Un desnudo en su regazo
No tengo suerte para el dinero, otra vez que no me toca la lotería, 3 euros perdidos. Es comprensible que en esos momentos mis pensamientos se dirigen hacia la gente rica y famosa. Porque donde haya, gotea. Me bastaría con gente que es sólo rica, para el caso, pero no están a la vista. Me queda contemplar a los ricos famosos que son deportistas y modelos, pero tratando de indagar por ahí enseguida me doy cuenta de que por ahí daría pasos en falso. Miro una foto de un deportista muy rico que está de vacaciones y salta de una roca al mar llevando consigo de la mano a un esqueleto, y en el pie de foto lo aclara todo. Es que el hombre salta al agua con su novia, una modelo de 1.80 de alto y 40 kg de peso en el aire y todavía menos en el agua. En otra página viene la foto de otro deportista millonario, guapo y caprichoso, y él también tiene a su lado una modelo rusa, y yo no voy a quitarle a una paisana mía. Por ahí ya todos tienen su modelo y dirijo mi mirada hacia algunos ‘top models’ masculinos mejor pagados del mundo. Machos alfa sin duda. Son muy buenos profesionales y exhiben su atractivo masculino con indiferente arrogancia. Los modelos son distintos, y las fotos son de diferentes años, pero la intención de las imágenes es la misma. Los hombres vestidos de Loewe, Givenchy, de Dior o de Dolce Gabbana tienen posados en sus regazos a mujeres desnudas, una sólo con zapatos de Dior, y otra sólo con collar de oro blanco con diamantes de Wilfrido Rosado. Las mujeres desnudas acopladas en los regazos de estos machos tienen actitud de unas gatitas a las que los amos les han permitido subir a sus regazos.
¿Qué nos quieren sugerir estas imágenes? Pregunto. Que en los regazos de estos hombres no pasa nada aunque ahí se pose una mujer desnuda. ¿Serían estos hombres y sus regazos poco generosos, y de ahí no puede gotear nada?
Dirijo mis pensamientos hacia gente solamente rica. Pero estos enseguida se hacen famosos cuando atrapan en su bolsillo a una modelo que quiere que le de vueltas por el mundo sacándola de su escondite. Por lo visto si no eres una modelo, no hay modo de arrimarse a uno de estos goteos. Es posible que el dinero esté más allá de mi alcance en virtud de mis limitaciones intrínsecas. Pero la voluntad humana en creer es inagotable, y la mía también. Me llega un soplo de que hay gente que gana mucho dinero creando tendencias. ¿Pero dónde y qué tendencias puedo crear yo? En Brimeda todo ya estaba creado cuando vine yo y decido ir a Astorga para ver cómo iba por ahí la ‘Glamour street fashion’ y que tendencias puedo crear yo, y si hay un dominio ahí por registrar. Alomejor encuentro por ahí alguna ‘It girl’ que me pueda guiar en ‘Street style’.
Pero el problema me desborda, me falta experiencia, contactos y herramientas. Pero para aprovechar ya mi salida de casa a Astorga, y gasto de gasolina; todo hay que decirlo; voy al cine Velasco para la sesión 17.30 que es muy buena para mayores y niños, y a ver si por ahí se crea tendencia. Las salas actuales de cines modernos cómodos y con palomitas tienen un sonido raro, se oye bien, pero no se entienden las palabras. Vi la película pero no entendí por qué pasaron esas cosas en ella. Un detalle muy ‘it’ fue que el acomodador me acercó mi andador hasta la butaca cuando se acabó la película. Este ‘lindo gesto’ me animó a ir al bar Correos para tomar chocolate con churros por tradición, no para crear tendencia. El bar, un domingo por la tarde está lleno de mujeres de mi edad, de entre 60 y 80 años. Todos ‘It girl’. Y hay sólo dos hombres. Y ...¿Dónde se esconden los hombres? ¡Eh, eh! ¿Dónde estáis? Parece que mi ‘cruising’ por Astorga llegó a su fin y vuelvo a casa con un vacío y una tristeza dentro de mí. Pero en mi casa tengo un ensayo de Thomas Nagel, ‘La mente y el cosmos’ que afinará algo mi cerebro, y hasta a lo mejor me permitirá hacer alguna pregunta provocativa al profesor Tello después de alguna de sus conferencias de verano.
No tengo suerte para el dinero, otra vez que no me toca la lotería, 3 euros perdidos. Es comprensible que en esos momentos mis pensamientos se dirigen hacia la gente rica y famosa. Porque donde haya, gotea. Me bastaría con gente que es sólo rica, para el caso, pero no están a la vista. Me queda contemplar a los ricos famosos que son deportistas y modelos, pero tratando de indagar por ahí enseguida me doy cuenta de que por ahí daría pasos en falso. Miro una foto de un deportista muy rico que está de vacaciones y salta de una roca al mar llevando consigo de la mano a un esqueleto, y en el pie de foto lo aclara todo. Es que el hombre salta al agua con su novia, una modelo de 1.80 de alto y 40 kg de peso en el aire y todavía menos en el agua. En otra página viene la foto de otro deportista millonario, guapo y caprichoso, y él también tiene a su lado una modelo rusa, y yo no voy a quitarle a una paisana mía. Por ahí ya todos tienen su modelo y dirijo mi mirada hacia algunos ‘top models’ masculinos mejor pagados del mundo. Machos alfa sin duda. Son muy buenos profesionales y exhiben su atractivo masculino con indiferente arrogancia. Los modelos son distintos, y las fotos son de diferentes años, pero la intención de las imágenes es la misma. Los hombres vestidos de Loewe, Givenchy, de Dior o de Dolce Gabbana tienen posados en sus regazos a mujeres desnudas, una sólo con zapatos de Dior, y otra sólo con collar de oro blanco con diamantes de Wilfrido Rosado. Las mujeres desnudas acopladas en los regazos de estos machos tienen actitud de unas gatitas a las que los amos les han permitido subir a sus regazos.
¿Qué nos quieren sugerir estas imágenes? Pregunto. Que en los regazos de estos hombres no pasa nada aunque ahí se pose una mujer desnuda. ¿Serían estos hombres y sus regazos poco generosos, y de ahí no puede gotear nada?
Dirijo mis pensamientos hacia gente solamente rica. Pero estos enseguida se hacen famosos cuando atrapan en su bolsillo a una modelo que quiere que le de vueltas por el mundo sacándola de su escondite. Por lo visto si no eres una modelo, no hay modo de arrimarse a uno de estos goteos. Es posible que el dinero esté más allá de mi alcance en virtud de mis limitaciones intrínsecas. Pero la voluntad humana en creer es inagotable, y la mía también. Me llega un soplo de que hay gente que gana mucho dinero creando tendencias. ¿Pero dónde y qué tendencias puedo crear yo? En Brimeda todo ya estaba creado cuando vine yo y decido ir a Astorga para ver cómo iba por ahí la ‘Glamour street fashion’ y que tendencias puedo crear yo, y si hay un dominio ahí por registrar. Alomejor encuentro por ahí alguna ‘It girl’ que me pueda guiar en ‘Street style’.
Pero el problema me desborda, me falta experiencia, contactos y herramientas. Pero para aprovechar ya mi salida de casa a Astorga, y gasto de gasolina; todo hay que decirlo; voy al cine Velasco para la sesión 17.30 que es muy buena para mayores y niños, y a ver si por ahí se crea tendencia. Las salas actuales de cines modernos cómodos y con palomitas tienen un sonido raro, se oye bien, pero no se entienden las palabras. Vi la película pero no entendí por qué pasaron esas cosas en ella. Un detalle muy ‘it’ fue que el acomodador me acercó mi andador hasta la butaca cuando se acabó la película. Este ‘lindo gesto’ me animó a ir al bar Correos para tomar chocolate con churros por tradición, no para crear tendencia. El bar, un domingo por la tarde está lleno de mujeres de mi edad, de entre 60 y 80 años. Todos ‘It girl’. Y hay sólo dos hombres. Y ...¿Dónde se esconden los hombres? ¡Eh, eh! ¿Dónde estáis? Parece que mi ‘cruising’ por Astorga llegó a su fin y vuelvo a casa con un vacío y una tristeza dentro de mí. Pero en mi casa tengo un ensayo de Thomas Nagel, ‘La mente y el cosmos’ que afinará algo mi cerebro, y hasta a lo mejor me permitirá hacer alguna pregunta provocativa al profesor Tello después de alguna de sus conferencias de verano.




