Arriería Maragata: Diligencias del Poniente de España ( y XX)
Esteban Carro Celada
Menudencias del día a día. El invierno es malo. El paso de Piedrafita difícil. Y así cuando pasa su coche el mayoral de Raspal resulta que ha gastado más del triple de lo recaudado. En la junta directiva del 21 de febrero, se le concede a José Rodríguez una indemnización de 1500 reales, por las pérdidas ocasionadas con la compra del pienso, de tanta carestía en Galicia en este año. Acuerdo verbal con el director de 'Generales' para terminar con la guerra de precios. El 29 de marzo se expulsa de ‘Diligencias del Poniente de España’ al mayoral Gabriel Miñana, “por los desacreditables vuelcos que dio". Una de indicaciones que se le dan al nuevo administrador de al Coruña para que sepa argumentar con los de 'Generales', nos muestran el modo de abordar el mundo de la empresa de estos maragatos: “En competencia montó el servicio la empresa y está tan acostumbrada a competencia, que el director cuando le falta no tiene en el trabajo distracción”. Cuando a finales de octubre la empresa hace balance para constituir una nueva sociedad, escribe que todavía sigue en pie la deuda del viaje vacacional a Oviedo de S. Majestad la Reina Madre, que asciende a la cantidad de 64764 reales de vellón.
![[Img #9978]](upload/img/periodico/img_9978.jpg)
Unas cartas enviadas a Ignacio Pérez y a Vicente Crespo Cordero, ambos en Santiago de Millas, pretenden hacerles participar en la venta del tiro de la viuda de Carro. Estos dirigentes de ‘Poniente’ no quisieron comprarlas en siete mil pesetas. A Ignacio se le dice que eso le sale más barato que alquilar en ocasiones caballerías, como han tenido que hacer los mayorales para reforzar su tiro de San Cristobal a Mojados. A Crespo Cordero le recomiendan el par de Lanza.
Los caminos están más infames que nunca. Esto asegura el 5 de febrero el director a su sobrestante.
Santiago Franco va a salir de Madrid para recorrer la línea hasta Valladolid y León, donde se entrevistará con Lesaca, ahora en La Coruña, haciendo la liquidación de la administración de Rodríguez Roldán.
Los coches en Pajares paraban en casa de Centeno, pero los dueños no saben hacerse acreedores, ni cumplir con su deber. Por este motivo Tomás Gracia desvió la parada unos días atrás.
El invierno es malo. El paso de Piedrafita difícil. Y así cuando pasa su coche el mayoral de Raspal resulta que ha gastado más del triple de lo recaudado: “sus recibos se parecen a las cuentas del gran capitán. Y sigue Gabriel Miñana, “que en el paso de un solo coche gastó trescientos sesenta reales que unidos a los de los gastos del viaje, ascienden a más de lo recaudado”. Hace el elogio del mayoral Pacheco, que fue mucho más parco y mirado.
“No me cabe la menor duda que habrá quien haga la guerra a Tomás Gracia”. El tiro y el paso de los viajeros por Pajares no se hizo con la fluidez que esperaba el director, según lo previsto el año anterior, en tiempo de invierno. “Los cuentos y chismes que sobre él se hayan forjado o no han llegado a mi noticia o no les he hecho caso”. Uno de ellos es que Gracia cobraba dos duros a cada uno de los viajeros. Cuentos.
Valladolid, sin montañas ha ido acumulando sus fondos. Se los demandan desde Madrid al administrador:”pues con los atascos de los puertos y la mala estación han sido escasos los ingresos”.
En la junta directiva del 21 de febrero, se le concede a José Rodríguez una indemnización de 1500 reales, por las pérdidas ocasionadas con la compra del pienso, de tanta carestía en Galicia en este año. La proposición fue apoyada por Luis Franco Alonso y Francisco Alonso Cordero.
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En La Coruña, los coches de Diligencias del Poniente están en el taller de Vilar. “Hoy se me ha presentado el maestro de coches José Vilar y haciéndome presente los perjuicios que se le irrogan por no ir los coches de la empresa de Generales al taller donde se componen los nuestros, he determinado que estando nuestros dos coches siempre bajo cubierto, en ese taller tal cual han estado hasta hoy, no tengo ningún inconveniente en acordarle lo que solicita, para cuyo efecto le exijo cubra el patio, la parte de patio que está sin él, de manera que pueda cobijarse un coche bajo de él, y que el coche de generales se ponga en la parte donde él tiene el taller o mejor dicho donde está el banco de carpintería”.
En la misma carta se incorpora una regañina por la dependencia y demarcación de León. Aunque sea más bien la de Astorga, pues se ha enviado dinero a Luis Franco Alonso por medio de mayoral Canuto, y no sabe quién se lo dio.
El 17 de mayo el sobrestante Plácido Lesaca viene hacia Castilla. En Sobrado ha hecho un buen contrato con ‘el amo de la posada’. También manda bajar a Villafranca a los ‘bueyeros’, para hacerles la cuenta del invierno.
Asegura que se ha entrevistado con el director de ‘Generales’. Él le ha manifestado que si hacen rebaja es porque van a hacérsela a ‘Poniente de España’. Se ha llegado a un acuerdo verbal firme de mantenimiento de los precios iniciales.
El máximo descrédito y falta para un mayoral era volcar la diligencia. Así lo calibra la dirección, cuando habla de ello con don Juan Alba, a propósito del vuelco sin consecuencias de Tiburcio Lobo. El director Santiago Franco le comunica a Miguel Crespo de Astorga que se entere bien de los precios de ‘Generales’, que no haga caso de los dichos. Y en última instancia, la empresa ‘Poniente de España’ está tan prestigiada que en igualdad de precio deben elegir la nuestra.
A propósito de vuelcos, el 29 de marzo se expulsa de ‘Diligencias del Poniente de España’ al mayoral Gabriel Miñana, “por los desacreditables vuelcos que dio. Ya se sabe que a mí no me gusta perdonar estas faltas, pues no puedo atribuirlas sino a descuido, a falta de inteligencia en la conducción del carruaje, cosa merecedora de ser castigada”.
El 31 de marzo llegó a Madrid un coche que habían reparado en León. Traía aros nuevos, pero muy desgastados porque las llantas eran de hierro muy malo que deberá de cambiar el maestro de coches.
El 9 de abril se imparten unas indicaciones al nuevo administrador de La Coruña para que sepa enfrentarse con los que han planteado la urgencia de poner una línea hasta Vigo que enlace solamente con la otra empresa de ‘Diligencias de Generales’. Le dicen que ha de tener picardía para saber manejar estos negocios de diligencias, en las que él todavía es un primerizo: “Al dueño de la nueva empresa podrá usted hacerle el siguiente razonamiento y justa advertencia, sin decirle que es oficial, como cosa de usted. Si monta el servicio y trae y lleva solo los asientos de la empresa ‘Generales’, debe conocer que nos obliga a montar otro servicio que traiga y lleve los nuestros”. “Si la nueva empresa nos hace perder uno o dos, mejor será perderlo en competencia con ella y de este modo estamos seguros de perder ambas empresas y podremos sentir nosotros menos la pérdida, porque aunque perdamos en la línea de Vigo a La Coruña, será en parte sufragada por la ganancia que nos dejen los asientos que vengan procedentes de la línea de Vigo a puntos de la línea de La Coruña a Madrid y viceversa”.
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El último razonamiento es el siguiente: “En competencia montó el servicio la empresa y está tan acostumbrada a competencia, que el director cuando le falta no tiene en el trabajo distracción”.
Se va a aligerar el servicio de cara a la nueva temporada que comienza, emprendiendo un itinerario mucho más movido y ganando horas hasta Madrid. Por la zona de Oviedo están dando instrucciones para que los tiros remuneren ahora a la empresa con un buen servicio; el descanso invernal que supuso haber transportado coches de 7 plazas en vez de 12, como lo contratado para aquella línea. Se plantea el tema del parador de Oviedo: “Deseo se sirvan escribirme sobre el servicio que prestan en el parador, pues la mujer de un tal ‘Villamil’ pretende el parador y funda su pretensión en el mal servicio y pocas atenciones que tienen para con los viajeros. Yo no sé nada de esto y al contrario, siempre he tenido en buena opinión el parador de la Tiñana”.
La línea a Vigo les quita el sueño; pero están decididos a hacer lo que han sugerido. Desean perecer, pero compitiendo. Y así, Lesaca recibe la notificación de enterarse a fondo del asunto, y si fuera cierto “estudie la línea y los puntos de parada, para montarla”. “En ese caso me trasladaré yo a La Coruña y ya tenemos unos cuantos tiros para cubrir la carrera, pertenecientes a los socios de ‘Poniente de España’.
La línea de Santander necesita una renovación, después del duro invierno.
La empresa ‘Postas Generales’ ha levantado algunos tiros para cubrir la carrera de Bayona.
Este sostenido afán de competencia, estrictamente comercial y el ánimo de diálogo desembocan en una solución para la diferencia de tarifas y su desorden. Han llegado a un acuerdo. Y ambas compañías exhibirán sus tarifas idénticas. Se trata de un acuerdo a nivel de direcciones. Se transmite la noticia a los principales interesados: “Cobrarán uno y otro los precios fijados en la nueva tarifa sin hacer alteración alguna por ninguna razón ni bajo ningún pretexto; y usted vigilará si el señor Tambo lo hace y tratará de hacerse con el documento comprobante de su falta de exactitud, en el cumplimiento de lo estipulado por ambas empresas”.
El 31 del mes de octubre de 1854, en el ‘Diario’ de la Compañía de Diligencias del Poniente de España, podemos leer el ‘Balance de Salida’, que supone la cantidad total de 669842,32 reales de vellón, que representan los “saldos de las siguientes cuentas deudoras que se les abonan para cerrarlas y pasarlas al libro que principia en 1º de octubre, desde cuyo día se considera nueva sociedad”. Entre la ganancia y la pérdida, efectos y tiros propios de la sociedad todavía sigue en pie la deuda del viaje vacacional a Oviedo de S. Majestad la Reina Madre, que asciende a la cantidad de 64764 reales de vellón.
Al año siguiente, 1855 aún hallamos rastros de la existencia, prospera de las góndolas de la empresa maragata, culminación fastuosa de su emprendimiento visionario, víspera del tren, ‘Poniente de España’.
Esteban Carro Celada
Menudencias del día a día. El invierno es malo. El paso de Piedrafita difícil. Y así cuando pasa su coche el mayoral de Raspal resulta que ha gastado más del triple de lo recaudado. En la junta directiva del 21 de febrero, se le concede a José Rodríguez una indemnización de 1500 reales, por las pérdidas ocasionadas con la compra del pienso, de tanta carestía en Galicia en este año. Acuerdo verbal con el director de 'Generales' para terminar con la guerra de precios. El 29 de marzo se expulsa de ‘Diligencias del Poniente de España’ al mayoral Gabriel Miñana, “por los desacreditables vuelcos que dio". Una de indicaciones que se le dan al nuevo administrador de al Coruña para que sepa argumentar con los de 'Generales', nos muestran el modo de abordar el mundo de la empresa de estos maragatos: “En competencia montó el servicio la empresa y está tan acostumbrada a competencia, que el director cuando le falta no tiene en el trabajo distracción”. Cuando a finales de octubre la empresa hace balance para constituir una nueva sociedad, escribe que todavía sigue en pie la deuda del viaje vacacional a Oviedo de S. Majestad la Reina Madre, que asciende a la cantidad de 64764 reales de vellón.
Unas cartas enviadas a Ignacio Pérez y a Vicente Crespo Cordero, ambos en Santiago de Millas, pretenden hacerles participar en la venta del tiro de la viuda de Carro. Estos dirigentes de ‘Poniente’ no quisieron comprarlas en siete mil pesetas. A Ignacio se le dice que eso le sale más barato que alquilar en ocasiones caballerías, como han tenido que hacer los mayorales para reforzar su tiro de San Cristobal a Mojados. A Crespo Cordero le recomiendan el par de Lanza.
Los caminos están más infames que nunca. Esto asegura el 5 de febrero el director a su sobrestante.
Santiago Franco va a salir de Madrid para recorrer la línea hasta Valladolid y León, donde se entrevistará con Lesaca, ahora en La Coruña, haciendo la liquidación de la administración de Rodríguez Roldán.
Los coches en Pajares paraban en casa de Centeno, pero los dueños no saben hacerse acreedores, ni cumplir con su deber. Por este motivo Tomás Gracia desvió la parada unos días atrás.
El invierno es malo. El paso de Piedrafita difícil. Y así cuando pasa su coche el mayoral de Raspal resulta que ha gastado más del triple de lo recaudado: “sus recibos se parecen a las cuentas del gran capitán. Y sigue Gabriel Miñana, “que en el paso de un solo coche gastó trescientos sesenta reales que unidos a los de los gastos del viaje, ascienden a más de lo recaudado”. Hace el elogio del mayoral Pacheco, que fue mucho más parco y mirado.
“No me cabe la menor duda que habrá quien haga la guerra a Tomás Gracia”. El tiro y el paso de los viajeros por Pajares no se hizo con la fluidez que esperaba el director, según lo previsto el año anterior, en tiempo de invierno. “Los cuentos y chismes que sobre él se hayan forjado o no han llegado a mi noticia o no les he hecho caso”. Uno de ellos es que Gracia cobraba dos duros a cada uno de los viajeros. Cuentos.
Valladolid, sin montañas ha ido acumulando sus fondos. Se los demandan desde Madrid al administrador:”pues con los atascos de los puertos y la mala estación han sido escasos los ingresos”.
En la junta directiva del 21 de febrero, se le concede a José Rodríguez una indemnización de 1500 reales, por las pérdidas ocasionadas con la compra del pienso, de tanta carestía en Galicia en este año. La proposición fue apoyada por Luis Franco Alonso y Francisco Alonso Cordero.
En La Coruña, los coches de Diligencias del Poniente están en el taller de Vilar. “Hoy se me ha presentado el maestro de coches José Vilar y haciéndome presente los perjuicios que se le irrogan por no ir los coches de la empresa de Generales al taller donde se componen los nuestros, he determinado que estando nuestros dos coches siempre bajo cubierto, en ese taller tal cual han estado hasta hoy, no tengo ningún inconveniente en acordarle lo que solicita, para cuyo efecto le exijo cubra el patio, la parte de patio que está sin él, de manera que pueda cobijarse un coche bajo de él, y que el coche de generales se ponga en la parte donde él tiene el taller o mejor dicho donde está el banco de carpintería”.
En la misma carta se incorpora una regañina por la dependencia y demarcación de León. Aunque sea más bien la de Astorga, pues se ha enviado dinero a Luis Franco Alonso por medio de mayoral Canuto, y no sabe quién se lo dio.
El 17 de mayo el sobrestante Plácido Lesaca viene hacia Castilla. En Sobrado ha hecho un buen contrato con ‘el amo de la posada’. También manda bajar a Villafranca a los ‘bueyeros’, para hacerles la cuenta del invierno.
Asegura que se ha entrevistado con el director de ‘Generales’. Él le ha manifestado que si hacen rebaja es porque van a hacérsela a ‘Poniente de España’. Se ha llegado a un acuerdo verbal firme de mantenimiento de los precios iniciales.
El máximo descrédito y falta para un mayoral era volcar la diligencia. Así lo calibra la dirección, cuando habla de ello con don Juan Alba, a propósito del vuelco sin consecuencias de Tiburcio Lobo. El director Santiago Franco le comunica a Miguel Crespo de Astorga que se entere bien de los precios de ‘Generales’, que no haga caso de los dichos. Y en última instancia, la empresa ‘Poniente de España’ está tan prestigiada que en igualdad de precio deben elegir la nuestra.
A propósito de vuelcos, el 29 de marzo se expulsa de ‘Diligencias del Poniente de España’ al mayoral Gabriel Miñana, “por los desacreditables vuelcos que dio. Ya se sabe que a mí no me gusta perdonar estas faltas, pues no puedo atribuirlas sino a descuido, a falta de inteligencia en la conducción del carruaje, cosa merecedora de ser castigada”.
El 31 de marzo llegó a Madrid un coche que habían reparado en León. Traía aros nuevos, pero muy desgastados porque las llantas eran de hierro muy malo que deberá de cambiar el maestro de coches.
El 9 de abril se imparten unas indicaciones al nuevo administrador de La Coruña para que sepa enfrentarse con los que han planteado la urgencia de poner una línea hasta Vigo que enlace solamente con la otra empresa de ‘Diligencias de Generales’. Le dicen que ha de tener picardía para saber manejar estos negocios de diligencias, en las que él todavía es un primerizo: “Al dueño de la nueva empresa podrá usted hacerle el siguiente razonamiento y justa advertencia, sin decirle que es oficial, como cosa de usted. Si monta el servicio y trae y lleva solo los asientos de la empresa ‘Generales’, debe conocer que nos obliga a montar otro servicio que traiga y lleve los nuestros”. “Si la nueva empresa nos hace perder uno o dos, mejor será perderlo en competencia con ella y de este modo estamos seguros de perder ambas empresas y podremos sentir nosotros menos la pérdida, porque aunque perdamos en la línea de Vigo a La Coruña, será en parte sufragada por la ganancia que nos dejen los asientos que vengan procedentes de la línea de Vigo a puntos de la línea de La Coruña a Madrid y viceversa”.
El último razonamiento es el siguiente: “En competencia montó el servicio la empresa y está tan acostumbrada a competencia, que el director cuando le falta no tiene en el trabajo distracción”.
Se va a aligerar el servicio de cara a la nueva temporada que comienza, emprendiendo un itinerario mucho más movido y ganando horas hasta Madrid. Por la zona de Oviedo están dando instrucciones para que los tiros remuneren ahora a la empresa con un buen servicio; el descanso invernal que supuso haber transportado coches de 7 plazas en vez de 12, como lo contratado para aquella línea. Se plantea el tema del parador de Oviedo: “Deseo se sirvan escribirme sobre el servicio que prestan en el parador, pues la mujer de un tal ‘Villamil’ pretende el parador y funda su pretensión en el mal servicio y pocas atenciones que tienen para con los viajeros. Yo no sé nada de esto y al contrario, siempre he tenido en buena opinión el parador de la Tiñana”.
La línea a Vigo les quita el sueño; pero están decididos a hacer lo que han sugerido. Desean perecer, pero compitiendo. Y así, Lesaca recibe la notificación de enterarse a fondo del asunto, y si fuera cierto “estudie la línea y los puntos de parada, para montarla”. “En ese caso me trasladaré yo a La Coruña y ya tenemos unos cuantos tiros para cubrir la carrera, pertenecientes a los socios de ‘Poniente de España’.
La línea de Santander necesita una renovación, después del duro invierno.
La empresa ‘Postas Generales’ ha levantado algunos tiros para cubrir la carrera de Bayona.
Este sostenido afán de competencia, estrictamente comercial y el ánimo de diálogo desembocan en una solución para la diferencia de tarifas y su desorden. Han llegado a un acuerdo. Y ambas compañías exhibirán sus tarifas idénticas. Se trata de un acuerdo a nivel de direcciones. Se transmite la noticia a los principales interesados: “Cobrarán uno y otro los precios fijados en la nueva tarifa sin hacer alteración alguna por ninguna razón ni bajo ningún pretexto; y usted vigilará si el señor Tambo lo hace y tratará de hacerse con el documento comprobante de su falta de exactitud, en el cumplimiento de lo estipulado por ambas empresas”.
El 31 del mes de octubre de 1854, en el ‘Diario’ de la Compañía de Diligencias del Poniente de España, podemos leer el ‘Balance de Salida’, que supone la cantidad total de 669842,32 reales de vellón, que representan los “saldos de las siguientes cuentas deudoras que se les abonan para cerrarlas y pasarlas al libro que principia en 1º de octubre, desde cuyo día se considera nueva sociedad”. Entre la ganancia y la pérdida, efectos y tiros propios de la sociedad todavía sigue en pie la deuda del viaje vacacional a Oviedo de S. Majestad la Reina Madre, que asciende a la cantidad de 64764 reales de vellón.
Al año siguiente, 1855 aún hallamos rastros de la existencia, prospera de las góndolas de la empresa maragata, culminación fastuosa de su emprendimiento visionario, víspera del tren, ‘Poniente de España’.