"El Río se puso muy de moda por una sinfonola donde había que meter una pesetilla para escuchar una canción"
El Bar Río marcó a toda una generación, la del baby boom de los 50 y 60, era un lugar curioso, por allí pululaban los hospedados en la pensión, los militares que bajaban a comer los bocadillos de patatas fritas y los jóvenes atraídos por la primera máquina de música de Astorga donde se podía escuchar buen rock. Fue el germen de CB Río, una comunidad de bienes familiar que gestiona cuatro establecimientos y que ha sido galardonada por Asemac con el premio Empresa Tradicional. Hemos hablado con Ángel Río (César).
![[Img #14171]](upload/img/periodico/img_14171.jpg)
CB Río comenzó a fraguarse en el mítico Bar Río, más conocido como el 'Ríos', en la calle Señor Ovalle. ¿Cuándo llegan tus padres a Astorga?
A principios de los 60, más o menos en el 1962. Tenían una carpintería y un aserradero en Luyego y se vinieron para acá Joaquín, Aurelia y Sole, mi padre, mi madre y mi hermana. Yo de aquellas estaba en el Seminario de La Bañeza, tenía 12 años. Se instalaron en ese local que era de renta, y ahí empezaron los primeros pasos en la hostelería.
Fueron los comienzos de un bar en el que la cocina de Aurelia sació el hambre de los hospedados en la pensión y de los militares que bajaban todas las tardes a dar el paseo.
Mi madre era una mujer de pueblo y sabía cocinar para casa, cuando vino aquí hacía comida casera, las tapas de pulpo, callos, y después los bocadillos de patatas, tortilla y calamares.
Aquel Bar Río fue donde aprendiste lo que era trabajar detrás de una barra.
Cuando dejé el seminario vine para acá. Yo, un chaval de un pueblo, cuando descubrí el futbolín y las cosas que hacíamos los chavales de 14 años dije, 'esto es más bonito de lo que yo creía'. Entonces entré el instituto y trabajaba en el bar.
![[Img #14172]](upload/img/periodico/img_14172.jpg)
Y después llegó la máquina de música del 'Ríos'... Ahí fuieste un adelantado, convertiste el bar en el punto de encuentro de la 'movida' astorgana de aquel momento, era el único sitio donde se podía escuchar lo último, antes de la discoteca Anuska y los primeros pubs...
Sí, el Río se puso muy de moda por una sinfonola pública donde había que meter una pesetilla para escuchar una canción, después fueron dos pesetillas, un duro hasta llegar a las seis canciones por 25 pesetas. Había que ir renovándola, empezamos con las electromecánicas que le comprábamos al señor Ramos, el comercial de León, y acabamos teniendo una casi digital. Me acuerdo que en la primera metíamos 50 singles de cara A y B de los Beatles, los Rolling Stones, Led Zeppelin, Creedence, o los grupos españoles del momento, Los Brincos, Los Bravos..., había días que la máquina estaba sonando ininterrumpidamente 8 o 10 horas. Estaba al día, me iba a comprar a León lo último. Era como un DJ de hoy.
![[Img #14178]](upload/img/periodico/img_14178.jpg)
En un post del blog 'Comando Taranta', bastante leído por aquellos jóvenes que hoy peinan canas, su autor recuerda que "entonces no había móviles para quedar con la gente, pero no importaba: salías de casa, ibas al 'Ríos' y allí estaba la mayor parte de la gente interesante de Astorga". Fue el bar en donde los jóvenes que acudían a tomar la mistela gestaron el primer concierto de rock prohibido por las autoridades.
![[Img #14173]](upload/img/periodico/img_14173.jpg)
La sinfonola del 'Ríos' fue una etapa del bar que estuvo abierto hasta no hace muchos años, ¿verdad?
Efectivamente. Ahí empecé en la hostelería que después dejé durante unos años. Cuando salí de ahí diije: nunca más hostelería, es lo más esclavo que hay, los sábados, domingos, todos los días 14 horas. Una esclavitud total, mis padres no pudieron disfrutar ni un día de descanso, ni de vacaciones, día y noche allí. Empezaron en 1962 y hasta el 2008 allí estuvo su vida, su casa, cerrado no estuvo nunca porque como vivía mi padre allí siempre lo tenía abierto. En los últimos años a lo mejor iba uno y le daba un vinito, para charlar porque ni le cobraba.
Renegaste de la hostelería pero volviste, y no solo eso sino que además tu hijo César ha seguido tus pasos.
Volví y abrimos 'Cuadros' en 1987, primero como burguer y después lo reformamos a cafetería. A partir de ahí ha ido llegando lo demás, entre mis hijos y yo creamos la Comunidad de Bienes (CB) Río con Cuadros, Ovalle, Eco e Il Mondo. Ahora tenemos unos 15 empleados con los fines de semana.
![[Img #14174]](upload/img/periodico/img_14174.jpg)
Y cuando volviste coincidió que estabáis una serie de empresarios de la hostelería más ligada a la noche y las copas que vivisteis el mejor momento porque entonces fue cuando la ciudad 'despertó' y ya no había que salir de aquí para divertirse sino que, al revés, venía la gente a Astorga.
Ha habido gente joven que se ha dedicado a la hostelería y entre todos hemos contribuido al auge, sin embargo ahora estamos pasando una crisis total, en octubre y noviembre tenemos que tirar del dinero generado en julio y agosto, y después en enero y febrero nos pasa igual, vivimos de las ventas de Navidad. Ha cambiado la cultura de la gente, ahora tiene muchos atractivos para quedarse en casa, y con la crisis las copas es lo primero que te quitas, hemos reducido el 60-70% en los últimos tres años. Es complicadillo, lo estamos pasando mal. Sobrevivimos malamente.
¿Todavía te queda cuerda para seguir?
Estoy en el momento de dejarlo. Yo también soy mayor, tengo 64 años. Ahora es mi hijo el que lleva las cosas administrativas.
![[Img #14180]](upload/img/periodico/img_14180.jpg)
![[Img #14171]](upload/img/periodico/img_14171.jpg)
CB Río comenzó a fraguarse en el mítico Bar Río, más conocido como el 'Ríos', en la calle Señor Ovalle. ¿Cuándo llegan tus padres a Astorga?
A principios de los 60, más o menos en el 1962. Tenían una carpintería y un aserradero en Luyego y se vinieron para acá Joaquín, Aurelia y Sole, mi padre, mi madre y mi hermana. Yo de aquellas estaba en el Seminario de La Bañeza, tenía 12 años. Se instalaron en ese local que era de renta, y ahí empezaron los primeros pasos en la hostelería.
Fueron los comienzos de un bar en el que la cocina de Aurelia sació el hambre de los hospedados en la pensión y de los militares que bajaban todas las tardes a dar el paseo.
Mi madre era una mujer de pueblo y sabía cocinar para casa, cuando vino aquí hacía comida casera, las tapas de pulpo, callos, y después los bocadillos de patatas, tortilla y calamares.
Aquel Bar Río fue donde aprendiste lo que era trabajar detrás de una barra.
Cuando dejé el seminario vine para acá. Yo, un chaval de un pueblo, cuando descubrí el futbolín y las cosas que hacíamos los chavales de 14 años dije, 'esto es más bonito de lo que yo creía'. Entonces entré el instituto y trabajaba en el bar.
![[Img #14172]](upload/img/periodico/img_14172.jpg)
Y después llegó la máquina de música del 'Ríos'... Ahí fuieste un adelantado, convertiste el bar en el punto de encuentro de la 'movida' astorgana de aquel momento, era el único sitio donde se podía escuchar lo último, antes de la discoteca Anuska y los primeros pubs...
Sí, el Río se puso muy de moda por una sinfonola pública donde había que meter una pesetilla para escuchar una canción, después fueron dos pesetillas, un duro hasta llegar a las seis canciones por 25 pesetas. Había que ir renovándola, empezamos con las electromecánicas que le comprábamos al señor Ramos, el comercial de León, y acabamos teniendo una casi digital. Me acuerdo que en la primera metíamos 50 singles de cara A y B de los Beatles, los Rolling Stones, Led Zeppelin, Creedence, o los grupos españoles del momento, Los Brincos, Los Bravos..., había días que la máquina estaba sonando ininterrumpidamente 8 o 10 horas. Estaba al día, me iba a comprar a León lo último. Era como un DJ de hoy.
![[Img #14178]](upload/img/periodico/img_14178.jpg)
En un post del blog 'Comando Taranta', bastante leído por aquellos jóvenes que hoy peinan canas, su autor recuerda que "entonces no había móviles para quedar con la gente, pero no importaba: salías de casa, ibas al 'Ríos' y allí estaba la mayor parte de la gente interesante de Astorga". Fue el bar en donde los jóvenes que acudían a tomar la mistela gestaron el primer concierto de rock prohibido por las autoridades.
![[Img #14173]](upload/img/periodico/img_14173.jpg)
La sinfonola del 'Ríos' fue una etapa del bar que estuvo abierto hasta no hace muchos años, ¿verdad?
Efectivamente. Ahí empecé en la hostelería que después dejé durante unos años. Cuando salí de ahí diije: nunca más hostelería, es lo más esclavo que hay, los sábados, domingos, todos los días 14 horas. Una esclavitud total, mis padres no pudieron disfrutar ni un día de descanso, ni de vacaciones, día y noche allí. Empezaron en 1962 y hasta el 2008 allí estuvo su vida, su casa, cerrado no estuvo nunca porque como vivía mi padre allí siempre lo tenía abierto. En los últimos años a lo mejor iba uno y le daba un vinito, para charlar porque ni le cobraba.
Renegaste de la hostelería pero volviste, y no solo eso sino que además tu hijo César ha seguido tus pasos.
Volví y abrimos 'Cuadros' en 1987, primero como burguer y después lo reformamos a cafetería. A partir de ahí ha ido llegando lo demás, entre mis hijos y yo creamos la Comunidad de Bienes (CB) Río con Cuadros, Ovalle, Eco e Il Mondo. Ahora tenemos unos 15 empleados con los fines de semana.
![[Img #14174]](upload/img/periodico/img_14174.jpg)
Y cuando volviste coincidió que estabáis una serie de empresarios de la hostelería más ligada a la noche y las copas que vivisteis el mejor momento porque entonces fue cuando la ciudad 'despertó' y ya no había que salir de aquí para divertirse sino que, al revés, venía la gente a Astorga.
Ha habido gente joven que se ha dedicado a la hostelería y entre todos hemos contribuido al auge, sin embargo ahora estamos pasando una crisis total, en octubre y noviembre tenemos que tirar del dinero generado en julio y agosto, y después en enero y febrero nos pasa igual, vivimos de las ventas de Navidad. Ha cambiado la cultura de la gente, ahora tiene muchos atractivos para quedarse en casa, y con la crisis las copas es lo primero que te quitas, hemos reducido el 60-70% en los últimos tres años. Es complicadillo, lo estamos pasando mal. Sobrevivimos malamente.
¿Todavía te queda cuerda para seguir?
Estoy en el momento de dejarlo. Yo también soy mayor, tengo 64 años. Ahora es mi hijo el que lleva las cosas administrativas.
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