"Nacer aquí ha sido crecer amando gentes y costumbres, donde todo tenía sentido"
![[Img #19353]](upload/img/periodico/img_19353.jpg)
Este sábado se presentó en Veguellina ‘Nunca el olvido’ de Elena Santiago con muy buen humor y con la ‘jocundia’ y el desparpajo habituales de Tomás Néstor Martínez. De Ada Veiga, personaje principal de la novela, decía Tomás Néstor que tras fatigar las páginas del libro la iba conociendo más, pero que no se encontraba totalmente satisfecho pues parecía una 'matrioska' que “esconde recovecos difíciles de alcanzar. Se hace la interesante, ella…”
Hizo Tomás Nestor una ficción del proceso creativo y madurativo de la autora, “de niña soñaba con volar. ¡Me voy con las nubes!, al volver de los vuelos contaba sus experiencias al respaldo de la silla, sentada por esa costumbre suya de hablarle, al revés…”
Convocó también el presentador a los personajes de la nueva novela de Elena Santiago, a los que recién parece también conocer (entre nosotros, Tomás Néstor ha hecho buenas amistades en este empeño). Apenas si acertamos a escribir los nombres que él silabeó. Imaginaba que Ada Veiga habría enviado un mensaje justo antes de entrar en el que decía que había decidido irse de la vida, pero que habría de volver de vez en vez, no se nos fuera a olvidarla.
Destacó Tomás Néstor que en esta novela al tiempo que se inaugura el laberinto vital de los personajes se traza la topografía de sus sentimientos, por lo que puede que sean estos los que acaben teniendo personaje. No creo que quisiera decir al modo pirandelliano que buscaban a su autora, ya que ahí la tenían; pero sí pienso que sugirió que tal vez estuvieran ahí entre nosotros. Hubo gente que miró por la sala por si veía o imaginaba o se fuera a representar algo de esta historia. (Está aún reciente la performance del Subway de este verano). Con un tiempo narrativo que se burla del cronológico, “creando una realidad colmada de lirismo y de poesía” bien pudiera suceder lo que hasta ahora ni hubiéramos imaginado…
En 'Nunca el olvido', dijo Tomás Néstor, “destaca la importancia del recuerdo frente al olvido…porque al fin y al cabo cada persona es sobre todo recuerdo”. Interpreta como una victoria sobre la nada el relevo de las generaciones que se suceden en la novela.
![[Img #19351]](upload/img/periodico/img_19351.jpg)
Elena Santiago por su parte afirmó que después de la lectura de Tomás Néstor tendría que volver sobre el escrito, tal vez hubiera resurrecciones que le pasaban desapercibidas, a lo que Tomás Néstor replicaba que tales muertos gozaban de salud excelente.
No vino Elena Santiago en esta ocasión a hablar de ‘Nunca el olvido’, sino a agradecer, a mostrar su sentimiento al público de Veguellina. “Haber nacido en Veguellina de Órbigo es para mí haber conseguido nacer con un alma de un acierto muy grande, con mis padres, mi familia y mi pueblo…”
Tal es el amor que siente por su pueblo, que las largas y obligadas ausencias que ha tenido que sufrir las ha padecido con enorme nostalgia y grande dolor. “Siempre, -dijo- he sido muy de Veguellina, con amor inmenso e invariable, toda mi vida. Nacer aquí ha sido crecer amando gentes y costumbres, donde todo tenía sentido, caminos huertos, chopos, casas con la puertas abiertas…” “En Veguellina estaba nuestra verdad”.
![[Img #19350]](upload/img/periodico/img_19350.jpg)
Continuó entonces con una evocación amena y lírica de su Veguellina en la infancia y resaltó la gran renovación positiva de los últimos tiempos. “Hoy he venido a mostraros mi novela con un título que es un mensaje para vosotros todos: 'Nunca el olvido', nunca me olvido de todos vosotros”… Por último tras agradecer el haber sido nombrada hija predilecta de Veguellina y de habérsele dedicado ‘una plaza de cine’ señaló “para siempre necesito deciros esto: ¡Todos vosotros sois hijos predilectos de Veguellina!”. Donde hubo mucho humor y sonrisas y campechanía. El sábado, la del ocaso sería.
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Este sábado se presentó en Veguellina ‘Nunca el olvido’ de Elena Santiago con muy buen humor y con la ‘jocundia’ y el desparpajo habituales de Tomás Néstor Martínez. De Ada Veiga, personaje principal de la novela, decía Tomás Néstor que tras fatigar las páginas del libro la iba conociendo más, pero que no se encontraba totalmente satisfecho pues parecía una 'matrioska' que “esconde recovecos difíciles de alcanzar. Se hace la interesante, ella…”
Hizo Tomás Nestor una ficción del proceso creativo y madurativo de la autora, “de niña soñaba con volar. ¡Me voy con las nubes!, al volver de los vuelos contaba sus experiencias al respaldo de la silla, sentada por esa costumbre suya de hablarle, al revés…”
Convocó también el presentador a los personajes de la nueva novela de Elena Santiago, a los que recién parece también conocer (entre nosotros, Tomás Néstor ha hecho buenas amistades en este empeño). Apenas si acertamos a escribir los nombres que él silabeó. Imaginaba que Ada Veiga habría enviado un mensaje justo antes de entrar en el que decía que había decidido irse de la vida, pero que habría de volver de vez en vez, no se nos fuera a olvidarla.
Destacó Tomás Néstor que en esta novela al tiempo que se inaugura el laberinto vital de los personajes se traza la topografía de sus sentimientos, por lo que puede que sean estos los que acaben teniendo personaje. No creo que quisiera decir al modo pirandelliano que buscaban a su autora, ya que ahí la tenían; pero sí pienso que sugirió que tal vez estuvieran ahí entre nosotros. Hubo gente que miró por la sala por si veía o imaginaba o se fuera a representar algo de esta historia. (Está aún reciente la performance del Subway de este verano). Con un tiempo narrativo que se burla del cronológico, “creando una realidad colmada de lirismo y de poesía” bien pudiera suceder lo que hasta ahora ni hubiéramos imaginado…
En 'Nunca el olvido', dijo Tomás Néstor, “destaca la importancia del recuerdo frente al olvido…porque al fin y al cabo cada persona es sobre todo recuerdo”. Interpreta como una victoria sobre la nada el relevo de las generaciones que se suceden en la novela.
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Elena Santiago por su parte afirmó que después de la lectura de Tomás Néstor tendría que volver sobre el escrito, tal vez hubiera resurrecciones que le pasaban desapercibidas, a lo que Tomás Néstor replicaba que tales muertos gozaban de salud excelente.
No vino Elena Santiago en esta ocasión a hablar de ‘Nunca el olvido’, sino a agradecer, a mostrar su sentimiento al público de Veguellina. “Haber nacido en Veguellina de Órbigo es para mí haber conseguido nacer con un alma de un acierto muy grande, con mis padres, mi familia y mi pueblo…”
Tal es el amor que siente por su pueblo, que las largas y obligadas ausencias que ha tenido que sufrir las ha padecido con enorme nostalgia y grande dolor. “Siempre, -dijo- he sido muy de Veguellina, con amor inmenso e invariable, toda mi vida. Nacer aquí ha sido crecer amando gentes y costumbres, donde todo tenía sentido, caminos huertos, chopos, casas con la puertas abiertas…” “En Veguellina estaba nuestra verdad”.
![[Img #19350]](upload/img/periodico/img_19350.jpg)
Continuó entonces con una evocación amena y lírica de su Veguellina en la infancia y resaltó la gran renovación positiva de los últimos tiempos. “Hoy he venido a mostraros mi novela con un título que es un mensaje para vosotros todos: 'Nunca el olvido', nunca me olvido de todos vosotros”… Por último tras agradecer el haber sido nombrada hija predilecta de Veguellina y de habérsele dedicado ‘una plaza de cine’ señaló “para siempre necesito deciros esto: ¡Todos vosotros sois hijos predilectos de Veguellina!”. Donde hubo mucho humor y sonrisas y campechanía. El sábado, la del ocaso sería.






