Desnudito y coleando
La verdad es la verdad, la diga Agamenón o la diga su porquero.
El Porquero: -No estoy de acuerdo.
Las mayorías absolutas no suelen ser democráticas en su ejercicio. Poseen eso sí ‘legitimidad de origen’, poca cosa cuando se obstinan en desvirtuar el sentido para el que fueron elegidas. El sentido es la búsqueda de la verdad. Pero la verdad solo se alcanza si las perspectivas que la iluminan son consideradas con absoluta seriedad, si se las promueve en la liza, lo cual es algo más que hacer cuenta de que se oye.
En ‘el Show de Truman’ la realidad que aparece al rasgar el telón resulta inasumible, de pronto Truman tiene miedo a la libertad.
Nada nuevo bajo el sol, platónico o satánico. Entonces lo mejor es proclamar como verdad el estatuto y si no fuera creíble, se diluye la separación de poderes. Se practica el ‘como si’, el gran cambiazo, el disimulo, el consenso por decreto; toda una aurora de valores, vamos.
Algunos medios de comunicación se zambullen y promueven la farsa, vocean esa verdad, la única y amarga dicen. Son palabra ventrílocua y titiritera que inscribe los estatutos y garabatea los nombres de los elegidos, en acciones que se les presentan ecuánimes y propias: La impudicia total.
Aquí se fabrican estos consensos, esas verdades del miedo. ¿Pero miedo a qué?:
A que esa especie de ‘conchabeo’ se difunda y reconociésemos la vocecilla de atrás de la proclama: “Guerra es Paz, Libertad es Esclavitud, Ignorancia es Fuerza.”
No cabe duda que el rey ya está desnudito y coleando.
Agamenón: -No estoy de acuerdo
La verdad es la verdad, la diga Agamenón o la diga su porquero.
El Porquero: -No estoy de acuerdo.
Las mayorías absolutas no suelen ser democráticas en su ejercicio. Poseen eso sí ‘legitimidad de origen’, poca cosa cuando se obstinan en desvirtuar el sentido para el que fueron elegidas. El sentido es la búsqueda de la verdad. Pero la verdad solo se alcanza si las perspectivas que la iluminan son consideradas con absoluta seriedad, si se las promueve en la liza, lo cual es algo más que hacer cuenta de que se oye.
En ‘el Show de Truman’ la realidad que aparece al rasgar el telón resulta inasumible, de pronto Truman tiene miedo a la libertad.
Nada nuevo bajo el sol, platónico o satánico. Entonces lo mejor es proclamar como verdad el estatuto y si no fuera creíble, se diluye la separación de poderes. Se practica el ‘como si’, el gran cambiazo, el disimulo, el consenso por decreto; toda una aurora de valores, vamos.
Algunos medios de comunicación se zambullen y promueven la farsa, vocean esa verdad, la única y amarga dicen. Son palabra ventrílocua y titiritera que inscribe los estatutos y garabatea los nombres de los elegidos, en acciones que se les presentan ecuánimes y propias: La impudicia total.
Aquí se fabrican estos consensos, esas verdades del miedo. ¿Pero miedo a qué?:
A que esa especie de ‘conchabeo’ se difunda y reconociésemos la vocecilla de atrás de la proclama: “Guerra es Paz, Libertad es Esclavitud, Ignorancia es Fuerza.”
No cabe duda que el rey ya está desnudito y coleando.
Agamenón: -No estoy de acuerdo




