Velada valura
MANUELA BODAS /
- ¡Echa otro tuco de encina Romualda! Que esta noche está que congela los alientos. Que el ti Manuel y Mercedes, han dicho que hoy, se iban a acercar a la velada.
Romualda mete en la chimenea otro tuero, mejor dicho dos, porque si venía el ti Manuel, la velada sería larga y a la Mercedes, tampoco se le hacían ascos los recuerdos pasados, que tenía ciento y la madre para no parar de contar en horas.
En cuanto llegaron Manuel y Mercedes, Romualda comenzó su labor con la rueca, había que devanar lana, tenía varios encargos de la capital, unos cuantos pares de calcetines, dos chaquetas, y dos pequeñas mantas que haría la Mercedes en el telar de lanzadera.
En la mesa había una botella de anís y una bandeja con pastas de hacía ocho días, cuando se había arrojado el horno de casa para el pan. Alrededor de la misma, se sentaron ocho vecinos, también había seis chavales al pie de la chimenea que se reían nerviosos y expectantes, ante el olorín de las castañas asándose en las brasas.
- Mercedes, cuéntanos el episodio de tu tío el valiente, aquel día que le hizo frente a una jabalina madre en el monte, para que no se metiera ni con sus ovejas ni con su perro.
Mercedes parlamentó durante un rato sobre aquella bonita historia en la que el que se enfrentó a la jabalina fue el perro de su tío y no él, aunque eso nunca lo había reconocido.
-¿Manuel porqué no nos cuentas esos cuentos tan bonitos de África, India, Pakistán, y de esos sitios por dónde has viajado?
Y Manuel, con su natural manera de contar y de hilar palabras, narraba bellas historias de sus viajes por el mundo, como la del animal más rápido, o el hombre de la camisa feliz, o la del amor azul marino.
Luego los otros vecinos, se acercaron a los recuerdos de la juventud, como cuando de mozos, se hacía la ronda de las chicas y los chicos y el último que llegaba a la cantina, pagaba el cuartillo, o de las rencillas entre ellos y los del pueblo vecino. Así hasta que las brasas se fueron apagando y los sueños fueron empujando a cada uno para su casa.
Todo este argumento, vino a ser el mismo que se reprodujo el sábado 28 de diciembre en el Museo de La Comunal de San Lorenzo, dentro del programa cultural 'De Adviento a la Navidad' preparado por Miguel Ángel Cordero, responsable y conservador Museos Textiles del Val de San Lorenzo.
En La Comunal y presentados por la alcaldesa de la localidad, Mercedes G. Rojo, Manuel Cortés Blanco y una servidora, fuimos desgranando nuestras ficciones, disfrutando del ambiente que allí se creó con la participación de alguno de los vecinos que habían acudido a la velada o filandón. En la velada se sumó al placer de contar, el de escuchar a los otros y el de aprender y compartir con todos los allí presentes.
Desde estas letras, quiero dar las gracias a Miguel Ángel Cordero y a los organizadores del filandón, así como a mis compañeros de cuentos y a todos los presentes que acudieron a escucharnos, por hilar recuerdos al calor de la experiencia.
MANUELA BODAS /
- ¡Echa otro tuco de encina Romualda! Que esta noche está que congela los alientos. Que el ti Manuel y Mercedes, han dicho que hoy, se iban a acercar a la velada.
Romualda mete en la chimenea otro tuero, mejor dicho dos, porque si venía el ti Manuel, la velada sería larga y a la Mercedes, tampoco se le hacían ascos los recuerdos pasados, que tenía ciento y la madre para no parar de contar en horas.
En cuanto llegaron Manuel y Mercedes, Romualda comenzó su labor con la rueca, había que devanar lana, tenía varios encargos de la capital, unos cuantos pares de calcetines, dos chaquetas, y dos pequeñas mantas que haría la Mercedes en el telar de lanzadera.
En la mesa había una botella de anís y una bandeja con pastas de hacía ocho días, cuando se había arrojado el horno de casa para el pan. Alrededor de la misma, se sentaron ocho vecinos, también había seis chavales al pie de la chimenea que se reían nerviosos y expectantes, ante el olorín de las castañas asándose en las brasas.
- Mercedes, cuéntanos el episodio de tu tío el valiente, aquel día que le hizo frente a una jabalina madre en el monte, para que no se metiera ni con sus ovejas ni con su perro.
Mercedes parlamentó durante un rato sobre aquella bonita historia en la que el que se enfrentó a la jabalina fue el perro de su tío y no él, aunque eso nunca lo había reconocido.
-¿Manuel porqué no nos cuentas esos cuentos tan bonitos de África, India, Pakistán, y de esos sitios por dónde has viajado?
Y Manuel, con su natural manera de contar y de hilar palabras, narraba bellas historias de sus viajes por el mundo, como la del animal más rápido, o el hombre de la camisa feliz, o la del amor azul marino.
Luego los otros vecinos, se acercaron a los recuerdos de la juventud, como cuando de mozos, se hacía la ronda de las chicas y los chicos y el último que llegaba a la cantina, pagaba el cuartillo, o de las rencillas entre ellos y los del pueblo vecino. Así hasta que las brasas se fueron apagando y los sueños fueron empujando a cada uno para su casa.
Todo este argumento, vino a ser el mismo que se reprodujo el sábado 28 de diciembre en el Museo de La Comunal de San Lorenzo, dentro del programa cultural 'De Adviento a la Navidad' preparado por Miguel Ángel Cordero, responsable y conservador Museos Textiles del Val de San Lorenzo.
En La Comunal y presentados por la alcaldesa de la localidad, Mercedes G. Rojo, Manuel Cortés Blanco y una servidora, fuimos desgranando nuestras ficciones, disfrutando del ambiente que allí se creó con la participación de alguno de los vecinos que habían acudido a la velada o filandón. En la velada se sumó al placer de contar, el de escuchar a los otros y el de aprender y compartir con todos los allí presentes.
Desde estas letras, quiero dar las gracias a Miguel Ángel Cordero y a los organizadores del filandón, así como a mis compañeros de cuentos y a todos los presentes que acudieron a escucharnos, por hilar recuerdos al calor de la experiencia.




