Ángel G. Álvarez / sportLeon.com
Domingo, 12 de Octubre de 2014

Un gol injusto sentenció el partido a favor del Murcia

Un disparo al larguero en la segunda parte de Diego pudo cambiar la suerte del encuentro que acabó decantándose por un golazo del equipo local. Peor que la derrota puede ser la lesión del central Antonio. El Atletico Astorga cae después de aguantar durante 87 minutos la presión de los pimentoneros

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Suele pasar en los mejores guiones; el pez grande lo demuestra aunque no trague al rival. Y duele que lo haga por las formas, sin ser mejores pero decidiendo. Porque el Astorga dispuso de ocasiones como para marcar pese a no tener el balón. El Murcia, disponiendo de él, marcó cuando debía, como lleva haciendo en su campo con asiduidad. Lo demás, sobra.

 

Porque lo del Astorga es de diván. Juega, cumple y no puntua. Y eso que se había asomado al partido con demasiado respeto, mirando las credenciales del rival antes que las propias. De ahí su partido en el claustro desde la génesis del choque. Arrinconado atrás, le costó crecer, casi jugando con grilletes en los tobillos, atemorizados ante la historia, que no en el juego, de un equipo que vive paseando por los despachos.

 

Los murcianos no acaban de despegar

Los murcianos saben que muerden poco y que embisten menos. Pese a la tabla, no terminan de encontrar unas señas de identidad que les deben hacer eternos en la tabla. Juegan con problemas y tratan de esconderlos. La grada les ayuda, les empuja y, por la sonoridad de un campo que apenas alcanza el cuarto de entrada, intimida lo justo. Quizás mostrar tan poco los dientes hizo que el cuadro de Tornadijo comenzara a agigantar su juego a base de diagonales, la única opción de ocupar un espacio enorme, de dar metros al balón y velocidad a su juego, arrítmico en el inicio. Antes, había avisado al Murcia. Fue a los seis minutos. Una jugada ensayada tras pelota parada habilitó el remate de Armando, en la soledad del balcón del área, para rematar entre la maraña de defensores verdes. Basándose en la pizarra se sostenía el equipo grana. Un par de saques de esquina apenas soliviantaron los ánimos de los de Tornadijo, hiperactivo en su área técnica desde el amanecer del duelo.

 

Pero el esquema de los maragatos sobre el césped fue ganando consistencia, anclado sin perder el sitio, pese al poco daño que hacían a Fernando –sólo interceptó un par de balones largos adelantándose a Diego-. Pero, inesperadamente, apareció lo peor del Astorga. Tres errores de concentración, de ayudas defensivas inapropiadas que metieron en el partido al Murcia. Los disparos de Arturo –se fue alto- y de Albiol volvieron a colocar en su sitio al equipo verde. Se cumplía casi el ecuador del primer acto y los de Tornadijo sobrevivían. Bastante para un equipo, al peso, inferior en presupuesto e historia, pero magnífico en intensidad.

 

Una gran defensa maragata

El Murcia se empeñaba en llegar por las alas, en abrir espacios a pico y pala ante una zaga verde inmensa en el corte, sin regalar huecos. Así comenzó a sufrir Luis los remates desde fuera de los granas. Arturo o Albiol lo intentaban y el Astorga, paciente, aguardaba el declive físico de los locales. En su primera señal de abatimiento llegó el mejor remate visitante. Ivi aprovechaba un error en la marca local para hacerse con metros y balón y alcanzar el área casera. Su remate cruzado era despejado por Fernando en la mejor ocasión leonesa. La presencia ofensiva en terreno murciano animó a los verdes. Comenzaron a tocar con más criterio, a creerse de lo que eran capaces y, desde las bandas, su presencia les hizo aparecerse ante la meta local. Fueron los mejores minutos de los leoneses. Mucha más posesión que les alimentaba su ego. Lo peor, en el descuento, fue la lesión de Antonio en área rival. Sustituido por Uña aún está pendiente de una valoración que pinta oscura.

 

El escenario del segundo acto fue mutante para los maragatos. Mostraron lo peor de sí durante el primer cuarto de hora, a merced de un cuadro grana pletórico en el control pero con poca dinamita arriba, y lo mejor, tras descolgarse del dominio al cuarto de hora, cuando despertaron a un nuevo partido en el que, en su inicio fueron mejores. Consecuencia de verse cómodos, fue el remate de Diego al larguero en el 61. Un minuto después Ivi, en la soledad del duelo ante Fernando, se atragantaba de pelota cuando la definición era su único objetivo. Era otro Astorga, más solvente con el balón, sin el miedo de la entidad escénica.

 

Un golazo para decidir el choque

Pasaban los minutos y el Astorga se crecía. Fuertes atrás y con más posesión en campo rival, mascaban el partido sin las sensaciones que les había hecho jugar encogidos. El Murcia apelaba a su escudo, forzaba hasta que logró objetivo cuando menos se esperaba. Albiol rompió a Deivis para ceder atrás donde Armando, llegando desde atrás, sentenciaba. Faltaban dos minutos, un mundo mínimo para sobrevivir tras muchos minutos de asedio y algún coletazo de calidad. Un gol injusto pero que decidió.

 

La ficha del partido

1 Murcia: Fernando; José, Prieto (Jairo, 65), Jaume, Pumar; Acciari, Armando; Albiol, Carrillo (Arturo, 78), Javi Flores (Rubén Sánchez, 59); y Gerard Oliva.

0 Atlético Astorga: Luis; Cristian, Víctor, Antonio (Uña, 45+1), Deivis; Rubén (Arranz, 91), Porfirio; Ivi (Borja, 85), Taranilla, Bandera; y Diego.

Goles: 1-0 (min. 87): Armando remata a media altura un pase desde la línea de fondo de Albiol.

Árbitro: Artacho Cobo (andaluz). Amarillas para Arturo (2´), Prieto (32´), Víctor (38´), Rubén (76´), Gerard Olivas (91)

Incidencias: 7.497 espectadores en la Nueva Condomina. Entre ellos, una representación de la afición maragata.

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