El obispo recuerda "el derecho de toda persona a vivir con dignidad" en el Día del Refugiado
![[Img #20005]](upload/img/periodico/img_20005.jpg)
El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, como miembro de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, ha lanzado un mensaje de solidaridad con este colectivo con motivo de la celebración este domingo 17 de enero de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, resaltando que "debemos recordar que los emigrantes no necesariamente son personas sin recursos, ya que muchos de ellos por razones políticas, de trabajo, de estudios, etc".
El prelado envía un saludo a los emigrantes que viven en la diócesis, haciéndose eco de las palabras del Papa recordando "el derecho de toda persona a vivir con dignidad" y proclamando tanto el derecho a no tener que emigrar como el de emigrar, así como la obligación de solidaridad entre las personas y las naciones. También habla de la hospitalidad que posibilita un enriquecimiento compartido.
El obispo agradece a los empresarios y a todas las personas que dan empleo a los emigrantes haciendo especial hincapié en el respeto a las normas fundamentales del trabajo y al derecho a un salario digno.
Los flujos migratorios, como señala el Papa, son una realidad estructural. Por eso, "nos invita, tras superar la fase de emergencia, a una profundización para entender las causas que desencadenan las migraciones, así como las consecuencias que de ellas se derivan", subraya el obispo.
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El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, como miembro de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, ha lanzado un mensaje de solidaridad con este colectivo con motivo de la celebración este domingo 17 de enero de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, resaltando que "debemos recordar que los emigrantes no necesariamente son personas sin recursos, ya que muchos de ellos por razones políticas, de trabajo, de estudios, etc".
El prelado envía un saludo a los emigrantes que viven en la diócesis, haciéndose eco de las palabras del Papa recordando "el derecho de toda persona a vivir con dignidad" y proclamando tanto el derecho a no tener que emigrar como el de emigrar, así como la obligación de solidaridad entre las personas y las naciones. También habla de la hospitalidad que posibilita un enriquecimiento compartido.
El obispo agradece a los empresarios y a todas las personas que dan empleo a los emigrantes haciendo especial hincapié en el respeto a las normas fundamentales del trabajo y al derecho a un salario digno.
Los flujos migratorios, como señala el Papa, son una realidad estructural. Por eso, "nos invita, tras superar la fase de emergencia, a una profundización para entender las causas que desencadenan las migraciones, así como las consecuencias que de ellas se derivan", subraya el obispo.





