Redacción
Viernes, 03 de Abril de 2015

30.000 devotos honraron al canalla Genarín en León

La figura del borracho pellejero leonés consiguió anoche una cifra récord de personas que asistieron a algún momento de su procesión desde la Plaza del Grano hasta la ofrenda en la Carretera de los Cubos.

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El canalla Genaro Blanco 'Genarín' obró en la noche de este jueves algo parecido a un 'milagro' al conseguir que la irónica procesión en su honor concitara en la ciudad a cerca de 30.000 'devotos' del borracho personaje con motivo de celebrarse el 150 aniversario de su nacimiento.

 

El recorrido de una procesión que partió, no sin retraso ni dificultades por el número de personas, desde la Plaza del Grano fue un constante gentío. El público se entregó por completo en el homenaje anual que la Cofradía de Nuestro Padre Genarín celebra con la escenificación de su muerte, aplastado por el camión de la basura mientras aliviaba sus necesidades una madrugada de Viernes Santo de hace 86 años.

 

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Tantos 'devotos' se dieron cita desde su inicio, gracias a la suave temperatura de la noche de luna llena, que la comitiva acumuló abundante retraso en su marcha por las 'estaciones', las paradas en aquellos puntos de la ciudad donde se contó la historia de este desarrapado aficionado a las prostitutas, el orujo, el tute y la garrafina.

 

Le acompañaban, como siempre, su inseparable barrica de orujo, convertida también en paso; los cuatro cabezudos 'evangelistas'; la representación dolorosa de La Mocha, la prostituta que le atendió tras el accidente, y la festiva representación de la muerte, siempre danzando al ritmo de música regional leonesa. A su paso, más que nunca, se coreaban vivas a Genaro y numerosos cánticos, como aquel que reza 'Coca Cola asesina, el orujo al poder'. Y cuando decaía el ambiente, todos a saltar mientras se grita '¡Pucelano el que no bote!".

 

Tras pasar por las plazas de Don Gutierre y San Martín por las que no cabía un alfiler, la procesión se dirigió a la Plaza de la Catedral. Allí, como previamente en la calle La Sal -la del rito de los 30 pasos- se dio lectura a varios poemas en honor al protagonista de la noche más canalla de León, y luego en dirección a la Carretera de los Cubos. En torno a sus muros, otros miles de leoneses y visitantes más, atraídos por una juerga que iba en aumento. Los aplausos resonaron atronadores cuando el 'hermano colgador' se encaramó a los centenarios muros para dejar en la hornacina las ofrendas del pellejero: el orujo, el queso, el pan y la naranja, sus manjares favoritos.

 

A continuación, y cada cada uno en su particular homenaje, continuó de bar en bar o en la calle durante horas la noche más larga, animada, salvaje y estrambótica de León.

 

Todas las imágenes:

ileon.com

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