Redacción
Jueves, 26 de Diciembre de 2013

La Maragatería de ida y vuelta

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Debajo del estereotipo de pueblo maldito, del cocido y el folclore fluyen muchas 'maragaterías'. Pablo Alonso, el director de la película 'Maragatería: una coreografía', que se proyecta este viernes 27 de diciembre en el Cine Velasco, muestra una comarca de gentes de ida, de vuelta, de paso, de nuevos asentamientos..., que se entrelazan en un territorio que se está repoblando lentamente de buscadores de raíces y arcadias terrenales.


Antes que en Astorga, 'Maragatería: una coreografía' se ha visionado en la Seminci de Valladolid, en el Centro Superior de Investigaciones Científicas de Madrid y en Cambridge, un círculo que se completará próximamente en Londres porque ha sido preseleccionada para el London Spanish Film Festival. Escenarios distintos en los que Pablo Alonso tiene el privilegio de observar la reacción del público ante una película que 'los aquí' deberíamos ver sin la barrera del localismo. "Es complicado hacer una película, mostrarla a quienes se sienten identificados y que se den cuenta cuenta de que no es un retrato de ellos, sino que es una narración cinematográfica", asegura el director, aún así ha querido asumir el riesgo, "porque si haces una película sobre un mundo, sobre unas personas, son ellas las primeras que tienen que verse".


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La película es el resultado de 75 horas de grabación y de la investigación que Pablo Alonso comenzó en la universidad en 2003 sobre la historia, el patrimonio industrial y otros aspectos de esta comarca mítica. Por eso al director no le fue complicado coger la cámara para comenzar a recopilar imágenes y testimonios de quienes habitan en ella. "Muestro la Maragatería que conocí, la del Camino de Santiago con su mundo de hospitaleros, peregrinos, turistas, vagabundos y gente haciéndolo a toda velocidad en plan deportivo"; la de los maragatos jubilados, ex campesinos y pastores "que viven tranquilamente". También cuenta el territorio de los neorrurales que han venido de fuera, ingleses, alemanes, suizos, suecos u holandeses "que han encontrado en Maragatería un remanso de paz y tranquilidad, y creen que se puede repoblar, que se puede vivir aquí". En la película se enseña a los inmigrantes peruanos, búlgaros o marroquíes "que la gente no conoce". Según el realizador astorgano, "ninguno entiende mejor que otro la Maragatería, simplemente la viven de formas distintas".


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El ejercicio realizado por el director astorgano es un intento por "buscar esa conexión entre los emigrantes que se fueron a Argentina, a Alemania a Suiza, tratar de buscar esos testimonios y a la vez conectar eso con cómo ahora nos volvemos a ir, pero ellos también vienen cansados de la vida en las ciudades. He querido que se vea ese mundo de los paisanos, de cómo ellos entienden la ida a Alemania como una suerte para sus hijos, y cómo los alemanes se quieren venir a vivir aquí como un lujo para ellos con la naturaleza, la libertad y los espacios abiertos". 


Y estos mundos ¿se relación entre sí o viven en espacios estancos? Pablo Alonso entiende que existe poca relación entre todas las maragatarías, pero sí existen encuentros como el de "la paisana que compartía semillas con los de Matavenero o la fábrica de mantas que sobrevivió porque los hippies se las compraban y las vendían en Alemania". Estas interconexiones, a decir del director, demuestran que existen otros modelos de territorios que las instituciones no ven "basados en redes alternativas. Se invierten millones en salvar la artesanía, pero viene un hippie y la salva. Estas cosas la película no te las dice, no es didáctica, no haya narrador omnisciente, no hay voz en off, la película cuenta cosas que suceden, no dice nada políticamente claro".


Más información:

'Maragatería: una coreografía', de la productora, Bambara Zinema

Cine Velasco

27 de diciembre

Dos pases: 18 y 20 horas

Precio: 5 euros


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