El Callejón del Gato en las redes sociales
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Del Callejón del Gato se sale siempre escaldado, en caso contrario aún estarías allí como en un callejón sin salida. Quien se ve cómo lo ven tiene cosa de pensar, aún le queda camino de verse como no lo ven. El grave problema de un punto de vista es si se piensa como el punto de vista. Es habitual en campaña confundir lo sucedido con lo pensado y reclamar o vociferar al otro por ello; también hay quien lanza su propuesta a la posibilidad perpetua…
Entre las verdaderas propuestas falsas y las falsas proposiciones verdaderas se encontrarán casi todos los programas que habremos leído y escuchado. En el juego de la confusión los individuos lanzan otras apuestas, fabrican al gusto, como lo hicieran los partidos, su forma o deformación, también hay quien hizo de esto un arte. Falta ahora que eso caiga en el remolino de la discusión y surja algo más que un voto, un voto bien pensado.
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Publicamos aquí algunos de estos lances que circulan anónimamente en las redes, y que tal vez permanezcan cuando el gato se haya ido del callejón y en la oscuridad todavía su sonrisa desvele.
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Del Callejón del Gato se sale siempre escaldado, en caso contrario aún estarías allí como en un callejón sin salida. Quien se ve cómo lo ven tiene cosa de pensar, aún le queda camino de verse como no lo ven. El grave problema de un punto de vista es si se piensa como el punto de vista. Es habitual en campaña confundir lo sucedido con lo pensado y reclamar o vociferar al otro por ello; también hay quien lanza su propuesta a la posibilidad perpetua…
Entre las verdaderas propuestas falsas y las falsas proposiciones verdaderas se encontrarán casi todos los programas que habremos leído y escuchado. En el juego de la confusión los individuos lanzan otras apuestas, fabrican al gusto, como lo hicieran los partidos, su forma o deformación, también hay quien hizo de esto un arte. Falta ahora que eso caiga en el remolino de la discusión y surja algo más que un voto, un voto bien pensado.
Publicamos aquí algunos de estos lances que circulan anónimamente en las redes, y que tal vez permanezcan cuando el gato se haya ido del callejón y en la oscuridad todavía su sonrisa desvele.