Redacción
Lunes, 21 de Marzo de 2016

Cantando la oración bajo un paraguas colectivo

El traslado procesional del Ecce Homo de Piedralba al cabildo de la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Confalón comenzó con los paraguas cerrados y finalizó con la imagen del Cristo protegida por un plástico. A los peregrinos que acompañaron a la talla en su camino hacia Astorga poco les importó la previsión meteorólogica que se cumplió, después de cinco estaciones del Vía Crucis y nada más incorporarse la procesión a la carretera LE-133.

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Y llegó el Diluvio. Por Samuel Yebra Pimentel

 

Hay tantos Ecce Homo en el mundo como hombres haya en él. Si Cristo murió y penó por cada uno de nosotros, no nos extrañe que cada cual lleve en su Semana Santa el Cristo de su dolor hasta Astorga. Los que portan el Ecce Homo de Piedralba insistían en que el tiempo meteorológico no iba con ellos. Casi ni miraron a la nube antes de salir, solamente para coger un plástico y confiaban en la providencia divina.

 

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Pero Dios no solo no juega a los dados, sino que tampoco pone a prueba a sus deudos, por eso ayer cuando la procesión del Ecce Homo descendía ya en pos de Astorga llegó el Diluvio; posaron entonces las andas sobre el suelo y cubrieron al Cristo con el plastiquito, volvieron a subírselo a hombros y continuaron cantando, como si nada, la oración bajo un paraguas colectivo milagroso.

 

 

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