Catarsis a cualquier hora

Hoy por la tarde he ido al psicólogo que hay al lado de mi casa, en el rótulo pone "Cartarsis a cualquier hora".

Me recibió tarde, sobre las ocho, y no era él, era ella.

Nos saludamos, nos sentamos. Cogió la grabadora y empezó a preguntar.

Le conté el problema de relación con mi pareja que tenía y se reía. Me dijo: "le veo algún desequilibrio que otro, pero no importante" e insistió: "llorar, reirse, es bueno, creo que es el choque de dos caracteres fuertes". "Es la vida, lo malo es ser gris, sin alteraciones, ya que entonces eres un borrego". Exclamó: “¡Bienaventurados los desequilibrados ya que no irán al cielo, pero serán los reyes de la Tierra!” Nos reímos.

Aquello era raro, me empezó a hablar de dos palomas que se amaban en su ventana y de su niña que la torturaba. Me sorprendía lo de su niña, y aún más cuando percibí que su niña era ella, su infancia. Le pedí si me podía sentar en su sitio y accedió, ella se sentó en el mío. Me siguió contando, y pensé ésta está tan zumbada como yo. Nos reímos otra vez, yo le conté mis historias y ella a mí las suyas.

Acabamos y después de pagarle, me invitó a una copa en el pub de al lado.

Entramos y sonaba "Teño saudade" de Andrés Dobarro, la cantamos. Cuando llevábamos dos o tres copas le dije que era un encanto y se turbó, se puso colorada. Le canté "Cuando te miro te pones colorada", se volvió a turbar.

Quedamos para el día siguiente y  que el que entrevistaba sería yo. Hablamos de comernos las palomas y de matar a su niña. Asintió entre risas y se marchó.