Uvas virales
![[Img #52023]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2020/595_aidan-dsc_0101-2.jpg)
La Navidad, independientemente de la cantidad de ángeles que bailen sobre la solapa de su corazón, es también la celebración de un nacimiento. Parece que este año, sin embargo, va a provocar muertes. Lejos de aguar la fiesta con aerosoles de saliva contagiosa, hoy les ofrezco un pequeño diccionario para poder hacer frente a los eufemismos sentimentales que vamos a emplear durante estas fechas.
Como el maldito fútbol, he seguido a varios equipos a lo largo de la pandemia. Tengo amigos y familiares en distintas provincias de España, departamentos de Francia, estados de los Estados Unidos, Escocia, Inglaterra y, por supuesto, Irlanda. Y este pequeño surtido de países no cubre todas las nacionalidades / pasaportes de las personas a las que quiero.
Las noticias que produce la prensa autóctona de esas jurisdicciones me llevan a una conclusión en ciernes: las aglomeraciones no conocen fronteras y la euforia festiva acabará en una cosecha de desgracias. Las buenas noticias: hay gente buena, boba y peligrosa en todas partes.
Los debates más allá de Los Pirineos son como los de aquí, y muchos políticos -NO TODOS- son más ‘escañadores’ que servidores. Hasta el Rey de Suecia entiende la broma de la inmunidad de rebaño… sin medidas cautelares, sin vacunas, sin cooperación, sin mensajes claros.
El tema del virus es cansino, lo sé, pero es interesante también desde el punto de vista de la antropología. Me hace gracia: con todo el cambio radical e incluso útil que suponen las nuevas tecnologías, parece ser que al ser humano no le basta la realidad virtual, ni una videoconferencia de tan buena calidad que se puedan ver claramente los restos de legaña en los surcos oculares de los más decadentes.
Y, es más, ya que está a la vuelta de la esquina la posibilidad de vacunar al personal indispensable (todos) de los hospitales y los ambulatorios, además de a los ciudadanos más vulnerables - es decir-, los veteranos, los diabéticos, etc., sorprende la urgencia de las ganas de ser impaciente.
…
Pequeño diccionario no alfabético para entender la Navidad de 2020.
Terraza: Juerga.
Sensación térmica: No importa, otro tinto, por favor.
Ir de compras: Engordar.
Estar con los tuyos: Cuidado con los besos de Judas.
Allegado: No se sabe con precisión dónde estuvo ese pavo hace cuatro días y, por lo tanto, igual es positivo.
La Nochebuena: Hay toda una tradición de chistes sobre las conversaciones insoportables asociadas a las reuniones no habituales de las familias, a veces divididas y molestas por temas de plena actualidad como el ingreso mínimo vital o la eutanasia (que por cierto no es una obligación, como matar a UN TORO tampoco lo es). Acudir a una fiesta si no te gusta el ambiente (previsible) es para cobardes hipócritas o gorrones.
El día de Navidad: Resaca.
Nochevieja: Para algunos, la última.
Los Reyes: Ejem, no todos. Por cierto, disfruten de las ironías de un buen patriota progre, bueno, progre de cara a los discursos institucionales televisados navideños de años menos abdicados, al explorar la naturaleza de la sociedad de los EAU en este enlace:
La cuesta de enero: Hable con su médico de cabecera sólo si es necesario.
Choca esos cinco: Gel hidroalcohólico.
Gilipollas: Mascarilla que no tapa la nariz.
Distanciamiento social: ¿Quién controla el uso de los lavabos públicos en las estaciones de autobuses o la cafetería de turno?
No tener abuela: Fiesta clandestina.
Cuarentena: ¿Cachondeo idealista o deber individual de uno/a que sí entiende que la democracia no implica necesariamente el concepto del Estado Niñero / Paternalista?
Negacionista: También asesino de menores.
Subnormalidad: Intercambio de besos entre dos personas con mascarillas puestas.
Megainfrasubnormaildad: Lo de arriba, pero en un espacio cerrado con techo bajo.
Cotillón: Fiesta privada con banda sonora de ambulancias cuyos conductores tienen ojeras.
Turrón: Ya casi nada es turrón.
Asintomático: Radioactividad de Chernóbil, pero, sin duda, guapísima.
…
¿Feliz Navidad… o Feliz Año Nuevo?
En principio, las dos cosas. Y aunque el concepto de sacrificio - acto de abnegación inspirado por la vehemencia del amor - no esté de moda, sí hay madres y padres que me entienden: no soltemos la mascarilla en estas fechas señaladas. Pensemos en los años de reencuentros venideros, ya que cualquier finde de cualquier mes valdrá.
![[Img #52023]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2020/595_aidan-dsc_0101-2.jpg)
La Navidad, independientemente de la cantidad de ángeles que bailen sobre la solapa de su corazón, es también la celebración de un nacimiento. Parece que este año, sin embargo, va a provocar muertes. Lejos de aguar la fiesta con aerosoles de saliva contagiosa, hoy les ofrezco un pequeño diccionario para poder hacer frente a los eufemismos sentimentales que vamos a emplear durante estas fechas.
Como el maldito fútbol, he seguido a varios equipos a lo largo de la pandemia. Tengo amigos y familiares en distintas provincias de España, departamentos de Francia, estados de los Estados Unidos, Escocia, Inglaterra y, por supuesto, Irlanda. Y este pequeño surtido de países no cubre todas las nacionalidades / pasaportes de las personas a las que quiero.
Las noticias que produce la prensa autóctona de esas jurisdicciones me llevan a una conclusión en ciernes: las aglomeraciones no conocen fronteras y la euforia festiva acabará en una cosecha de desgracias. Las buenas noticias: hay gente buena, boba y peligrosa en todas partes.
Los debates más allá de Los Pirineos son como los de aquí, y muchos políticos -NO TODOS- son más ‘escañadores’ que servidores. Hasta el Rey de Suecia entiende la broma de la inmunidad de rebaño… sin medidas cautelares, sin vacunas, sin cooperación, sin mensajes claros.
El tema del virus es cansino, lo sé, pero es interesante también desde el punto de vista de la antropología. Me hace gracia: con todo el cambio radical e incluso útil que suponen las nuevas tecnologías, parece ser que al ser humano no le basta la realidad virtual, ni una videoconferencia de tan buena calidad que se puedan ver claramente los restos de legaña en los surcos oculares de los más decadentes.
Y, es más, ya que está a la vuelta de la esquina la posibilidad de vacunar al personal indispensable (todos) de los hospitales y los ambulatorios, además de a los ciudadanos más vulnerables - es decir-, los veteranos, los diabéticos, etc., sorprende la urgencia de las ganas de ser impaciente.
…
Pequeño diccionario no alfabético para entender la Navidad de 2020.
Terraza: Juerga.
Sensación térmica: No importa, otro tinto, por favor.
Ir de compras: Engordar.
Estar con los tuyos: Cuidado con los besos de Judas.
Allegado: No se sabe con precisión dónde estuvo ese pavo hace cuatro días y, por lo tanto, igual es positivo.
La Nochebuena: Hay toda una tradición de chistes sobre las conversaciones insoportables asociadas a las reuniones no habituales de las familias, a veces divididas y molestas por temas de plena actualidad como el ingreso mínimo vital o la eutanasia (que por cierto no es una obligación, como matar a UN TORO tampoco lo es). Acudir a una fiesta si no te gusta el ambiente (previsible) es para cobardes hipócritas o gorrones.
El día de Navidad: Resaca.
Nochevieja: Para algunos, la última.
Los Reyes: Ejem, no todos. Por cierto, disfruten de las ironías de un buen patriota progre, bueno, progre de cara a los discursos institucionales televisados navideños de años menos abdicados, al explorar la naturaleza de la sociedad de los EAU en este enlace:
La cuesta de enero: Hable con su médico de cabecera sólo si es necesario.
Choca esos cinco: Gel hidroalcohólico.
Gilipollas: Mascarilla que no tapa la nariz.
Distanciamiento social: ¿Quién controla el uso de los lavabos públicos en las estaciones de autobuses o la cafetería de turno?
No tener abuela: Fiesta clandestina.
Cuarentena: ¿Cachondeo idealista o deber individual de uno/a que sí entiende que la democracia no implica necesariamente el concepto del Estado Niñero / Paternalista?
Negacionista: También asesino de menores.
Subnormalidad: Intercambio de besos entre dos personas con mascarillas puestas.
Megainfrasubnormaildad: Lo de arriba, pero en un espacio cerrado con techo bajo.
Cotillón: Fiesta privada con banda sonora de ambulancias cuyos conductores tienen ojeras.
Turrón: Ya casi nada es turrón.
Asintomático: Radioactividad de Chernóbil, pero, sin duda, guapísima.
…
¿Feliz Navidad… o Feliz Año Nuevo?
En principio, las dos cosas. Y aunque el concepto de sacrificio - acto de abnegación inspirado por la vehemencia del amor - no esté de moda, sí hay madres y padres que me entienden: no soltemos la mascarilla en estas fechas señaladas. Pensemos en los años de reencuentros venideros, ya que cualquier finde de cualquier mes valdrá.






