Ángela Bernardo / ileon.com
Sábado, 07 de Noviembre de 2015

Cómo afecta el informe de la OMS sobre la carne y el cáncer en León

La Organización Mundial de la Salud confirma que el consumo de carne procesada puede aumentar el riesgo de padecer cáncer.

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El pasado lunes, la Organización Mundial de la Salud hacía pública una declaración en la que confirmaba que la carne procesada puede ser cancerígena. Las conclusiones, difundidas a través de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), mostraban que hay "evidencia suficiente" de que el consumo de este tipo de carnes causa cáncer colorrectal. Tras revisar 800 estudios publicados en los últimos veinte años, la OMS incluía a la carne procesada en el mismo grupo de productos cancerígenos en el que también se encuentran el alcohol o el tabaco.

 

Además, la entidad también advertía de que el consumo de carne roja era "probablemente cancerígeno para los humanos", aunque la evidencia científica disponible fuera limitada. ¿Significa esto que el consumo de carne es perjudicial? ¿Es equiparable la carne procesada a fumar? ¿Tienen relación este tipo de alimentos con la elevada incidencia de cáncer colorrectal en León? ¿Qué recomiendan los expertos tras la declaración de la OMS? Para resolver dudas como estas, profundizamos en el impacto que el informe sobre la carne y el cáncer puede tener en la provincia.

 

¿Qué ha dicho exactamente la OMS?

La carne procesada, es decir, aquella que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación o el ahumado, ha sido incluida dentro del grupo 1 de carcinógenos para los seres humanos. La OMS ha alertado de este modo sobre el consumo de alimentos como las salchichas, la carne en conserva, la cecina, el jamón o las salsas a base de carne. En particular, los expertos han determinado que "cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%".

 

¿Qué significan exactamente estas cifras? Las monografías realizadas por la OMS se encargan de identificar peligros, pero no evalúan la exposición real del agente (en este caso, la carne procesada) con relación a su potencial cancerígeno. Es decir, la declaración no es un estudio científico para determinar el riesgo que presenta este tipo de carne. Por este motivo, los expertos de la IARC también han señalado que "para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada es pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida". En otras palabras, este consumo debe ser continuado durante años para que tenga efecto en la aparición de un tumor.

 

Por estos mismos motivos, aunque la evidencia de su potencial cancerígeno sea igual para la carne procesada que para el tabaco, los riesgos son muy diferentes. Fumar se relaciona con el 86% de los tumores pulmonares, mientras que los alimentos cárnicos estarían detrás del 21% de los cánceres colorrectales. Además, si la sociedad dejara de consumir cigarrillos habría 64.500 casos menos de cáncer. En el caso de hacer lo mismo con la carne, habría 8.800 tumores menos. Estas cifras, según Cancer Research UK, confirman también que la carne procesada no es equivalente al tabaco, además de presentar un importante valor nutricional que comentaremos después, al contrario que los cigarrillos.

 

Es importante resaltar que el informe de la OMS no debería generar alarmismos, ya que no ha dicho nada que la evidencia científica no hubiera apuntado con anterioridad. La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), por ejemplo, ha destacado que la revisión apoya las recomendaciones actuales de salud pública acerca de limitar el consumo de carne. En ese sentido, la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) también reconocía que debemos tomar carne procesada de manera ocasional.

 

Según explica Ana Bernardo, catedrática emérita de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de León, "la relación entre la carne procesada y el cáncer colorrectal ya se conocía". El informe de la OMS, por tanto, solo oficializa los resultados de diversos estudios realizados en los últimos años. Un trabajo publicado en 2008 en Nutrition and Cancer, por ejemplo, decía que "el consumo de carne procesada podría estar implicado en la etiología del cáncer colorrectal". ¿Pero por qué estos alimentos se relacionan con el riesgo de padecer este tipo de tumores?

 

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La alimentación y el cáncer

"Se considera que entre el 25 y el 30% de los casos de cáncer podrían estar asociados a la alimentación". Así empieza un informe del Instituto Catalán de Oncología en el que se revisaron las sustancias potencialmente cancerígenas que podían encontrarse en la dieta. Los dos principales "sospechosos" son los N-nitrosocompuestos y los hidrocarburos aromáticos policíclicos. En el primer caso, la exposición viene dada por los métodos en los que se conservan los alimentos, como los procesos de curado, ahumado o salazón, por lo que pueden hallarse no solo en productos cárnicos, sino también en el pescado salado al estilo cantonés, señalan los investigadores.

 

En el segundo caso, estamos expuestos a compuestos como el benzopireno o el dibenzoantraceno tras cocinar la carne y el pescado a elevadas temperaturas y en contacto directo con el fuego. La realización de barbacoas, por ejemplo, pone en contacto directo estos alimentos con el humo originado, y por ende, también con los compuestos químicos potencialmente cancerígenos. "La industria conoce esta relación desde hace tiempo", señala Bernardo, "por lo que emplean humo líquido "limpio" para evitar esa exposición". Procesos caseros de ahumado o las barbacoas, donde hay menor control del humo generado, pueden resultar menos seguros, añade la investigadora.

 

Luciano Díez, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de León, comenta que "ya había estudios advirtiendo de los problemas con el humo". Sin embargo, también señala que "el proceso de ahumado no es imprescindible", por lo que manda un mensaje tranquilizador a la población. "Lo importante es consumir los menos ahumados posibles, y especialmente mantener una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, carne y pescado", apunta a ileon.com, en línea con lo mantenido por AECOSAN y la propia Junta de Castilla y León.

 

El impacto del cáncer colorrectal en León

Aunque la OMS indica que los tumores de páncreas y próstata también tendrían relación con el consumo de carne procesada, la evidencia más importante es con el cáncer colorrectal, considerado como el más frecuente en España. Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, se trata del segundo tumor que más mortalidad produce, solo por detrás del cáncer de pulmón. Y por desgracia, León y Cataluña lideran desde hace años la incidencia y mortalidad de esta enfermedad.

 

Entre 1994 y 2008, se detectaron más de 4.000 casos de cáncer colorrectal en el área de salud de León. Las cifras corresponden a un estudio realizado a partir de los datos incluidos en el Registro Hospitalario de Tumores del Centro Asistencial Universitario de León. La investigación, en la que participó el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, el Observatorio de Salud Pública de la Junta de Castilla y León, el Complejo Asistencial Universitario de León o el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León, también mostró un incremento anual del 2% en los casos de cáncer colorrectal.

 

Los científicos resaltaron que "el cáncer colorrectal presenta un problema de salud pública de primera magnitud en el área de salud de León y su incidencia parece estar en el rango medio-alto de lo estimado para España". El aumento del número de casos, sin embargo, se ha visto en cierta manera compensado por la disminución de la mortalidad de este tipo de tumores, tanto en León como en Cataluña, consideradas como las regiones más afectadas. Eso es al menos lo que apuntó el mayor mapa del cáncer en España, que estudió la mortalidad durante los últimos veinte años.

 

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El trabajo, publicado el año pasado en BMC Cancer, evaluó el riesgo relativo de mortalidad por sexos de diferentes tumores, incluido el cáncer colorrectal. Durante el primer quinquenio (1989-1993), este riesgo era muy elevado en León y determinadas poblaciones de Cataluña tanto en hombres como en mujeres.

 

Sin embargo, el patrón de mortalidad se ha atenuado en ambos sexos durante los siguientes períodos de tiempo estudiados. La enfermedad no ha dejado de ser un problema de salud pública, debido al elevado número de casos observados, pero por lo menos su mortalidad se ha reducido.

 

La implementación de programas de cribado frente al cáncer colorrectal, realizada en regiones como Cataluña, País Vasco, Cantabria, Comunidad Valenciana o Murcia, podrá ayudar en el futuro a disminuir la incidencia y mortalidad de estos tumores, en opinión de los firmantes del artículo.

 

La investigación alude además a las múltiples causas que pueden estar detrás de la aparición del cáncer colorrectal. Por un lado, la predisposición genética (presente en el 10-15% de los casos) puede asociarse con el desarrollo de tumores malignos. Los científicos ya relacionaban en 2014 el consumo de carnes y grasas animales como un factor más que puede contribuir a este tipo de cáncer, junto al tabaco y posiblemente el alcohol, una dieta pobre en fibra y emisiones contaminantes de las industrias.

 

La complejidad de las causas que pueden favorecer la aparición de tumores colorrectales muestran que la declaración de la OMS debe tomarse desde una perspectiva preventiva y no alarmista.

 

El progresivo envejecimiento de la población es otro factor que contribuye al desarrollo del cáncer. En ese sentido, la investigación realizada en el área de salud de León señalaba que la incidencia de los tumores colorrectales se incrementa de manera notoria en hombres y mujeres a partir de los 50 años. El pico de máxima incidencia se encuentra en el grupo de edad de 80-84 años, donde los científicos leoneses contabilizaron 460 casos por cada 100.000 hombres y 305 casos por cada 100.000 mujeres.

 

Precaución ante el informe de la OMS

"No existe una única causa que esté detrás del cáncer", afirma Bernardo. La catedrática emérita de la ULE destaca la complejidad de los factores que pueden resultar cancerígenos, además del consumo de carne procesada señalado ahora por la OMS. El tabaco, la contaminación ambiental, la genética o la dieta son algunos de los "culpables" del desarrollo de tumores. "Vivir también nos da cáncer", comenta la docente al referirse a que un aumento de la esperanza de vida también conlleva inevitablemente el incremento de posibles mutaciones que den lugar a la aparición de células malignas en nuestro organismo. Los estudios sobre la máxima incidencia del cáncer colorrectal en la franja de edad entre 80 y 84 años corroboran esta hipótesis.

 

Los expertos consultados por ileon.com insisten en tomar el informe de la OMS con la máxima precaución posible. Díez resalta la importancia de contar con una alimentación variada y seguir las recomendaciones nutricionales propuestas hasta la fecha. "No debemos dejar de comer carne, ya que presenta un alto valor nutricional al presentar proteínas, hierro, zinc o vitaminas del complejo B", comenta el presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de León. Por el contrario, el consumo de carne procesada ha de realizarse de manera puntual, combinándolo con otros consejos alimenticios que nos ayuden a mantener un estilo de vida saludable.

 

"Los productores se sienten perjudicados", señala Luciano Díez al ser preguntado por el impacto del informe sobre el consumo. Aunque la industria leonesa no se ha pronunciado todavía, sí lo ha hecho la patronal europea, que ha "rechazado enérgicamente" y calificado como "inapropiada" la declaración de la OMS. Las investigaciones y opiniones consultadas por este medio muestran, sin embargo, que el documento ha oficializado la evidencia científica disponible y que sus conclusiones no deben hacernos demonizar un alimento en particular. Es conveniente, por tanto, mantener una dieta variada, moderada y equilibrada, además de impulsar la prevención, el diagnóstico precoz y los avances terapéuticos que puedan ayudarnos en la lucha contra el cáncer.

 

Más información:

ileon.com

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