Parques de bomberos, ¿condenados a la mediocridad?
Hace un par de semanas, recorriendo pueblos de la provincia de Valladolid, tuve la suerte de charlar con un bombero a la puerta de uno de sus parques, se respiraba profesionalidad por los cuatro costados. Me cuenta que son 100 profesionales repartidos en 5 parques comarcales.
A los pocos días de esa conversación, el Sr Martínez Majo (nuevo Presidente de la Diputación), presumía de “puertas abiertas”, una nueva época de diálogo que se termina en el mismo momento en el que le preguntan por los bomberos... ¡no se plantea la red de parques comarcales ni por lo más sagrado! En ese instante me vienen a la mente dos imágenes, la del bombero: un hombre de porte esbelto y espigado que da seguridad sólo con verlo, y la de los voluntarios de Astorga, con una edad avanzada y un físico demoledor, ¡perdónenme si me leen!
Me pregunto si llegado el caso, el señor Martínez Majo, o el propio Arsenio García que apoya el mismo modelo, elegirían ser rescatados o auxiliados por uno u otro. No deseo que así ocurra, claro está, pero debemos ser conscientes que cada año se producen siniestros importantes en nuestra provincia y que el día menos pensado podemos vernos envueltos en una situación límite. ¿De verdad hay que mirar el precio cuando hay vidas en juego?
Señores políticos, no nos condenen a la mediocridad de un servicio de “voluntarios” (entrecomillado, porque cobran por ello) que ha sido desastroso en la última década en Astorga y en La Bañeza. Demuestren que algo ha cambiado en la política provincial, salgan de su enroque y busquen alternativas razonables, lo barato suele salir muy caro
Hace un par de semanas, recorriendo pueblos de la provincia de Valladolid, tuve la suerte de charlar con un bombero a la puerta de uno de sus parques, se respiraba profesionalidad por los cuatro costados. Me cuenta que son 100 profesionales repartidos en 5 parques comarcales.
A los pocos días de esa conversación, el Sr Martínez Majo (nuevo Presidente de la Diputación), presumía de “puertas abiertas”, una nueva época de diálogo que se termina en el mismo momento en el que le preguntan por los bomberos... ¡no se plantea la red de parques comarcales ni por lo más sagrado! En ese instante me vienen a la mente dos imágenes, la del bombero: un hombre de porte esbelto y espigado que da seguridad sólo con verlo, y la de los voluntarios de Astorga, con una edad avanzada y un físico demoledor, ¡perdónenme si me leen!
Me pregunto si llegado el caso, el señor Martínez Majo, o el propio Arsenio García que apoya el mismo modelo, elegirían ser rescatados o auxiliados por uno u otro. No deseo que así ocurra, claro está, pero debemos ser conscientes que cada año se producen siniestros importantes en nuestra provincia y que el día menos pensado podemos vernos envueltos en una situación límite. ¿De verdad hay que mirar el precio cuando hay vidas en juego?
Señores políticos, no nos condenen a la mediocridad de un servicio de “voluntarios” (entrecomillado, porque cobran por ello) que ha sido desastroso en la última década en Astorga y en La Bañeza. Demuestren que algo ha cambiado en la política provincial, salgan de su enroque y busquen alternativas razonables, lo barato suele salir muy caro