Astorgaredacción
Domingo, 17 de Enero de 2016

Petroglifos, buitres y el magisterio cervantino en la revista 'Argutorio'

Ya en la calle el último número de la revista Argutorio aborda diversos asuntos vinculados de una u otra forma a León o más particularmente a Astorga. Con la excepción del bloque tradicional dedicado a la naturaleza, que, como también es norma, ofrece trabajos de ámbito más abierto. 

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En la primera colaboración, Juan Carlos Campos Gómez, el descubridor de los ya famosos petroglifos de Maragatería, escribe sobre un yacimiento de restos paleolíticos cercano a Astorga. Según sus conclusiones, el cerro sobre el que se asienta la ciudad no estaba ocupado cuando los romanos instalaron en él primero un campamento y después una ciudad, pero sí debía de estarlo por otras especies humanas hace cientos de miles de años.

 

En el segundo trabajo, José Piñeiro Maceiras trata sobre una parte de la normativa privada del occidente de nuestra provincia que fue incorporada en 1963 a la Compilación de Derecho Civil de Galicia. Esta parte de León conservaba a principios del siglo pasado, según nos explica el autor, un derecho consuetudinario de origen muy antiguo, parte del cual fue considerado por el legislador de los años sesenta en la compilación citada.

 

Juan Manuel Sandín Pérez, colaborador habitual de la revista, ahora instalado a miles de kilómetros de distancia de nuestra ciudad, vivió un tiempo en un pueblo cercano a Astorga, Rabanal Viejo, lo que le permitió conocer mediante el trato con sus vecinos muchos de los topónimos de la zona. Sobre este asunto nos habla en este interesante trabajo, que tendrá continuación en el siguiente número.

 

En el siguiente artículo, Carmelo de Lucas del Ser, trata sobre la presencia en León de las iglesias protestantes y reformadas, vinculada a los focos iniciales de la revolución industrial, a la construcción de las obras públicas y, especialmente, a las explotaciones mineras y a la concesión del ferrocarril. Todas estas actividades supusieron la importación de maquinaria  extranjera, con la que vinieron ingenieros franceses, ingleses y belgas, que trajeron con ellos sus creencias religiosas.

 

Olegario Pérez Alija escribe sobre un asunto muy poco conocido: la posible relación del apellido del multimillonario americano William Waldorf Astor (1848-1919) con el de un personaje de finales del siglo XI, Pedro de Astorga, y, por tanto con el nombre de nuestra ciudad. La revista Pall Mall Magazine publicó en 1899 la noticia de que Astor era descendiente del caballero Pedro de Astorga; información de la que se hizo también eco el Chicago Tribune y de la que tuvieron conocimiento dos intelectuales astorganos de la época: Alonso Garrote y Matías Rodríguez, que opinaron sobre el asunto en la prensa local. ¿Podría ser este Pedro de Astorga el obispo de nuestra ciudad entre 1065 y 1080, Pedro Núñez, al que se refería alguna documentación de ese periodo como “Pedro de Astorga”? Esta posibilidad la contempla Olegario Pérez en este artículo, que trata sobre todo en la polémica que la noticia tuvo en la prensa maragata de aquellos años.

 

A continuación, Juan Miguel Álvarez Domínguez concluye su trabajo sobre Antonio Álvarez Robles, con la segunda parte de lo publicado en el número anterior. El autor había tratado en números anteriores de la revista sobre el regionalismo leonés, centrándose en otros personajes vinculados con él: Miguel Bravo Guarida, José González Fernández, Clemente Vilorio y Eugenio Merino Movilla. El estudio de Juan Miguel Álvarez sobre el regionalismo leonés en esta publicación se cierra con este trabajo.

 

El bloque habitual sobre naturaleza se inicia con un artículo de Abilio Reig Ferrer, colaborador desde hace años de la revista. El profesor de la Universidad de Alicante vuelve sobre el asunto de la obra de Arévalo Baca Aves de España (1887), que ya trató en un anterior trabajo en esta misma publicación. Con las nuevas pruebas que se aportan en este trabajo queda bastante claro que Arévalo Baca cometió un fraude científico con esa obra, apropiándose de observaciones ajenas y utilizando diverso tipo de material de autoría que no citó, no reconoció o ninguneó.

 


Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo, colaborador casi fijo de la revista desde su creación, en 1998, y presidente del Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza, dedica su trabajo a los buitres. Su dramático declive, no sólo en Asia, sino ahora también en África, ha sido el principal motivo de que se haya establecido el Día Internacional de Concienciación sobre los Buitres el día 5 de septiembre. Como comenta el autor, la terrible disminución de las poblaciones de estas soberbias aves debe hacer que valoremos su extraordinaria importancia, ya que los buitres constituyen “el método más natural, barato e higiénico para reciclar los animales muertos”.

 

A continuación, Javier García Fernández, coautor de los libros Guía de las aves de León y Atlas de las aves reproductoras de León, habla sobre los córvidos en nuestra provincia. Cuervos, cornejas, urracas, grajas, grajillas, arrendajos, chovas y rabilargos son las especies presentes en nuestra provincia, aunque el rabilargo sólo aparezca de manera ocasional. Según explica Javier García Fernández, la más peculiar de todas estas especies es la graja, que tiene en la provincia de León las únicas poblaciones reproductoras de toda la Península Ibérica.

 

Cierran este número las colaboraciones de dos astorganos: Juan José Alonso Perandones y Luis Miguel Suárez Martínez. 

 

La del primero trata sobre la relación entre dos grandes poetas españoles del siglo XX, Leopoldo panero y Luis Cernuda. Según nos explica Alonso Perándones, Panero y sus amigos de la publicación literaria Nueva revista conocieron a Cernuda en febrero o marzo de 1930. Dieciséis años después, en mayo de 1946, Leopoldo Panero se traslada a Londres como Lector del Instituto de España en la capital británica, donde reiniciará su amistad con el poeta sevillano. En este interesante artículo se reproducen algunas de las cartas entre Leopoldo y su mujer, Felicidad Blanc, y el poeta sevillano.

 

Por último, Luis Miguel Suárez Martínez, profesor del IES 'Ornia' de La Bañeza, analiza las referencias literarias que la novela La fuente de la edad, de Luis Mateo Díez, escritor leonés afincado en Madrid, utiliza del Quijote. Luis Miguel Suárez llega a la conclusión de que el libro de Mateo Díez “constituye en sus aspectos fundamentales –temas, estructura, tono, técnicas narrativas, o incluso personajes y episodios concretos- uno de los ejemplos más destacados del magisterio cervantino en la narrativa contemporánea”. 
 

 

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