El erotismo al desnudo

Se trata de una novela erótica escrita en forma de cartas, sin descripción física de los lugares, protagonizada por dos amantes, Candela y su amado, el cual descubre en la mujer unas potencialidades vitales desperdiciadas por lo que la incita a que las desarrolle, a que se lance en vuelo. Advierte el autor de que su novela no es compatible con el Sintrón y se declara, "desde ahora públicamente, no responsable de las consecuencias que la lectura de la misma pudieran provocar y que no le vengan luego con historias"…

Hasta ahora había escrito novelas históricas con bastante soltura, ahora ha dado un salto que le lleva al camastro del erotismo ¿Por qué hace esto?

Porque quería exponer mis ideas sobre lo que deben de ser las relaciones sexuales para que realmente sean placenteras, para quitar toda esa cubierta de suciedad que pretenden ver algunos sectores muy conservadores y tratar de exponer que el sexo es algo realmente hermoso, que va más allá del instinto natural de la reproducción  y que en el caso de los humanos por tener alma, por tener espíritu es una fuente inagotable de placer. Pero no siempre va a consistir ese placer en la penetración física, de ahí que las caricias, las palabras, las miradas, a veces hasta los silencios sean enormemente placenteros.

Usted dijo en la presentación que escribe esta novela para evitar esa pregunta que en caso contrario se iba a hacer en el mismo instante de su muerte: ¿por qué no he escrito una novela erótica si es que era mi deseo?

Sí, es cierto, pero me pasa con todo, tanto es así que yo he aprendido a tocar el rabel, el acordeón, he aprendido a hacer un montón de cosas porque tengo una enorme curiosidad; no quiero que ni las circunstancias, ni la presión social, ni los condicionantes, ni siquiera la cultura en la que vivimos me limite y me impida hacer aquello que realmente me vaya a producir satisfacción. Trato de vivir momentos de felicidad, yo no estoy seguro que vaya a vivir mañana, ni yo ni nadie, entonces me aplico aquello del 'Carpe Diem', vivir el día y vivirlo a tope y disfrutar. Entonces, ¿por qué me voy yo a privar de hacer una cosa que no va a dañar a nadie?, ¿por el qué dirán? Pues no. El día que me esté muriendo diría, pero que tonto fui. ¿Por qué no hice yo aquello si me apetecía hacerlo?

Usted describe en el amor o en la relación amorosa tres momentos o fases Un momento primero de caricias, de acercamiento, un segundo de fogosidad con interpenetración física y un tercero de ternura o sentimiento, de estados de comunicación no verbal muy intensa. ¿Cómo expresa en su novela estos estados pasionales, “las palabras del corazón” como usted ha denominado a esta tercera fase del amor?

Pues hay una descripción física de los cuerpos sudados, las pieles que se pegan y ya a través de la escritura de eso transmites algo; también describo el cara con cara o cuando el pecho de la mujer se apoya sobre el tuyo, simplemente el paso de los dedos por su cabeza, por la cara con toda la suavidad del mundo, ahí la energía, la ternura, el amor que llevas dentro parece que fluye y la mujer lo siente, se acurruca al recibir eso. Eso, provocar esa reacción en una mujer es algo realmente extraordinario. Repetir también que a veces los silencios son muy expresivos. Mirar a una mujer a través de los ojos es un espectáculo realmente increíble, no todas acceden, solo ocurre cuando realmente están enamoradas, entonces las miras y si llegas al fondo de su alma te la puedes imaginar cuando niña, cuando adolescente, cuando fue creciendo y tal…pero para que esto ocurra tienes que enamorarla y esto es una tarea que hay que mantener mientras se mantenga la relación, a veces a lo largo de una vida entera, no se trata de un revolcón. Se las enamora con los sentimientos, con las miradas, con las caricias, con los detalles, con pequeñas cosas sin grandes alharacas. Estos estados son los que abordo en la escritura de esa tercera fase.

Si hablamos de reivindicaciones en esto del amor, usted plantea que la vejez es una buena época para el amor, si bien la bondad en aquellas tres fases de las que hablábamos, cambia por decirlo así de fase ahora ¿Nos explica lo que quiso decir con ello?

Están los casos abundantes de gente ya muy mayor que con motivo de los viajes del INSERSO han formado parejas, sabiendo que la fase central, la de la penetración es físicamente imposible, pero sin embargo saben compensarla con las otras dos; y eso les hace felices, no necesitan del paroxismo, sus cuerpos ya no son explosivos, no lo necesitan, son sus almas las que buscan esa manifestación de cariño, de ternura, de asombro. Por eso a mí me parece que se puede hacer el amor, desde esta perspectiva, hasta que uno se muera.

Ha dicho que la finalidad de su novela, que está mayormente dirigida a los hombres, es para que nos desprendamos de una capa de egoísmo y si lo hiciéramos nos haría más felices…

Es cierto que hay una tendencia en el varón a utilizar a la mujer como fuente de placer, esto es, que la mujer le proporcione placer a él mediante la penetración o la felación o lo que quieras, y no tanto el hombre a la mujer. Cuando se supera esto y hay un ‘quid pro quo’ los individuos y la pareja se sienten y se saben más juntos y felices.