Leopoldo Panero Torvado
Domingo, 12 de Abril de 2015

Salamanca, Gran Hotel General de España (III)

Tercera entrega del guión cinematográfico atribuido a Leopoldo Panero

 

[Img #15497]

 

 

El policía perplejo lucha consigo mismo. El general, muy nervioso y distraído, mira a todas partes, como buscando a su mujer y sin darse la menor cuenta de la escena que transcurre a su lado.

 

El policía: - Mi general. Soy el inspector de policía X del Cuartel General.

 

El General:- Mucho gusto en conocerle.

 

-Tengo órdenes muy especiales, mi general (El general interrumpiéndole, pero muy distraído)

 

-Me lo explico, me lo explico. Fíjese en aquella pareja. El marido de ella acaba de morir en el frente. Ella no lo sabe todavía. Fíjese como ríe. Murió esta mañana. Yo le vi. Era un valiente. Fui profesor suyo en la academia.

 

(El policía intenta interrumpirle)

-Mi general, tengo órdenes importantes y muy especiales… (El general continúa, sin apenas oírle)

 

-Era de Jaén. Creo que muy ricos. Los olivares, ya sabe. Fíjese como ríe ella; casi le besa.

 

-Mi general… (intentando agarrarle de un brazo y separarle a un rincón)

 

-Parece que le estoy viendo de cadete: con la frente muy rubia, con los ojos azules, como un niño…

 

(Desciende rígido, rápido el comandante alemán; se cuadra)

-A sus órdenes mi general.

 

(Regresa casi simultáneamente el ayudante al que se ve a lo lejos alguna vez hablando y coqueteando a toda prisa con la marquesa. Dice también con diferencia de segundos)

-A sus órdenes, mi general.

 

(El general dirigiéndose al policía en lucha consigo mismo, rabiosamente contenido, apretando la oculta pistola)

-Mucho gusto en haberle conocido. Vamos, de prisa.

 

(El policía cruzando una vaga y enérgica mirada con el comandante, y con ademán distraído y resignado del que renuncia a todo)

-A sus órdenes mi general.

 

(Echan a andar los tres militares a través del salón que gira en humo, música y risas) (Se acercan al policía, primero, el gerente, luego una dama con aire de entretenida)

 

 

[Img #15495]

 

 

(El gerente)

-Aún no ha regresado el oficial. Vive aquí en el hotel. ¿Qué debo hacer?

 

-Usted nada. Yo le esperaré aquí. Yo mismo le explicaré todo.

 

(La entretenida, que se ve que conoce de antiguo al policía)

-Hola Julián ¿Cómo tú por aquí? (Riendo) : ¿Me buscas a mí?

 

(Al observar su actitud retraída y lejana:)

-¡Chico, desde que estás en el Cuartel General! Anda, me convidas…

 

-No, vámonos de aquí.

 

-Donde tú quieras. Pero, ¿te has puesto malo? Has debido beber.

 

-No es eso precisamente. Esta música me da no sé qué, me encuentro más solo.

 

-Hijito el ruido es fuerza. Pero después de todo. Anda, tengo sueño.

 

-Vamos, sí. Después de todo.

 

-Te acuerdas de una película que se llamaba 'Carnet de baile'. A mí se me pasó, pero me la contaron. Me la cuentan, claro es, en la cama. Era de madrugada y un chico muy sentimental, muy rubio, muy rubio, muy rubio. Aquella que está allí es su mujer. Está con dos copas. Recuerdo que era de Jaén. Entonces era teniente. Y hablábamos de madrugada. Ahora creo que ha ascendido y que es teniente coronel o algo por el estilo. ¡Qué bonito era entonces Madrid ¡Me refiero a ‘Maipú Piguell’. Allí empecé yo. Anda que me entra sueño. Vámonos…

 

(Se dirigen ambos, él como un sonámbulo, ella –divertida por su nostalgia, riendo, cansada-, hacia la puerta del Gran Hotel; él se deja arrastrar, poco antes de llegar a la puerta la cruza despavorido, anhelante, buscando con los ojos a alguien el teniente)

 

(El policía le corta el paso y le para, agarrándole del brazo)

-El general se ha marchado. Los únicos que sabemos la verdad somos usted y yo. No arme escándalo alguno. Siéntese en la barra sin decir ni una sola palabra. No beba demasiado. Tardaré 20 minutos en reunirme con usted.

 

(Más alto:)

-Buenas noches.

 

 

[Img #15496]

 

 

(Transición. Escena a la puerta del hotel. El policía:)

-No pudo. ¡Taxi! Aquí. Conduzca a la señorita a la calle X, número X. Perdona, Herminia. Siempre nos ocurre lo mismo.

 

-Pero ahora te tiemblan las manos.

 

(Pasa un grupo de damas y militares y tienen que hacerse a un lado. El taxi les avisa impaciente, con la bocina. Permanecen mirándose a los ojos)

 

(Ella, al taxista)

-¡Bueno hombre, bueno! (Despidiéndose de él)

 

-Hasta mañana, hasta pasado, hasta cualquier día.

 

(Gira él lentamente; vuelve la vista cuando el taxi arranca, y entra en el hotel de nuevo. Cruza el hall. Le detiene la lectura del parte de guerra, que es escuchado por todo el mundo a pie firme, los más con una copa en la mano, conteniendo la respiración, tornándose serios, simplemente conscientes, o cínicos)

 

Voz de altavoz: “Entre las bajas habidas en la jornada merece mención especial la del comandante X de X, heroicamente caído en el campo de batalla. Continúa la lucha en Brunete, nuestros soldados se han apoderado, tras continuo combate, de las lomas X y X…etc. El enemigo retrocede. Salamanca X de X de 14 de X”.

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