados que apenas se me ocurre ponerle palabras. El amor incondicional. El abrazo de “ahora estamos contigo abuelo”. La fuerza reparadora de algo tan simple como un abrazo sincero, tranquilo y sosegado.
Hay que aprovechar cada instante y abrazar a nuestros seres queridos, mujer, hijos, familiares, amigos. Estrecharlos entre nuestros brazos con amor infinito e inmensa entrega. Mantenerlos abrazados unos instantes y sentir el latido de los corazones y el ambiente mágico que se crea.
No hay dos abrazos iguales, por ello abracemos y dejémonos abrazar, disfrutemos de ese bálsamo curativo que es el abrazo.
Como diría -Alejandro Jodorowsky- “Un día alguien te va a abrazar tan fuerte que todas tus partes rotas se juntaran de nuevo.”