El pensamiento que nace en la boca
Comentario sobre el último libro de poesía de la escritora muy vinculada con Astorga Julieta Valero
Julieta Valero. Que concierne; Vaso Roto. Madrid, 2015
![[Img #20524]](upload/img/periodico/img_20524.jpg)
Ya el título significa una implicación, tal vez una coimplicación del yo poemático con el mundo que le habita.
Consta luego el libro de cuatro partes numeradas I, II, III, y ‘Ó 2052’.
El primer poema del libro es ‘Previo a sol’ (9) y en el lugar de la cita la expresión ‘Spanishevolution’. ¿Es esto una declaración de principios y una declaración poética, y si lo es qué es lo que declaran? El tema es lo que nos pasa. La poética es la de la alteración sintagmática, vocabular, que gravita de significados un sentido que pierde pie a cada instante, que se tambalea y girovaga y que pudiera pendular de sol a sol.
Previo a Sol considera las revoluciones que antecedieron al 15M español. El modo de poetizar parece la libre asociación, el transcurrir de un sueño que hiciera biografía. Abundan por ello los típicos mecanismos de las narrativas de los sueños: La simbolización, el desplazamiento, la condensación, la dramatización; sobre todo la dramatización; pero en última instancia radica la interpretación en el sujeto que sueña. No es cierto, la hace necesaria pero radica más en el sujeto que lo lea.
En este poemario hay ciertos temas recurrentes, los hijos que cartesianamente se originan a partir de la duda de tenerlos hasta ser la gran verdad, la amarga verdad que lleva al mundo que sospechábamos y en el que tras el tropel de vivencias, acontecimientos, gritos de mandrágora, apariencias, seguirá siendo el mismo. No es verdad.
Se da, como en el sueño, una seducción de la palabra que conjurase los significados, como si el pensamiento naciera en la boca. Los sentidos se impregnan de la sonoridad y entran en el juego de las variaciones próximas, de las significaciones latentes.
El sentido es algo que se mueve, algo que no adquiere permanencia, que se esfuma. Lo que acaece es algo que cuando lo consideramos ya no es lo que era, tiene otro designio… En esta primera parte asistimos a un mundo de multitudes que transita de manera descentralizada por entre las nuevas redes: Primavera Árabe, Revolución Naranja, impotencia de una ministra al anunciar la buena nueva laboral, vergüenza ante la palabrería de la ‘Spanishevolucion’.
Con frecuencia el optimismo de estas multitudes solidarias se desinfla en grito solipsista pues se trata de una multitud sin centro,que hubiera sido amortizada: “ayer golpearán a cuantos se atrevan a rodear el congreso”. El cambio se revela al final del libro como un ensamblaje de la acción con su pasado, el cual solo se modifica para continuar en lo que era.
La reflexión metapoética abunda en el libro, puede el poema aportar un apunte de sí mismo, una aporte breve y parcial que termina por desentenderse en la frase que sigue. En ‘Ficción con el dedo corazón’(12), manifiesta que el contenido de sus poemas podrían ahora dejar de expresar al gran ausente: el yo: “Pero si hablar de mí ya no procede…/ ¿Dónde veré reflejado el modo en que no existo?”. Al comentar la frase del día satiriza sobre la invención de la Historia: “En artes plásticas la vanguardia puede residir en ser visceral; en poesía consiste en ser honesto”.
En Berlinale (14) el procedimiento es la condensación, la simbiosis. La película ‘Alemania año cero’ se fusiona con ‘Cielo sobre Berlín’. La manipulación de la memoria, la destrucción de los espacios por los “logos imperiales”, consecuencia del fanatismo y la verdad única impide que un anciano encuentre la Postdamer Platz y reviviera su memoria. Súbito, en el umbral de esa tierra desterrada un Paul Celan desfigurado de Rosa Luxemburgo vuela desde el puente; ambos en suspenso …
![[Img #20520]](upload/img/periodico/img_20520.jpg)
Abunda la ironía que puede disolver en una nada imágenes salvíficas, románticas, el trozo de cielo azul desde la cárcel del urbanismo inaugura la posibilidad del paro, una vida suburbial, ajetreada con los dispositivos y gadgets de una Postdamer Plazt postindustrial.
Hay una gran desolación en ‘Compromiso’(19) donde la razón pierde pie y la turbamulta llega a ser domesticada con las migajas y el futbol.
‘Sampler’(20) es una pegapepa, un collage de citas cuyo sentido aflora del hilván. Retoma la sorna del final de 'Compromiso': “Respirar también es testimonial”, pero ahora la intención tiene menos carga, siendo más filosófica. Pues “toda respiración propone un reino”, la cosa es fuera respirable y transpirable…
Las manifestaciones y su parafernalia son descritas como un ‘dejá vu’, como la reinvención espiritual de la épica de los millones de negros en los años 60 en EEUU.
La plaza (sol solet) volverá a su ser, prosigue el embarazo y los síntomas sobrevienen ya cada cuarto de hora. Estamos casi a punto. “Se coge la barriga y dice: Será tranquila, pero compleja”.
La segunda parte (II) parece un regreso a lo cotidiano, al yo (el gran presente) y sus afecciones. Asistimos al traslapamiento entre lo individual y lo colectivo, lo individual no es sino una forma de lo colectivo que apenas soportamos. ‘A partir de una isla’ (25) trata de la deformación turística con la que iríamos a conocer lo otro, en los ratos libres, con el registro envarado del mundo de la producción. Cuando nos damos de bruces con el náufrago ya solo reaccionamos para hacer la foto.
‘Final del verano’(37) o de la vacación o del merodeo nos devuelve las esperanzas rotas, la autoconciencia sombría, expresionista, agigantada de lo que no se quiso ser, pues la edad enseña sus disfraces. Conciencia de la vejez.
Las enumeraciones suelen ser muy frecuentes, pero no son taxonómicas. Solo en el poema, en el no lugar de uno de estos poemas nos toparíamos con los efectos enumerados, pero tal vez pudiera haber otro orden que el que aquí se instituye, yo no lo sé. Los símbolos articulan una historia personal y la historia personal no se encuentra en los símbolos sino en el ensamblaje.
En ‘Esta roca’(30) las enumeraciones son los discursos posibles sobre la devastación de haberse realizado a sí misma. En ‘Bajo el alfeizar de todas esas ventanas…’( 31) asistimos a la contraposición de la consigna “riqueza privada, miseria pública”; mientras que ‘Hombre con móvil’(32) es la totalidad del mundo humano la que se propaga en “banquete simultaneo y efímero”, con cambios de registro instantáneos que pueden ir desde el suceso cotidiano, “mi hijo repite tobogán”, hasta la certeza de formar parte del engranaje del universo por medio de la especie: “Me propago…Este polen de mí, que centellea, me interrumpe, parte.”
![[Img #20518]](upload/img/periodico/img_20518.jpg)
El esquema de la construcción de la vida corre paralelo al de la construcción del poema, habrá que hacerse un dobladillo para estirones impremeditados. En ‘Boda en Toulouse’ (35) se aparean en la mesa de operaciones sentencias y recomendaciones harto disímiles a una vida matrimonial.
La tercera parte (III) pudiera ser una síntesis entre la vorágine colectivo-pública y la vuelta a las andanzas propias retomadas en la segunda, no en vano el primer poema versa sobre lo que concierne, sobre lo que atañe y que se considera que es algo más que una vida pegada a la televisión o a la mesa de ordenador; un aprecio por el público sector. Lo que concierne saldrá al paso en cada una de las decisiones íntimas, como condicionante y en lo que conlleve la acción. Un viaje de bodas a Haití por ejemplo carece de certificado de experiencia, de posibilidad de duelo, de vivencia pura. ¿Son el turismo o la vida en la maleza de los fantasmas un compromiso entre la obra maestra de la vida privada y la consideración por lo totalmente otro o son dos disfraces de la otredad otra, de la impostura?
‘Suites ticas’ (46), ‘Fábula del resort’, (47) ‘Sobre el volcán’(48) ‘Economía del paraíso’(49) y ‘Por regreso valija’ (50) abordan el asunto de los viajes turísticos y sus descubrimientos, modos de vida y velocidades de escape de la vida; la ‘poesía salvaje’ de los nativos, el rondar de la muerte como algo propio de la vida. En casa la muerte interrumpe “…sopraneábamos la vida, al fin privada obra maestra”. Allí, sobre el volcán, parece que se desate la lengua de Vallejo: “Quién no queda abrasado, por fuera, por dentro. Sin ruido ni / lava los gases de las orquídeas que habían salido a buscar”. Allá la muerte acaece, no siendo ya eso otro, eso totalmente otro. Algo nuevo ha traído ese viaje, una concepción austera de la paz, la consideración del lenguaje como insuficiencia para abarcar el ancho mar. “Y, toda la belleza lesiva de este país –cae sobre el turista como piano en mala mudanza-, pixelada,”. Es verdad algo ha cambiado en la forma de almacenar la mala conciencia, pero cómo llegaría esta a la vida real.
Siguen luego poemas confesionales del significado del amor, del deseo, las renuncias y las penurias para tener hijos. Son significativos los títulos: ’La leche’ (54), ‘Anunciación’ (56), ‘In vitro’ (57), ‘Niño soñado’ (58), ’Perineo y embargo’ (59) y’ Embrión’ (61). En estos poemas el collage de los párrafos desliza continuamente el sentido entre las frases, es como un surfeo por el mar de la sintaxis sin que supiéramos quién o qué hubiera debajo. La anunciación es la del hijo, de ese hijo nonato pero que ya ha venido, ya ha bailando con nosotros en otros poemas del libro, ya conocemos su cascabeleo reivindicativo de manitas. En ‘Perineo y embargo’(59) el final del embarazo coincide con el embargo del piso, la técnica es la del cocktail con encabalgamientos muy bruscos que arruinan también la sintaxis, ah todo es caos, “el niño importa que venga bien”, desplazamientos de sentido cada vez más abruptos pues se apoyan en una sintaxis ya descabalada, coloquialismos y las muchas formas de decirse España.
![[Img #20519]](upload/img/periodico/img_20519.jpg)
El libro finaliza con ‘Ó 2052’. Esta falsa disyunción hace referencia al último párrafo del poemario, un párrafo de Irene Némirovski que intenta recordarnos el descabezamiento de la razón que fue la Segunda Guerra Mundial: “Tratar de introducir el máximo de cosas, de debates…que pudiera interesar a la gente en 1952 o 2052”. Ya este párrafo fue escrito en 1942…Anticipa así Némirovski y con ella Julieta Valero la intención de que los acontecimientos aceleren la memoria del futuro. Todas las plazas del 15M y todo el hervidero vital colectivo y familiar es orbitado a la totalidad del cosmos.
Pretenden estos poemas abordar la realidad de los años de la última crisis. La metonimia va desde lo pequeño a lo inmaterial, desde el zapato para los reyes a la tortura ortopédica del pie breve. La vida familiar que se ahorma a la ley de los tiempos contra el propio proyecto vital se manifiesta extraña; familiar pero extraña, siniestra en ocasiones: “En la gasolinera preguntamos por la forma más rápida de no llegar / a casa…”
Reaparece eso extraño en lo familiar tras una enigmática reconciliación de la pareja, para seguir con una enumeración de situaciones usurarias que jamás podríamos conceptualizar. Un minuto antes nos lo había advertido: “…como si el ser palafrenero de un sentido / al final revelado justificara esa irritación;…” Esta sentencia empotrada entre dos versos, pudiera significar que la intención de dar sentido a todo esto royendo la expresión en una causa única lleva al fracaso. Todo se confabula para que el poema tuviera con el mundo una relación más pixelada que significativa. Aún así: “La plaza / de la liberación está llena de gente que ha quedado / para hablar de sí misma”. Piedras rodantes grávidas de nuevo ser.
La ley se impondrá contra todo deseo y cambio, y simula diferencia para proseguir siendo igual; lo mismo sería si estuviésemos en 2111 ó en el 2011.
Julieta Valero. Que concierne; Vaso Roto. Madrid, 2015
Ya el título significa una implicación, tal vez una coimplicación del yo poemático con el mundo que le habita.
Consta luego el libro de cuatro partes numeradas I, II, III, y ‘Ó 2052’.
El primer poema del libro es ‘Previo a sol’ (9) y en el lugar de la cita la expresión ‘Spanishevolution’. ¿Es esto una declaración de principios y una declaración poética, y si lo es qué es lo que declaran? El tema es lo que nos pasa. La poética es la de la alteración sintagmática, vocabular, que gravita de significados un sentido que pierde pie a cada instante, que se tambalea y girovaga y que pudiera pendular de sol a sol.
Previo a Sol considera las revoluciones que antecedieron al 15M español. El modo de poetizar parece la libre asociación, el transcurrir de un sueño que hiciera biografía. Abundan por ello los típicos mecanismos de las narrativas de los sueños: La simbolización, el desplazamiento, la condensación, la dramatización; sobre todo la dramatización; pero en última instancia radica la interpretación en el sujeto que sueña. No es cierto, la hace necesaria pero radica más en el sujeto que lo lea.
En este poemario hay ciertos temas recurrentes, los hijos que cartesianamente se originan a partir de la duda de tenerlos hasta ser la gran verdad, la amarga verdad que lleva al mundo que sospechábamos y en el que tras el tropel de vivencias, acontecimientos, gritos de mandrágora, apariencias, seguirá siendo el mismo. No es verdad.
Se da, como en el sueño, una seducción de la palabra que conjurase los significados, como si el pensamiento naciera en la boca. Los sentidos se impregnan de la sonoridad y entran en el juego de las variaciones próximas, de las significaciones latentes.
El sentido es algo que se mueve, algo que no adquiere permanencia, que se esfuma. Lo que acaece es algo que cuando lo consideramos ya no es lo que era, tiene otro designio… En esta primera parte asistimos a un mundo de multitudes que transita de manera descentralizada por entre las nuevas redes: Primavera Árabe, Revolución Naranja, impotencia de una ministra al anunciar la buena nueva laboral, vergüenza ante la palabrería de la ‘Spanishevolucion’.
Con frecuencia el optimismo de estas multitudes solidarias se desinfla en grito solipsista pues se trata de una multitud sin centro,que hubiera sido amortizada: “ayer golpearán a cuantos se atrevan a rodear el congreso”. El cambio se revela al final del libro como un ensamblaje de la acción con su pasado, el cual solo se modifica para continuar en lo que era.
La reflexión metapoética abunda en el libro, puede el poema aportar un apunte de sí mismo, una aporte breve y parcial que termina por desentenderse en la frase que sigue. En ‘Ficción con el dedo corazón’(12), manifiesta que el contenido de sus poemas podrían ahora dejar de expresar al gran ausente: el yo: “Pero si hablar de mí ya no procede…/ ¿Dónde veré reflejado el modo en que no existo?”. Al comentar la frase del día satiriza sobre la invención de la Historia: “En artes plásticas la vanguardia puede residir en ser visceral; en poesía consiste en ser honesto”.
En Berlinale (14) el procedimiento es la condensación, la simbiosis. La película ‘Alemania año cero’ se fusiona con ‘Cielo sobre Berlín’. La manipulación de la memoria, la destrucción de los espacios por los “logos imperiales”, consecuencia del fanatismo y la verdad única impide que un anciano encuentre la Postdamer Platz y reviviera su memoria. Súbito, en el umbral de esa tierra desterrada un Paul Celan desfigurado de Rosa Luxemburgo vuela desde el puente; ambos en suspenso …
Abunda la ironía que puede disolver en una nada imágenes salvíficas, románticas, el trozo de cielo azul desde la cárcel del urbanismo inaugura la posibilidad del paro, una vida suburbial, ajetreada con los dispositivos y gadgets de una Postdamer Plazt postindustrial.
Hay una gran desolación en ‘Compromiso’(19) donde la razón pierde pie y la turbamulta llega a ser domesticada con las migajas y el futbol.
‘Sampler’(20) es una pegapepa, un collage de citas cuyo sentido aflora del hilván. Retoma la sorna del final de 'Compromiso': “Respirar también es testimonial”, pero ahora la intención tiene menos carga, siendo más filosófica. Pues “toda respiración propone un reino”, la cosa es fuera respirable y transpirable…
Las manifestaciones y su parafernalia son descritas como un ‘dejá vu’, como la reinvención espiritual de la épica de los millones de negros en los años 60 en EEUU.
La plaza (sol solet) volverá a su ser, prosigue el embarazo y los síntomas sobrevienen ya cada cuarto de hora. Estamos casi a punto. “Se coge la barriga y dice: Será tranquila, pero compleja”.
La segunda parte (II) parece un regreso a lo cotidiano, al yo (el gran presente) y sus afecciones. Asistimos al traslapamiento entre lo individual y lo colectivo, lo individual no es sino una forma de lo colectivo que apenas soportamos. ‘A partir de una isla’ (25) trata de la deformación turística con la que iríamos a conocer lo otro, en los ratos libres, con el registro envarado del mundo de la producción. Cuando nos damos de bruces con el náufrago ya solo reaccionamos para hacer la foto.
‘Final del verano’(37) o de la vacación o del merodeo nos devuelve las esperanzas rotas, la autoconciencia sombría, expresionista, agigantada de lo que no se quiso ser, pues la edad enseña sus disfraces. Conciencia de la vejez.
Las enumeraciones suelen ser muy frecuentes, pero no son taxonómicas. Solo en el poema, en el no lugar de uno de estos poemas nos toparíamos con los efectos enumerados, pero tal vez pudiera haber otro orden que el que aquí se instituye, yo no lo sé. Los símbolos articulan una historia personal y la historia personal no se encuentra en los símbolos sino en el ensamblaje.
En ‘Esta roca’(30) las enumeraciones son los discursos posibles sobre la devastación de haberse realizado a sí misma. En ‘Bajo el alfeizar de todas esas ventanas…’( 31) asistimos a la contraposición de la consigna “riqueza privada, miseria pública”; mientras que ‘Hombre con móvil’(32) es la totalidad del mundo humano la que se propaga en “banquete simultaneo y efímero”, con cambios de registro instantáneos que pueden ir desde el suceso cotidiano, “mi hijo repite tobogán”, hasta la certeza de formar parte del engranaje del universo por medio de la especie: “Me propago…Este polen de mí, que centellea, me interrumpe, parte.”
El esquema de la construcción de la vida corre paralelo al de la construcción del poema, habrá que hacerse un dobladillo para estirones impremeditados. En ‘Boda en Toulouse’ (35) se aparean en la mesa de operaciones sentencias y recomendaciones harto disímiles a una vida matrimonial.
La tercera parte (III) pudiera ser una síntesis entre la vorágine colectivo-pública y la vuelta a las andanzas propias retomadas en la segunda, no en vano el primer poema versa sobre lo que concierne, sobre lo que atañe y que se considera que es algo más que una vida pegada a la televisión o a la mesa de ordenador; un aprecio por el público sector. Lo que concierne saldrá al paso en cada una de las decisiones íntimas, como condicionante y en lo que conlleve la acción. Un viaje de bodas a Haití por ejemplo carece de certificado de experiencia, de posibilidad de duelo, de vivencia pura. ¿Son el turismo o la vida en la maleza de los fantasmas un compromiso entre la obra maestra de la vida privada y la consideración por lo totalmente otro o son dos disfraces de la otredad otra, de la impostura?
‘Suites ticas’ (46), ‘Fábula del resort’, (47) ‘Sobre el volcán’(48) ‘Economía del paraíso’(49) y ‘Por regreso valija’ (50) abordan el asunto de los viajes turísticos y sus descubrimientos, modos de vida y velocidades de escape de la vida; la ‘poesía salvaje’ de los nativos, el rondar de la muerte como algo propio de la vida. En casa la muerte interrumpe “…sopraneábamos la vida, al fin privada obra maestra”. Allí, sobre el volcán, parece que se desate la lengua de Vallejo: “Quién no queda abrasado, por fuera, por dentro. Sin ruido ni / lava los gases de las orquídeas que habían salido a buscar”. Allá la muerte acaece, no siendo ya eso otro, eso totalmente otro. Algo nuevo ha traído ese viaje, una concepción austera de la paz, la consideración del lenguaje como insuficiencia para abarcar el ancho mar. “Y, toda la belleza lesiva de este país –cae sobre el turista como piano en mala mudanza-, pixelada,”. Es verdad algo ha cambiado en la forma de almacenar la mala conciencia, pero cómo llegaría esta a la vida real.
Siguen luego poemas confesionales del significado del amor, del deseo, las renuncias y las penurias para tener hijos. Son significativos los títulos: ’La leche’ (54), ‘Anunciación’ (56), ‘In vitro’ (57), ‘Niño soñado’ (58), ’Perineo y embargo’ (59) y’ Embrión’ (61). En estos poemas el collage de los párrafos desliza continuamente el sentido entre las frases, es como un surfeo por el mar de la sintaxis sin que supiéramos quién o qué hubiera debajo. La anunciación es la del hijo, de ese hijo nonato pero que ya ha venido, ya ha bailando con nosotros en otros poemas del libro, ya conocemos su cascabeleo reivindicativo de manitas. En ‘Perineo y embargo’(59) el final del embarazo coincide con el embargo del piso, la técnica es la del cocktail con encabalgamientos muy bruscos que arruinan también la sintaxis, ah todo es caos, “el niño importa que venga bien”, desplazamientos de sentido cada vez más abruptos pues se apoyan en una sintaxis ya descabalada, coloquialismos y las muchas formas de decirse España.
El libro finaliza con ‘Ó 2052’. Esta falsa disyunción hace referencia al último párrafo del poemario, un párrafo de Irene Némirovski que intenta recordarnos el descabezamiento de la razón que fue la Segunda Guerra Mundial: “Tratar de introducir el máximo de cosas, de debates…que pudiera interesar a la gente en 1952 o 2052”. Ya este párrafo fue escrito en 1942…Anticipa así Némirovski y con ella Julieta Valero la intención de que los acontecimientos aceleren la memoria del futuro. Todas las plazas del 15M y todo el hervidero vital colectivo y familiar es orbitado a la totalidad del cosmos.
Pretenden estos poemas abordar la realidad de los años de la última crisis. La metonimia va desde lo pequeño a lo inmaterial, desde el zapato para los reyes a la tortura ortopédica del pie breve. La vida familiar que se ahorma a la ley de los tiempos contra el propio proyecto vital se manifiesta extraña; familiar pero extraña, siniestra en ocasiones: “En la gasolinera preguntamos por la forma más rápida de no llegar / a casa…”
Reaparece eso extraño en lo familiar tras una enigmática reconciliación de la pareja, para seguir con una enumeración de situaciones usurarias que jamás podríamos conceptualizar. Un minuto antes nos lo había advertido: “…como si el ser palafrenero de un sentido / al final revelado justificara esa irritación;…” Esta sentencia empotrada entre dos versos, pudiera significar que la intención de dar sentido a todo esto royendo la expresión en una causa única lleva al fracaso. Todo se confabula para que el poema tuviera con el mundo una relación más pixelada que significativa. Aún así: “La plaza / de la liberación está llena de gente que ha quedado / para hablar de sí misma”. Piedras rodantes grávidas de nuevo ser.
La ley se impondrá contra todo deseo y cambio, y simula diferencia para proseguir siendo igual; lo mismo sería si estuviésemos en 2111 ó en el 2011.