'Rosa enferma': una arquitectura de la ruina
    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        			        			        			        			        			        			        
    
    
    
	
	
        
        
        			        			        			        			        			        			        			        	
                                
                    			        			        
        
                
        
        ![[Img #10332]](upload/img/periodico/img_10332.jpg)
 
En el homenaje que este viernes se celebró en la casa de Panero, al que fuera el hijo mediano, el distraído, “él, que un niño será toda la vida”, la poeta Violeta Medina trabó una guirnalda de poemas o de rosas, una de Leopoldo Mª y otra suya, a son de cuenco tibetano. En cada paso la sombra recorría el cuerpo de la luz. Los dioses se embadurnaron de sangre y de los labios se hizo un paso al país de los muertos…
 
![[Img #10333]](upload/img/periodico/img_10333.jpg)
 
El acto se dividió en tres sucesos. En una primera parte se buscó la relación del poeta con Astorga, y en ella intervinieron Juan José Alonso Perandones, Rafael García y Luis Miguel Alonso Guadalupe.
 
Destacó Perandones, desde una óptica astorgana y universal el ‘Significado de la casa Panero’, la excepcionalidad que supone la familia Panero dentro de la poesía española. A partir de los libros ‘Espejo de Sombras’ y ‘El contorno del abismo’, Perandones mostró los vínculos que en la infancia y juventud, Leopoldo Mº mantuvo con Astorga. Recordó también a ‘Huerga y Fierro’, editores del libro terminal ‘Rosa enferma’, la cuestión candente sobre el destino de las cenizas de Leopoldo María Panero, los derechos de autor etc. También dijo que el Ayuntamiento de Astorga considera que estas tres figuras son esenciales para el futuro cultural de nuestra ciudad, por lo que estaría interesado en rescatar cuanto material hubiera, tanto en el hospital como en posesión de otros particulares.
 
Rafael García comentó la manera en que llegaron los poemas inéditos de Leopoldo Mº Panero a la revista ‘Astórica’; a continuación leyó uno de ellos; y Luis Miguel Alonso Guadalupe mostró exhaustivamente la relación de Leopoldo María con el cine.
 
![[Img #10335]](upload/img/periodico/img_10335.jpg)
 
‘Rosa enferma'
En la segunda parte del acto, dedicada a 'Rosa enferma', comenzó Antonio Huerga, de ‘Huerga y Fierro’ señalando que “la editorial, no quiere nada”, en la actualidad posee la administración de las obras de Panero, pero no son de su propiedad. “En el momento que hubiera unos herederos se negociaría lo que hubiere que negociar. Queremos que Leopoldo María Panero no solamente sea de Astorga, sino que sea universal. Que Astorga necesita a Panero, pues lo va a tener, pero Leopoldo Mª, siendo fiel a su manera de ser, siempre se nos va a escapar, es un poco de todos”.
 
Sobre la presentación única y mundial de ‘Rosa enferma’ manifestó sentirse muy a gusto de que haya sido en Astorga.
 
En el turno de Ángel Guinda, amigo y buen conocedor del poeta, lo calificó de estigmatizado, transgresor, también como el aislado, el incómodo, el aniquilador, el maldito. Como caso poético destacó de Leopoldo su precocidad, su radicalidad;  “vivirá más como ‘escriba’, antes de hacer él la obra, será la obra quien le haga y le deshaga a él. Es el rito de la escritura vivida, padecida, el motor que le arrastrará al mito”. De ‘Rosa enferma’ señaló que era “su testamento poético, pero también una arquitectura de la ruina. Libro apocalíptico acerca del horror de vivir y de morir. Contiene numerosos aforismos que dicen grandes verdades acerca de la condición humana que siempre es miserable. Utiliza continuamente el ‘dixit’ como una letanía”.
 
![[Img #10336]](upload/img/periodico/img_10336.jpg)
 
El escritor leonés Luis Artigue recordó que Leopoldo María, en los últimos tiempos había perdido la alegría de vivir, por lo que al doctor Moreno, su psiquiatra, se le ocurrió embarcarlo en un proyecto, éste sería el de redactar su testamento. ‘Rosa enferma’ es eso, “es la propia poesía, la única razón para poder continuar viviendo un poquito más”. “Este libro –continuó diciendo Artigue- está hecho para enmendar toda esa leyenda que se ha creado en torno suyo. Al final cuando piensa en todo aquello que ama, Leopoldo María Panero no piensa en su infancia, ni mucho menos piensa en Astorga, no piensa en la ‘Marca Panero’, no piensa en el cine, quiere quitarse todo eso y no quiere vincularse ni con la poesía del padre ni con la del hermano, sino con Rimbaud, Verlaine, Haro Ibars etc; y hace una poesía delirante. ¿Qué me ha traído hasta aquí en la vida?; me ha traído la propia poesía. Entonces lo que deja en testamento a la gente que le rodea es este continuo ‘dixit’ en que consiste la propia poesía desnuda”.
 
Artigue subrayó que “’Rosa enferma’ es el testimonio del éxito, pero del éxito de quién no es nadie; y cuando ha triunfado, sigue sin ser nadie”. La poesía, continuó diciendo, es algo que va mucho más allá de las palabras, es la tremenda humanidad que surge cuando se da una ‘conspiración de la amistad’”. Refiriéndose en este caso a la conjunción de amistades y apoyos que se generaron en la construcción del presente libro testamentario de Leopoldo María.
 
![[Img #10334]](upload/img/periodico/img_10334.jpg)
 
En la tercera parte recitaron poemas Mari Fe Santiago, Rafael Saravia, Tomás Nestor Martínez y se leyó el poema ’Soliloquio’, enviado por Javier de la Rosa, primo de Leopoldo, para la presente ocasión.
 
Mientras tanto Tomás Nestor avanzaba la hipótesis de que Leopoldo Mª Panero no ha existido como poeta, ha habido en cambio un ser físico bastante deteriorado llamado así.  Leopoldo “ha sido un juego de la otredad del ser. Es una doble visión y una virtualidad desajustada e ilusoria…Él mismo, el personaje físico, dice en ‘Narciso’ que soñó haber escrito… ‘Rosa  Enferma’ no es un libro testamentario, sino que es ‘un libro terminal’, no porque le falte el aliento, el aire; sino porque pone un punto y ya veremos…”
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                                                                            	
                                        
                                                                                                                                                                                                    
    
    
	
    
![[Img #10332]](upload/img/periodico/img_10332.jpg)
En el homenaje que este viernes se celebró en la casa de Panero, al que fuera el hijo mediano, el distraído, “él, que un niño será toda la vida”, la poeta Violeta Medina trabó una guirnalda de poemas o de rosas, una de Leopoldo Mª y otra suya, a son de cuenco tibetano. En cada paso la sombra recorría el cuerpo de la luz. Los dioses se embadurnaron de sangre y de los labios se hizo un paso al país de los muertos…
![[Img #10333]](upload/img/periodico/img_10333.jpg)
El acto se dividió en tres sucesos. En una primera parte se buscó la relación del poeta con Astorga, y en ella intervinieron Juan José Alonso Perandones, Rafael García y Luis Miguel Alonso Guadalupe.
Destacó Perandones, desde una óptica astorgana y universal el ‘Significado de la casa Panero’, la excepcionalidad que supone la familia Panero dentro de la poesía española. A partir de los libros ‘Espejo de Sombras’ y ‘El contorno del abismo’, Perandones mostró los vínculos que en la infancia y juventud, Leopoldo Mº mantuvo con Astorga. Recordó también a ‘Huerga y Fierro’, editores del libro terminal ‘Rosa enferma’, la cuestión candente sobre el destino de las cenizas de Leopoldo María Panero, los derechos de autor etc. También dijo que el Ayuntamiento de Astorga considera que estas tres figuras son esenciales para el futuro cultural de nuestra ciudad, por lo que estaría interesado en rescatar cuanto material hubiera, tanto en el hospital como en posesión de otros particulares.
Rafael García comentó la manera en que llegaron los poemas inéditos de Leopoldo Mº Panero a la revista ‘Astórica’; a continuación leyó uno de ellos; y Luis Miguel Alonso Guadalupe mostró exhaustivamente la relación de Leopoldo María con el cine.
![[Img #10335]](upload/img/periodico/img_10335.jpg)
‘Rosa enferma'
En la segunda parte del acto, dedicada a 'Rosa enferma', comenzó Antonio Huerga, de ‘Huerga y Fierro’ señalando que “la editorial, no quiere nada”, en la actualidad posee la administración de las obras de Panero, pero no son de su propiedad. “En el momento que hubiera unos herederos se negociaría lo que hubiere que negociar. Queremos que Leopoldo María Panero no solamente sea de Astorga, sino que sea universal. Que Astorga necesita a Panero, pues lo va a tener, pero Leopoldo Mª, siendo fiel a su manera de ser, siempre se nos va a escapar, es un poco de todos”.
Sobre la presentación única y mundial de ‘Rosa enferma’ manifestó sentirse muy a gusto de que haya sido en Astorga.
En el turno de Ángel Guinda, amigo y buen conocedor del poeta, lo calificó de estigmatizado, transgresor, también como el aislado, el incómodo, el aniquilador, el maldito. Como caso poético destacó de Leopoldo su precocidad, su radicalidad; “vivirá más como ‘escriba’, antes de hacer él la obra, será la obra quien le haga y le deshaga a él. Es el rito de la escritura vivida, padecida, el motor que le arrastrará al mito”. De ‘Rosa enferma’ señaló que era “su testamento poético, pero también una arquitectura de la ruina. Libro apocalíptico acerca del horror de vivir y de morir. Contiene numerosos aforismos que dicen grandes verdades acerca de la condición humana que siempre es miserable. Utiliza continuamente el ‘dixit’ como una letanía”.
![[Img #10336]](upload/img/periodico/img_10336.jpg)
El escritor leonés Luis Artigue recordó que Leopoldo María, en los últimos tiempos había perdido la alegría de vivir, por lo que al doctor Moreno, su psiquiatra, se le ocurrió embarcarlo en un proyecto, éste sería el de redactar su testamento. ‘Rosa enferma’ es eso, “es la propia poesía, la única razón para poder continuar viviendo un poquito más”. “Este libro –continuó diciendo Artigue- está hecho para enmendar toda esa leyenda que se ha creado en torno suyo. Al final cuando piensa en todo aquello que ama, Leopoldo María Panero no piensa en su infancia, ni mucho menos piensa en Astorga, no piensa en la ‘Marca Panero’, no piensa en el cine, quiere quitarse todo eso y no quiere vincularse ni con la poesía del padre ni con la del hermano, sino con Rimbaud, Verlaine, Haro Ibars etc; y hace una poesía delirante. ¿Qué me ha traído hasta aquí en la vida?; me ha traído la propia poesía. Entonces lo que deja en testamento a la gente que le rodea es este continuo ‘dixit’ en que consiste la propia poesía desnuda”.
Artigue subrayó que “’Rosa enferma’ es el testimonio del éxito, pero del éxito de quién no es nadie; y cuando ha triunfado, sigue sin ser nadie”. La poesía, continuó diciendo, es algo que va mucho más allá de las palabras, es la tremenda humanidad que surge cuando se da una ‘conspiración de la amistad’”. Refiriéndose en este caso a la conjunción de amistades y apoyos que se generaron en la construcción del presente libro testamentario de Leopoldo María.
![[Img #10334]](upload/img/periodico/img_10334.jpg)
En la tercera parte recitaron poemas Mari Fe Santiago, Rafael Saravia, Tomás Nestor Martínez y se leyó el poema ’Soliloquio’, enviado por Javier de la Rosa, primo de Leopoldo, para la presente ocasión.
Mientras tanto Tomás Nestor avanzaba la hipótesis de que Leopoldo Mª Panero no ha existido como poeta, ha habido en cambio un ser físico bastante deteriorado llamado así. Leopoldo “ha sido un juego de la otredad del ser. Es una doble visión y una virtualidad desajustada e ilusoria…Él mismo, el personaje físico, dice en ‘Narciso’ que soñó haber escrito… ‘Rosa Enferma’ no es un libro testamentario, sino que es ‘un libro terminal’, no porque le falte el aliento, el aire; sino porque pone un punto y ya veremos…”





