Manuela Bodas Puente
Lunes, 17 de Febrero de 2014
CA-DÁ-VER
Ca-da-vez, más huesos en la arena.
Ca-dá-ver, que suma calcio en la arena.
Ca-da-cual, tiene alas, no cadenas.
Ca-dá-ver, encadenado al hambre.
Ca-da-quien, es libre de cruzar fronteras.
Ca-dá-ver, rociado de igualdad.
Ca-da-vez, que cae un hombre en la frontera,
deberían abrirse las carnes de la tierra.
Ca-dá-ver, dedos vacíos de leche, de pan.
Sólo válidos para acunar a la muerte.
Ca-da-vez que me asomo a mi estómago lo veo, veo un
Ca-dá-ver que me persigue, porque cada muerto sin dignidad,
lleva átomos que le dejé, allá por el último mañana.
Ca-da-vez que cae un hombre en la frontera, soy
Ca-dá-ver. Me callo como un cadáver.
Ca-dá-ver. Cierro los ojos como un cadáver.
Es muy triste que me esté acostumbrado
a no sentir a los otros,
como verdadera parte de mí. Muy triste, ver el
Ca-dá-ver del otro, ajeno al mío.
Dedicado a todos los humanos
que nutren los océanos
del mar y de la tierra,
con su no existencia.
Ca-da-vez, más huesos en la arena.
Ca-dá-ver, que suma calcio en la arena.
Ca-da-cual, tiene alas, no cadenas.
Ca-dá-ver, encadenado al hambre.
Ca-da-quien, es libre de cruzar fronteras.
Ca-dá-ver, rociado de igualdad.
Ca-da-vez, que cae un hombre en la frontera,
deberían abrirse las carnes de la tierra.
Ca-dá-ver, dedos vacíos de leche, de pan.
Sólo válidos para acunar a la muerte.
Ca-da-vez que me asomo a mi estómago lo veo, veo un
Ca-dá-ver que me persigue, porque cada muerto sin dignidad,
lleva átomos que le dejé, allá por el último mañana.
Ca-da-vez que cae un hombre en la frontera, soy
Ca-dá-ver. Me callo como un cadáver.
Ca-dá-ver. Cierro los ojos como un cadáver.
Es muy triste que me esté acostumbrado
a no sentir a los otros,
como verdadera parte de mí. Muy triste, ver el
Ca-dá-ver del otro, ajeno al mío.
Dedicado a todos los humanos
que nutren los océanos
del mar y de la tierra,
con su no existencia.
