Día de León en La Coruña
![[Img #11211]](upload/img/periodico/img_11211.jpg)
La Casa de León en La Coruña celebró su día grande el pasado 3 agosto con una jornada en la que la alegría y la música se combinaron con lo mejor de la gastronomía de la tierra. Los actos comenzaron con el desfile que partió de María Pita para dejar a su paso gestos de admiración. Los pendones agitándose en el cielo coruñés provocaron los aplausos de cuantos se paraban a contemplar el espectáculo. Llegados de Garrafe de Torío, Grulleros, Villalboñe, Ardón, Gradefes, Mozóndiga, Villaverde de Sandoval, Jimenez de Jamuz, Losada del Bierzo y la Milla del Páramo, avanzaban al paso que marcaban las dulzainas y los tamboriles del grupo de coros y danzas Virgen de la Guía, de Santa María del Páramo, comarca a la que se dedicaba en especial la celebración. Fue el primero de los momentos en los que el folclore leonés inundó la ciudad.
![[Img #11212]](upload/img/periodico/img_11212.jpg)
Con la Virgen del Camino como aliada y en un lugar de honor en el palco, el presidente de la Casa de León, Avelino Abajo Ares, agradeció su colaboración al Ayuntamiento, representado por los concejales Martín Fernández Prado y Francisco Mourelo, y a todos los que acompañan a diario a los leoneses que viven en A Coruña. La unidad de dos pueblos separados por unas fronteras que “no debería haber en el sentimiento” fue el hilo conductor de un discurso en el que animó a que la llama de la fraternidad siga siempre encendida.
Para que la fiesta fuese completa, no podían faltar las viandas. Cecina, chorizo, queso o morcilla que hicieron las delicias de los que las degustaron. Con el regusto de lo bueno de la tierra y el recuerdo de la tradición concluyó el Día de León, en el que las raíces leonesas calaron un poco más hondo en la tierra coruñesa.
La Casa de León en La Coruña celebró su día grande el pasado 3 agosto con una jornada en la que la alegría y la música se combinaron con lo mejor de la gastronomía de la tierra. Los actos comenzaron con el desfile que partió de María Pita para dejar a su paso gestos de admiración. Los pendones agitándose en el cielo coruñés provocaron los aplausos de cuantos se paraban a contemplar el espectáculo. Llegados de Garrafe de Torío, Grulleros, Villalboñe, Ardón, Gradefes, Mozóndiga, Villaverde de Sandoval, Jimenez de Jamuz, Losada del Bierzo y la Milla del Páramo, avanzaban al paso que marcaban las dulzainas y los tamboriles del grupo de coros y danzas Virgen de la Guía, de Santa María del Páramo, comarca a la que se dedicaba en especial la celebración. Fue el primero de los momentos en los que el folclore leonés inundó la ciudad.
Con la Virgen del Camino como aliada y en un lugar de honor en el palco, el presidente de la Casa de León, Avelino Abajo Ares, agradeció su colaboración al Ayuntamiento, representado por los concejales Martín Fernández Prado y Francisco Mourelo, y a todos los que acompañan a diario a los leoneses que viven en A Coruña. La unidad de dos pueblos separados por unas fronteras que “no debería haber en el sentimiento” fue el hilo conductor de un discurso en el que animó a que la llama de la fraternidad siga siempre encendida.
Para que la fiesta fuese completa, no podían faltar las viandas. Cecina, chorizo, queso o morcilla que hicieron las delicias de los que las degustaron. Con el regusto de lo bueno de la tierra y el recuerdo de la tradición concluyó el Día de León, en el que las raíces leonesas calaron un poco más hondo en la tierra coruñesa.