La Junta Vecinal de Val de San Lorenzo compra el antiguo molino del Junquillo para poner en valor la tradición de la molienda
La pedanía maragata quiere salvar de la ruina a la valiosa edificación que permitiría diversificar la oferta turística basada en la industria textil.
![[Img #51854]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2020/3361_img-20201204-wa0006.jpg)
Si recientemente el Ayuntamiento de Val de San Lorenzo compraba un aledaño del museo ‘La Comunal’ con el fin de ampliarlo, esta vez es laJunta Vecinal de la localidad maragata la que ha dado el paso para proteger y poner en valor una muestra del patrimonio histórico local y convertir el antiguo molino en un espacio museístico de carácter público, donde todo el mundo pueda conocer de primera mano el complejo sistema de la molienda.
De esta manera, la pedanía del Val pretende complementar y enriquecer la oferta turística y cultural del pueblo, orientada hasta ahora fundamentalmente a su tradicional industria textil. De esta forma, la junta vecinal ha invertido 10.000 euros en la compra del conjunto integrado por el molino, la vivienda del molinero y unas antiguas cuadras anexas.
Ubicado en la pradera del Junquillo, el inmueble, se levanta sobre la 'Zaya de los Molinos', principal canal hidráulico del valle del río Turienzo y sus orígenes se remontan al siglo XVIII, época en la que la localidad valense llegó a tener hasta 16 molinos. En la actualidad sin embargo, tan solo sobreviven cuatro.
![[Img #51853]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2020/2258_img-20201204-wa0007.jpg)
Abel Lobato, uno de los promotores de la restauración del molino apunta que “después de décadas de desinterés público por conservar el enorme patrimonio hidráulico que existió en el Val, no podemos permitir que nuestro pueblo pierda uno de sus monumentos más importantes, emblema de la tradición molinera en toda la Maragatería y un pedazo de nuestra historia”.
Lobato, historiador de Arte, destaca algunos de los aspectos que hacen de este molino una construcción única que lo convertirían en una opción turística y patrimonial diferente a las hasta ahora ofrecidas en la localidad.
Por un lado, su valor histórico, ya que es el más antiguo de Val de San Lorenzo y el único que trabajó el aceite de linaza en la comarca. Por otro lado, representa el reciente pasado harinero de la localidad, pues siguió funcionando hasta finales de los años 80 del pasado siglo. Además, destaca el valor etnográfico y cultural, ya que se conserva casi intacta su valiosa maquinaria y en cuanto a su estructura, resaltan detalles como el suelo empedrado del zaguán o el enfoscado tradicional de la fachada, donde aparece el grabado en una enigmática mano.
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Si recientemente el Ayuntamiento de Val de San Lorenzo compraba un aledaño del museo ‘La Comunal’ con el fin de ampliarlo, esta vez es laJunta Vecinal de la localidad maragata la que ha dado el paso para proteger y poner en valor una muestra del patrimonio histórico local y convertir el antiguo molino en un espacio museístico de carácter público, donde todo el mundo pueda conocer de primera mano el complejo sistema de la molienda.
De esta manera, la pedanía del Val pretende complementar y enriquecer la oferta turística y cultural del pueblo, orientada hasta ahora fundamentalmente a su tradicional industria textil. De esta forma, la junta vecinal ha invertido 10.000 euros en la compra del conjunto integrado por el molino, la vivienda del molinero y unas antiguas cuadras anexas.
Ubicado en la pradera del Junquillo, el inmueble, se levanta sobre la 'Zaya de los Molinos', principal canal hidráulico del valle del río Turienzo y sus orígenes se remontan al siglo XVIII, época en la que la localidad valense llegó a tener hasta 16 molinos. En la actualidad sin embargo, tan solo sobreviven cuatro.
![[Img #51853]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2020/2258_img-20201204-wa0007.jpg)
Abel Lobato, uno de los promotores de la restauración del molino apunta que “después de décadas de desinterés público por conservar el enorme patrimonio hidráulico que existió en el Val, no podemos permitir que nuestro pueblo pierda uno de sus monumentos más importantes, emblema de la tradición molinera en toda la Maragatería y un pedazo de nuestra historia”.
Lobato, historiador de Arte, destaca algunos de los aspectos que hacen de este molino una construcción única que lo convertirían en una opción turística y patrimonial diferente a las hasta ahora ofrecidas en la localidad.
Por un lado, su valor histórico, ya que es el más antiguo de Val de San Lorenzo y el único que trabajó el aceite de linaza en la comarca. Por otro lado, representa el reciente pasado harinero de la localidad, pues siguió funcionando hasta finales de los años 80 del pasado siglo. Además, destaca el valor etnográfico y cultural, ya que se conserva casi intacta su valiosa maquinaria y en cuanto a su estructura, resaltan detalles como el suelo empedrado del zaguán o el enfoscado tradicional de la fachada, donde aparece el grabado en una enigmática mano.






