José Antonio Carro Celada
Domingo, 08 de Noviembre de 2015
Preludios en romance a diversos estudios de la visión teatral de 'El señor de Bembibre'

Los romances de 'El señor de Bembibre'

Saldar una antigua deuda, dice Teatro Conde Gatón, como uno de los motivos para el estreno del concierto 'Los romances de El Señor de Bembibre', en el que Roberto Herce y Javier Vecino, compositores ligados a la compañía se han encargado de adecuar la partitura para Octeto de Cuerda y Madera y Dúo Vocal, mientras que Giovanni Yáñez se ha hecho cargo de la dirección musical.
Los romances fueron escritos en junio de 1978 por José Antonio Carro Celada, emulando los romances de ciego. Federico Fernández Luaña realizó la musicalización. Una vez terminada la partitura en 1980, Fernández Luaña la confía a Conde Gatón con la esperanza de que algún día pudiera ser estrenada, de ahí que como complemento del proyecto 'Enrique Gil y Carrasco: Una mirada romántica', Teatro Conde Gatón produzca y termine de saldar aquella deuda antigua con el estreno de la partitura.
Astorga Redacción se suma a este interesante y creativo proyecto y aprovechamos el estreno este sábado en el Teatro Bergidum para publicar el romance íntegro realizado por el poeta y periodista astorgano José Antonio Carro Celada.

[Img #19049]

 

 

 

 

Primera Parte

 

Estudio 1

 

Doña Beatriz suspira
apenada en su aposento,
quiere enlazarla su padre
con el linaje de Lemos;
la desventurada tiene
desbordado el sentimiento.
Don Álvaro le pregunta
-espada de fino acero-
si son ciertos los rumores
de su triste casamiento,
si es verdad lo que le rompe
los cristales de su sueño.
Doña Beatriz suspira,
se le enturbia el alma dentro.
"Don Álvaro, seré vuestra
o me marcharé al convento".
Sube a la estancia una calma
de tórtolas y viñedos;
vuelven lentas las reatas
del ferial de Cacabelos
al paso que el Cúa acuna
la fresca tarde del Bierzo.

 


Estudio 2

 

Queda el palacio de Arganza
con Beatriz y sus miedos.
Camino de Ponferrada
don Álvaro lleva en vuelo
el roto espejo del alma
que le arrebata el de Lemos.


Estudios 3-4


Platea el Sil en la noche,
don Álvaro sopla el cuerno
a las puertas del castillo,
entra cabizbajo y serio.

Su anciano tío, el templario,
no puede atender su ruego,
le entrega a cambio una carta
que llevará a Carracedo.

De mañana va don Álvaro,
cabalga hacia el monasterio,
al sonar de la campana
un monje sale a su encuentro.
El abad lee el mensaje,
se le demuda el aspecto,
luego a don Álvaro dice,
bien oiréis sus argumentos.

 

 

[Img #19051]

 

 


Estudios 5-6

 


Sufre Beatriz destierro
tras tupidas celosías,
ha elegido Villabuena
un convento en la campiña.
Acudirá allí don Álvaro
para la noche elegida;
ella estará tras el coro,
él oculto en la capilla;
él le contará sus penas.
que de amor enloquecía
( los pájaros ya no cantan,
el sol se amata y no brilla).
Doña Beatriz le ruega
con la voz enternecida:
"Juradme que vuestra espada
no abrirá ninguna herida.

Yo conseguiré que el conde
venga hasta aquí de visita
para abrirle al par mi alma,
decirle que sólo es mía".

 

 

Estudio 7

 

Beatriz, enamorada,
al conde no puede amar,
es don Álvaro su sueño
y también su despertar.
Si una reja le separa,
mil le deben alejar
del conde y sus arrogancias
que la quieren cautivar.
Tres noches más y el de Lemos
con ella desposará.
Beatriz, enamorada,
al conde no puede amár.
La mirada se le nubla,
la voz se le quebrará,
se demuda, se desmaya
tal vez enloquecerá.

 


Estudio 8

 

Está encerrada en su celda
anegada en soledad,
a cada instante que pasa
su corazón tiembla más.
Ella quisiera escaparse,
correr sin rumbo al azar
o en los brazos de don Alvaro
rescatar su libertad.

 


Estudio 10

 

Viene don Álvaro aprisa,
cabalga su corazón;
Beatriz ya titubea,
no sabe si sí o no;
cuando la inquietud es tanta
iqué difícil la elección!.
Don Álvaro se la lleva
de aquel convento y prisión;
es ya más de medianoche,
sube del Cúa un rumor.
En el medio del camino
un hombre los sorprendió,
iba de sayal vestido,
como abad se presentó:
"Beatriz ha de quedarse
conmigo, que con vos no".
Ella cede mansamente,
él se opone con pasión,
ella se corta una trenza,
le da su anillo mejor.
Don Álvaro los recibe
con un dolorido adiós.

 

 

[Img #19052]

 

 


Estudio 11

 

Está don Álvaro herido,
por muerto le van a dar,
tiene una brecha en la frente
que parece un manantial.
Le acompaña en este trance
su inseparable Millán
a quien le dice: "Si muero
a mi amor devolverás
este anillo y esta trenza».
«Lo haré, señor, sin faltar
si Dios quisiera llamaros
a su lado en este azar".
Don Alvaro, demacrado,
deja ya de respirar,
ni se mueve, ni responde,
¿habrá llegado el final?.
Todos le darán por muerto,
le llevarán a enterrar;
Beatriz en su aposento
no deja de suspirar.

 

 

Estudios 12-13

 

Está enferma doña Blanca,
la muerte no tardará.
Doña Beatriz desea,
cumpliendo la voluntad
de sus padres, allí mismo
con el conde desposar.
Entra cortés el de Lemos
y a una seña del abad
enlazan torpes sus manos
en ceremonia nupcial.
Doña Blanca hace un instante
que terminó de expira.

 

 

Estudio 14

 

Mas don Álvaro está vivo,
es aquel su cabalgar,
-capa blanca, fina espada-
bajando de Manzanal.
Doña Beatriz no sabe
si lo que ve es la verdad,
si es alucinado sueño
o aparición fantasmal.
Se cruzan en el camino,
se confían su pesar:
Beatriz está casada,
don Álvaro en libertad,
ella sigue enamorada,
él enamorado está.
En esto que llega el conde
y pide su identidad.
“Yo soy don Álvaro Yáñez 
al que hiciste encarcelar”.

 

 

[Img #19050]

 

 

 

Segunda Parte

 

 


Estudio 1 -2

 

Viste de monje templario
don Álvaro en el castillo,
pocos sabrán la noticia
de que en el Temple está vivo.
Martina con desparpajo
cuenta a Millán lo ocurrido.
“Don Álvaro no está muerto,
que en cuerpo y alma lo he visto”.
Desconfía el escudero
“Te habrán dado un bebedizo,
don Álvaro está enterrado,
yo lo vi de muerte herido”.
Pero va en busca del amo
por si es cierto lo que ha oído.

 

 

Estudios 3-4-5

 

Doña Beatriz se oculta
cautelosa en el convento;
andan las huestes del conde,
sus expertos guerrilleros,
amenazando el castillo
del Temple y sus caballeros.
Lanzan escalas y garfios
sobre almenas, sobre aleros;
suenan roncas las trompetas
que dan señal al asedio,
limpios añafiles tocan
los templarios desde dentro.
La batalla ha comenzado,
gritos y aullidos se oyeron
bajo una lluvia de plomo,
de aceite y de pez hirviendo.

 

 


Estudio 6

 

El fiel Millán se disfraza
con ropa de montañés,
se dirige al campamento
del conde, campo a través
Allí espía, allí se entera 
del asalto a Cornatel.

 

 

[Img #19054]

 

 

Estudios 7-8

 

Todo lo tienen a punto,
ganchos, cordeles y escalas;
mas don Álvaro conoce
la estrategia preparada.
El irá en busca del conde,
le retará cara a cara,
ventilarán su querella
al filo de las espadas.
Hiere don Álvaro al conde
más de susto que de lanza;
apenas éste se yergue
toma el relevo Saldaña:
“Don Álvaro, deteneos.
yo libraré la batalla”.
Saldaña se bate fuerte,
el conde casi no aguanta,
herido y muerto está el conde,
su sangre la tierra empapa.

 

 

Estudio 9

 

En la celda del castillo
está don Álvaro preso,
el comendador Saldaña
le anuncia que el conde ha muerto,
que el Temple ya está vengado,
que Beatriz no es un sueño
si no fuera que sus votos 
le tienen en cautiverio.

 

 

Estudio 11

 

Celebran en Salamanca
los obispos un concilio,
ricos damascos tapizan
el dosel del arzobispo;
hay en la sala acusados,
inquisidores, testigos.
Serenos van los templarios
al escrupuloso juicio.

 

 

[Img #19053]

 

 


Estudio 12

 

Doña Beatriz de Arganza
se entera del veredicto
que, obispos e inquisidores,
han acordado en concilio.
Don Álvaro sigue preso
de los votos contraídos.
Cuanto Beatriz soñaba
se torna ya sin sentido;
los ruiseñores sublevan
su dulce canto en un ruido,
los álamos y violetas
se desmayan doloridos.

 

 

Estudios 13-14

 

Beatriz está doliente,
quizá doliente de amor.
Si don Álvaro pudiera
desatar su corazón.
Tiene lastimada el alma,
ancho y espeso el dolor.
Don Alonso se va a Roma,
-hace dias que partió-,
a los dos meses ya trae
la bula de anulación.
Beatriz anda doliente,
desvahída de color
aunque le ronda los ojos
la humedad de la ilusión.

 

[Img #19055]

 

 

 

Estudio 15

 

Al tiempo de la partida
quieren unirse los dos;
de ese modo el del sepulcro
será lecho del amor.
Ronda la muerte en su cama
como una alucinación,
se entrecruzan los amores
de la muerte y su señor.

 

 

 

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