La falacia del 'pico pardal'
NICOLÁS PÉREZ HIDALGO /
Que una mentira por repetida no termina convirtiéndose en verdad es una cosa bien sabida, al igual que el agua no se puede convertir en vino, pero algunos lo siguen pregonando interesadamente desde los púlpitos, ver para creer. Será por eso que la última encuesta de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) dice que los españoles tenemos una deficiente comprensión lectora y de cálculo simple. Que quiere decir, que no entendemos lo que leemos y a lo que vemos tampoco lo que oímos. No sabemos discriminar la mentira de la verdad ni aun viéndola venir de lejos con un tamaño descomunal. Pero eso, no parecen querer entenderlo (o sí) aquellos que hace unos años pusieron en marcha este dislate sin sentido del garbanzo pico pardal. Y el último esperpento de este asunto se ha vivido hace unos días en los tribunales.
Que se han sembrado garbanzos en Astorga y en las comarcas vecinas no es discutido ni discutible (como en otras), y que esos garbanzos tenían unas características determinadas, tampoco lo es. Pero que esos garbanzos tuvieran nombre y que eso sirva para darle el bautismo a una variedad 'propia'de la zona…eso ya es muy discutible. De hecho los más viejos del lugar, no recuerdan que los garbanzos que cultivaban tuvieran esos caracteres que ahora proclaman como propios de la variedad pico pardal, más bien todo lo contrario.
Que los científicos 'generalistas' se pongan, si se les paga, a caracterizar una variedad de 'algo', no es extraño, de hecho sucede constantemente y en ocasiones sirve para dar visos de legalidad a algo que no la tiene. ¡Palabra de dios, lo dice la universidad de 'guachiflu'! Que los palmeros políticos se pongan al lado por si cae algo (normalmente dinero), tampoco es extraño. Lo extraño es querer engañar a todo el mundo, con que aquí se puede producir una variedad de garbanzos que sea usada en el famoso cocido maragato, cuya característica principal, el comerlo al revés también fue inventado y no en tiempos de Napoleón, sino más cercanos.
La mayoría de los garbanzos de los lineales de los supermercados (sino todos, solo hay que ir a verlo), envasados por las empresas leonesas proceden de Méjico, Canadá, Estados Unidos o Argentina, entre otros. Y la mayoría (sino todos) de los que se consumen en nuestros restaurantes son cultivados de allende los mares. Y lo son porque entre otras cosas aquí (en la comarca) no se cultivan tantas cantidades como son demandadas diariamente y porque nuestras fincas no presentan la uniformidad geomorfológica que permita que todos los garbanzos sean similares, y que por lo tanto en el cocido cuezan todos por igual, no unos sí y otros no.
Podemos seguir vendiendo lo que queramos, que somos la ciudad del chocolate sin fabricarlo, que vendemos cecinas sin tener una imponente cabaña ganadera, que de repente somos 'ciudad educadora' (¡ver para creer!) o que hemos creado de la nada una variedad de legumbre, pero al final las encuestas de la OCDE vendrán a ponernos en nuestro sitio. ¡Ah! y para colmo los picos de los pardales (Passer domesticus), no son ni por asomo parecidos al hipocótilo y a la radícula que tienen los garbanzos.
NICOLÁS PÉREZ HIDALGO /
Que una mentira por repetida no termina convirtiéndose en verdad es una cosa bien sabida, al igual que el agua no se puede convertir en vino, pero algunos lo siguen pregonando interesadamente desde los púlpitos, ver para creer. Será por eso que la última encuesta de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) dice que los españoles tenemos una deficiente comprensión lectora y de cálculo simple. Que quiere decir, que no entendemos lo que leemos y a lo que vemos tampoco lo que oímos. No sabemos discriminar la mentira de la verdad ni aun viéndola venir de lejos con un tamaño descomunal. Pero eso, no parecen querer entenderlo (o sí) aquellos que hace unos años pusieron en marcha este dislate sin sentido del garbanzo pico pardal. Y el último esperpento de este asunto se ha vivido hace unos días en los tribunales.
Que se han sembrado garbanzos en Astorga y en las comarcas vecinas no es discutido ni discutible (como en otras), y que esos garbanzos tenían unas características determinadas, tampoco lo es. Pero que esos garbanzos tuvieran nombre y que eso sirva para darle el bautismo a una variedad 'propia'de la zona…eso ya es muy discutible. De hecho los más viejos del lugar, no recuerdan que los garbanzos que cultivaban tuvieran esos caracteres que ahora proclaman como propios de la variedad pico pardal, más bien todo lo contrario.
Que los científicos 'generalistas' se pongan, si se les paga, a caracterizar una variedad de 'algo', no es extraño, de hecho sucede constantemente y en ocasiones sirve para dar visos de legalidad a algo que no la tiene. ¡Palabra de dios, lo dice la universidad de 'guachiflu'! Que los palmeros políticos se pongan al lado por si cae algo (normalmente dinero), tampoco es extraño. Lo extraño es querer engañar a todo el mundo, con que aquí se puede producir una variedad de garbanzos que sea usada en el famoso cocido maragato, cuya característica principal, el comerlo al revés también fue inventado y no en tiempos de Napoleón, sino más cercanos.
La mayoría de los garbanzos de los lineales de los supermercados (sino todos, solo hay que ir a verlo), envasados por las empresas leonesas proceden de Méjico, Canadá, Estados Unidos o Argentina, entre otros. Y la mayoría (sino todos) de los que se consumen en nuestros restaurantes son cultivados de allende los mares. Y lo son porque entre otras cosas aquí (en la comarca) no se cultivan tantas cantidades como son demandadas diariamente y porque nuestras fincas no presentan la uniformidad geomorfológica que permita que todos los garbanzos sean similares, y que por lo tanto en el cocido cuezan todos por igual, no unos sí y otros no.
Podemos seguir vendiendo lo que queramos, que somos la ciudad del chocolate sin fabricarlo, que vendemos cecinas sin tener una imponente cabaña ganadera, que de repente somos 'ciudad educadora' (¡ver para creer!) o que hemos creado de la nada una variedad de legumbre, pero al final las encuestas de la OCDE vendrán a ponernos en nuestro sitio. ¡Ah! y para colmo los picos de los pardales (Passer domesticus), no son ni por asomo parecidos al hipocótilo y a la radícula que tienen los garbanzos.