El silencio que embebe la brevedad de la palabra
'Motivos de horizonte' es el último libro de poemas de Emilio Pedro Gómez que este lunes presentaba Andrés Martínez Oria en la Casa de Panero.
![[Img #17866]](upload/img/periodico/img_17866.jpg)
Una de las características que salta a la vista de manera inmediata del libro, según Oria, es la brevedad de los poemas, la contención formal y aparente sencillez, pero de un lenguaje muy elaborado que procura huir de lo vulgar.
Si el poeta auténtico es alguien que está en continua búsqueda, alguien que está aprendiendo continuamente, esto es lo que de continuo vemos aquí: inseguridad, incertidumbre, una de las marcas de la autenticidad. "La humildad de Emilio", aseguró el presentador, se percibe en su decir misterioso de balbuceos y de incertidumbres.
Otra constante del libro, siguió diciendo Martínez Oria, es el silencio, aparece la palabra y se muestra el silencio embebiendo esa brevedad. La palabra rompe, lo rompe y ahí lo manifiesta, con el ideal de que se dijera todo sin hablar. Siendo esto imposible habría que buscar el silencio significativo para quedarse con lo más esencial, en la línea de José Ángel Valente.
Otra consecuencia de la esencialidad es la depuración. También la levedad y la reflexividad sobre la propia escritura.
En la segunda parte se va haciendo el libro más hondo, más discursivo con el tema del paso del tiempo, -pero con esa levedad que aquí se lleva a la práctica-, con el tema del espejo y las ausencias que nos interpelan desde su fondo. Otro tema es la naturaleza aunque lo aborde muy levemente. Lenguaje elíptico y acendrado que exige al lector una tarea de recreación.
En algunos poemas el poeta se desnuda, se hace biografía, se descubre y nos emociona.
![[Img #17867]](upload/img/periodico/img_17867.jpg)
El poemario para Andrés Martínez Oria va ganando al final en un ascenso casi musical, donde lo autobiográfico gana peso, el poeta habla de sí mismo y empieza a interesarnos. Toda biografía pende de la vida y tiene la muerte como señora, así sucede al final de este poemario; tema eterno de la poesía este de la muerte, pero tratado de forma novedosa.
A continuación Emilio Pedro Gómez dijo que este libro representa un golpe de timón en su escritura, con unos versos menos claros, menos directos, menos emocionales que los que venía escribiendo. También leyó un pequeño texto escrito sobre la concepción y elaboración del libro para terminar con un pequeño florilegio recitado de los poemas de 'Motivos de Horizonte'.
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Una de las características que salta a la vista de manera inmediata del libro, según Oria, es la brevedad de los poemas, la contención formal y aparente sencillez, pero de un lenguaje muy elaborado que procura huir de lo vulgar.
Si el poeta auténtico es alguien que está en continua búsqueda, alguien que está aprendiendo continuamente, esto es lo que de continuo vemos aquí: inseguridad, incertidumbre, una de las marcas de la autenticidad. "La humildad de Emilio", aseguró el presentador, se percibe en su decir misterioso de balbuceos y de incertidumbres.
Otra constante del libro, siguió diciendo Martínez Oria, es el silencio, aparece la palabra y se muestra el silencio embebiendo esa brevedad. La palabra rompe, lo rompe y ahí lo manifiesta, con el ideal de que se dijera todo sin hablar. Siendo esto imposible habría que buscar el silencio significativo para quedarse con lo más esencial, en la línea de José Ángel Valente.
Otra consecuencia de la esencialidad es la depuración. También la levedad y la reflexividad sobre la propia escritura.
En la segunda parte se va haciendo el libro más hondo, más discursivo con el tema del paso del tiempo, -pero con esa levedad que aquí se lleva a la práctica-, con el tema del espejo y las ausencias que nos interpelan desde su fondo. Otro tema es la naturaleza aunque lo aborde muy levemente. Lenguaje elíptico y acendrado que exige al lector una tarea de recreación.
En algunos poemas el poeta se desnuda, se hace biografía, se descubre y nos emociona.
![[Img #17867]](upload/img/periodico/img_17867.jpg)
El poemario para Andrés Martínez Oria va ganando al final en un ascenso casi musical, donde lo autobiográfico gana peso, el poeta habla de sí mismo y empieza a interesarnos. Toda biografía pende de la vida y tiene la muerte como señora, así sucede al final de este poemario; tema eterno de la poesía este de la muerte, pero tratado de forma novedosa.
A continuación Emilio Pedro Gómez dijo que este libro representa un golpe de timón en su escritura, con unos versos menos claros, menos directos, menos emocionales que los que venía escribiendo. También leyó un pequeño texto escrito sobre la concepción y elaboración del libro para terminar con un pequeño florilegio recitado de los poemas de 'Motivos de Horizonte'.






