La senda de Panero hará costumbre en el alma
![[Img #17950]](upload/img/periodico/img_17950.jpg)
Provistos de los grandes libracos de las obras de Panero en la edición del 73 y de la última realizada por Javier Huerta, los senderistas se asomaron al balcón de la ‘Casa Social’ de Bustos y allí leyeron por turnos el Pequeño Canto a la Sequeda de Leopoldo Panero. Era justo el mediodía y los seis senderistas se dirigían a una audiencia menor, pequeña, tan breve como el poema que iban a leer: un fotógrafo, la pedánea de Bustos y una pareja de ceramistas habitantes del pueblo que se habían acercado hasta allí. Los demás habitantes seguían con ese temor a todo lo distinto y atisbaban de refilón en su asombro.
La idea es que en los sucesivos años y después de hacer acopio de información de los parajes, de las personas que los habitan, de ir incrementando el anecdotario y tras la experiencia que han ido generando en la ruta hernandiana, vayan consiguiendo aumentar el número de los senderistas.
El itinerario del presente año que ha tenido su final en Castrillo de las Piedras, comenzó en Astorga y tuvo su primera parada en El Val de San Lorenzo donde, recibidos por el alcalde, visitaron el museo y los batanes, donde fueron informados sobre el modo de vida y las industrias de los tejedores del Val. En Valdespino tuvieron acceso a la Ermita de las Nieves y a la Iglesia con su decorado barroco, también vieron el funcionamiento de la ancestral fragua de Pepe el Herrero en el barrio de arriba. Atónitos quedaron con el gimnasio ecológico y de “lo que este hombre, hijo de Enrique, el que nos mostró la iglesia, ha podido hacer ahí”. Ya en Santiagomillas visitaron el Museo de la Arriería y cenaron y durmieron en el Ayuntamiento.
![[Img #17948]](upload/img/periodico/img_17948.jpg)
¿Por qué Leopoldo Panero? ¿Qué repercusión tiene a nivel nacional? ¿Es conocido y leído fuera de Astorga? Son las preguntas obvias: “Los Panero, responde Chema Rubio, tienen una importante repercusión a nivel nacional, nosotros ya hemos trabajado la senda del poeta Miguel Hernández y la cosa comenzó de una manera similar a esta, al principio éramos cuatro gatos y ahora hay que reservar plaza con mucha antelación, llegando en la presente edición hasta las 2000 inscripciones".
Pero para ello tienen que llegar los pioneros y hacer transitable la idea, tienen que empezar a difundirlo y tendrán que implicarse otros colectivos e instituciones, siendo muy importante la participación de los niños a través de las escuelas, la lectura del poeta en los lugares que ha cantado por parte de los niños puede llevar también al gusto por la poesía, proponen los iniciadores de la Academic Language Instituto (ALI) de Alicante.
En el caso de Miguel Hernández se ha publicado un libro: 'Poetas de la senda'. Y en muchos de los pueblos por los que transita la peregrinación poética llaman al camino por donde va; la senda del poeta, o la calle, o la gloria, o la glorieta del poeta.
![[Img #17949]](upload/img/periodico/img_17949.jpg)
“…Todos los veranos, / bien de madrugada, / dan cita a mis ojos, / que andan andan, andan, / Tejadinos, Bustos, / Valderrey, Matanza…”, era el recitado final que venteaba por la callada Sequeda.
![[Img #17950]](upload/img/periodico/img_17950.jpg)
Provistos de los grandes libracos de las obras de Panero en la edición del 73 y de la última realizada por Javier Huerta, los senderistas se asomaron al balcón de la ‘Casa Social’ de Bustos y allí leyeron por turnos el Pequeño Canto a la Sequeda de Leopoldo Panero. Era justo el mediodía y los seis senderistas se dirigían a una audiencia menor, pequeña, tan breve como el poema que iban a leer: un fotógrafo, la pedánea de Bustos y una pareja de ceramistas habitantes del pueblo que se habían acercado hasta allí. Los demás habitantes seguían con ese temor a todo lo distinto y atisbaban de refilón en su asombro.
La idea es que en los sucesivos años y después de hacer acopio de información de los parajes, de las personas que los habitan, de ir incrementando el anecdotario y tras la experiencia que han ido generando en la ruta hernandiana, vayan consiguiendo aumentar el número de los senderistas.
El itinerario del presente año que ha tenido su final en Castrillo de las Piedras, comenzó en Astorga y tuvo su primera parada en El Val de San Lorenzo donde, recibidos por el alcalde, visitaron el museo y los batanes, donde fueron informados sobre el modo de vida y las industrias de los tejedores del Val. En Valdespino tuvieron acceso a la Ermita de las Nieves y a la Iglesia con su decorado barroco, también vieron el funcionamiento de la ancestral fragua de Pepe el Herrero en el barrio de arriba. Atónitos quedaron con el gimnasio ecológico y de “lo que este hombre, hijo de Enrique, el que nos mostró la iglesia, ha podido hacer ahí”. Ya en Santiagomillas visitaron el Museo de la Arriería y cenaron y durmieron en el Ayuntamiento.
![[Img #17948]](upload/img/periodico/img_17948.jpg)
¿Por qué Leopoldo Panero? ¿Qué repercusión tiene a nivel nacional? ¿Es conocido y leído fuera de Astorga? Son las preguntas obvias: “Los Panero, responde Chema Rubio, tienen una importante repercusión a nivel nacional, nosotros ya hemos trabajado la senda del poeta Miguel Hernández y la cosa comenzó de una manera similar a esta, al principio éramos cuatro gatos y ahora hay que reservar plaza con mucha antelación, llegando en la presente edición hasta las 2000 inscripciones".
Pero para ello tienen que llegar los pioneros y hacer transitable la idea, tienen que empezar a difundirlo y tendrán que implicarse otros colectivos e instituciones, siendo muy importante la participación de los niños a través de las escuelas, la lectura del poeta en los lugares que ha cantado por parte de los niños puede llevar también al gusto por la poesía, proponen los iniciadores de la Academic Language Instituto (ALI) de Alicante.
En el caso de Miguel Hernández se ha publicado un libro: 'Poetas de la senda'. Y en muchos de los pueblos por los que transita la peregrinación poética llaman al camino por donde va; la senda del poeta, o la calle, o la gloria, o la glorieta del poeta.
![[Img #17949]](upload/img/periodico/img_17949.jpg)
“…Todos los veranos, / bien de madrugada, / dan cita a mis ojos, / que andan andan, andan, / Tejadinos, Bustos, / Valderrey, Matanza…”, era el recitado final que venteaba por la callada Sequeda.






