Existan pero no piensen
El pensar constituye la mayor expresión del alcance evolutivo del ser humano. Cada uno de los inventos de éste para con el mundo han sido precedidos de un pensamiento, de una idea que los originó y de la que partir para poder llevarlos a cabo. Desde la invención de la rueda hasta la construcción de la Torre Eiffel, pasando por cualquier forma de organización de una sociedad, incluso la más compleja.
En efecto, el pensamiento es la actividad de creación de la mente humana y, a menudo, este término es utilizado para definir todo aquello que la mente puede generar, incluyendo las actividades racionales del intelecto o las abstracciones de la imaginación. Y, por ello, todo lo que sea de naturaleza mental es considerado pensamiento. Así, los procesos intelectivos que generamos en nuestro cerebro y lo que podamos lograr con ellos, constituyen el mayor don que se ha conferido a la raza humana. Pues no son fruto incierto, azar o desorden en un proceso evolutivo sino que son el mejor testimonio y la prueba más tangible de que todo pensador tiene su propio argumento para comprender la realidad y la manera en la que cada cual la interpreta lo convierte en único e irrepetible.
El pensamiento y el lenguaje mediante el que nos expresamos son dos conceptos que están estrictamente unidos: el pensamiento no sólo se refleja en el lenguaje, sino que este lo determina. De forma que el lenguaje transmite los conceptos, juicios y raciocinios del pensamiento y así el pensamiento se conserva en el tiempo y se fija a través del lenguaje.
Cuando hablamos de las tareas o los problemas a los que cada día nos enfrentamos, no debemos de olvidar que en cada una de estas situaciones en nuestra mente se elaboran como respuesta una serie de ideas para resolverlas. Entonces llegamos a la conclusión de que hacemos uso del razonamiento en todas estas cuestiones de la vida diaria. Así, la vida se deriva de la lógica, la determinación y la razón y utilizamos el razonamiento y el pensamiento como auténtica filosofía de vida. Pues la filosofía es el estudio de esa variedad de problemas fundamentales y su consecuente resolución, acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la mente o el lenguaje. Así mismo la filosofía, la occidental en concreto, ha sido una de las más profundas influencias en asuntos como ciencia, política o religión siendo ello causa de que muchos campos de estudio se basen en el razonamiento, por lo que es importante que los estudiantes aprendan a desarrollar este método de pensamiento crítico.
Por eso suprimir la filosofía de las aulas significa minimizar la enseñanza del pensamiento crítico y empobrecer la democracia. Significa hacernos menos libres como personas convirtiéndonos en meros esclavos sumisos de un modelo social impuesto por aquellos que bajo su papel de representantes en un parlamento, se creen con autoridad suficiente para arrebatarnos la posibilidad de conocer y con ello elegir como gobernar nuestra vida de una manera libre y activa.
La filosofía no es sólo transmitir hoy lo que algunos pensaron ayer, sino que siempre ha sido la conciencia crítica que nos otorga esa libertad a la hora de pensar. Y quizás ese sea el motivo de querer erradicarla, como si de un temible fallo en el sistema se tratara. Como si fuera eso lo que más temiésemos los ciudadanos.
Este no es más que otro ejemplo de que el beneficio de esta reforma educativa no está claro ni siquiera para sus propios y más fieles vasallos.
El pensar constituye la mayor expresión del alcance evolutivo del ser humano. Cada uno de los inventos de éste para con el mundo han sido precedidos de un pensamiento, de una idea que los originó y de la que partir para poder llevarlos a cabo. Desde la invención de la rueda hasta la construcción de la Torre Eiffel, pasando por cualquier forma de organización de una sociedad, incluso la más compleja.
En efecto, el pensamiento es la actividad de creación de la mente humana y, a menudo, este término es utilizado para definir todo aquello que la mente puede generar, incluyendo las actividades racionales del intelecto o las abstracciones de la imaginación. Y, por ello, todo lo que sea de naturaleza mental es considerado pensamiento. Así, los procesos intelectivos que generamos en nuestro cerebro y lo que podamos lograr con ellos, constituyen el mayor don que se ha conferido a la raza humana. Pues no son fruto incierto, azar o desorden en un proceso evolutivo sino que son el mejor testimonio y la prueba más tangible de que todo pensador tiene su propio argumento para comprender la realidad y la manera en la que cada cual la interpreta lo convierte en único e irrepetible.
El pensamiento y el lenguaje mediante el que nos expresamos son dos conceptos que están estrictamente unidos: el pensamiento no sólo se refleja en el lenguaje, sino que este lo determina. De forma que el lenguaje transmite los conceptos, juicios y raciocinios del pensamiento y así el pensamiento se conserva en el tiempo y se fija a través del lenguaje.
Cuando hablamos de las tareas o los problemas a los que cada día nos enfrentamos, no debemos de olvidar que en cada una de estas situaciones en nuestra mente se elaboran como respuesta una serie de ideas para resolverlas. Entonces llegamos a la conclusión de que hacemos uso del razonamiento en todas estas cuestiones de la vida diaria. Así, la vida se deriva de la lógica, la determinación y la razón y utilizamos el razonamiento y el pensamiento como auténtica filosofía de vida. Pues la filosofía es el estudio de esa variedad de problemas fundamentales y su consecuente resolución, acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la mente o el lenguaje. Así mismo la filosofía, la occidental en concreto, ha sido una de las más profundas influencias en asuntos como ciencia, política o religión siendo ello causa de que muchos campos de estudio se basen en el razonamiento, por lo que es importante que los estudiantes aprendan a desarrollar este método de pensamiento crítico.
Por eso suprimir la filosofía de las aulas significa minimizar la enseñanza del pensamiento crítico y empobrecer la democracia. Significa hacernos menos libres como personas convirtiéndonos en meros esclavos sumisos de un modelo social impuesto por aquellos que bajo su papel de representantes en un parlamento, se creen con autoridad suficiente para arrebatarnos la posibilidad de conocer y con ello elegir como gobernar nuestra vida de una manera libre y activa.
La filosofía no es sólo transmitir hoy lo que algunos pensaron ayer, sino que siempre ha sido la conciencia crítica que nos otorga esa libertad a la hora de pensar. Y quizás ese sea el motivo de querer erradicarla, como si de un temible fallo en el sistema se tratara. Como si fuera eso lo que más temiésemos los ciudadanos.
Este no es más que otro ejemplo de que el beneficio de esta reforma educativa no está claro ni siquiera para sus propios y más fieles vasallos.