Leopoldo Panero
Domingo, 29 de Marzo de 2015

Salamanca, Gran Hotel General de España (I)

Aún no hemos llegado a tener la total certeza de que el guión cinematográfico que hoy comenzamos a publicar, sea de Leopoldo Panero. El guión titulado ‘Salamanca, Gran Hotel General de España’ apareció en una carpeta de Esteban Carro Celada, titulada 'Prosa inédita de Leopoldo Panero' y que contenía la transcripción mecanografiada del mentado guión y unas cuantas fotocopias autógrafas de cuentos inacabados de Leopoldo Panero. Hemos facilitado estos papeles a varios conocedores de la obra paneriana, unos no se dignan a responder y otros dicen que pudiera ser... Ahora hacemos público este comienzo del guión, entre otras cosas, para que quién supiere, opinare.

 

 

[Img #15212]

 

 

Una voz explica y simultáneamente una panorámica de Salamanca resbalando en la cámara; puede terminar con una visión sumergida y espejada en las aguas del Tormes, pues son también las aguas del tiempo que todo se lo ha llevado.

 

Se busca a un sospechoso y llega al Hotel, -al Gran Hotel- de Salamanca un policía del Cuartel General que repasa uno por uno los nombres y las hojas de inscripción de todos los alojados en aquella fecha.

 

Primeros planos sucesivos de una aristócrata española, de un alférez provisional, de un falangista uniformado, de un sacerdote que acaba de regresar del frente, de varios oficiales de la Legión Cóndor, de un general italiano, de muchos diplomáticos, de señoritos, de Manolete novillero (muy tímido; en traje de soldado y en traje de luces), de gente anónima, insignificante, pasajera.

 

Son exactamente los días angustiosos de Brunete, con todo el peso de su amenaza. Contraste entre el hall del Gran Hotel y los campos de batalla de 50.000 caídos.

 

El policía después de examinar y sopesar cuidadosamente  todas las fichas y los datos de inscripción entra, pistola en mano, en la habitación de un comandante de la Legión Cóndor.


-¿Quién es usted? Etc. El alemán le contesta primero, con orgullo de Junker, contraamenazándole  por el allanamiento de cortesía. Además todos sus papeles están en regla y su documentación es impecable. Al día siguiente debe de realizar un vuelo en apoyo de los que luchan y mueren en Brunete.

Pero el policía no cede. - ¿Quién es usted? (La violencia y la altivez del oficial alemán no le intimidan. Está dispuesto a calar hasta dentro en la vida y la historia de aquel hombre; a conocer y ver al trasluz la radiografía de su pasado). Le dice: - Tengo órdenes concretas y terminantes. Estoy autorizado para pegarle aquí mismo, sin explicaciones, un tiro en el corazón.  Mi pulso no falla, mis ojos no pestañean. Me consta que sus documentos legales están en regla, que su pasaporte es auténtico, que todo lo que me dice es la verdad. Pero yo no le pregunto ahora por esa verdad. Lo que yo necesito es su identidad absoluta.

 

[Img #15211]

 

 

Aparece medio desnuda, abriendo la puerta del cuarto de baño contiguo, una mujer. Ha estado escuchando todo el tiempo. Durante todo el tiempo se había estado escuchando el ruido de los grifos, el chapoteo del agua, el volumen del cuerpo, entre pausas de silencio, como si contuviera la respiración.

- Ya lo sé. Y sé también la de usted. En 1927 estaba usted en un cabaret de Berlín…

El policía dispara a quemarropa contra ella que se derrumba muerta. Se queda unos segundos con la pistola humeante en las manos. Mira al suelo, pero sus ojos permanecen como absortos, extraviados y lejanos.

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