Roberto Castrillo Soto *
Sábado, 04 de Mayo de 2013

En memoria de Vicente Nieto: Fotógrafo


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El pasado 25 de abril fallecía en Madrid a los 99 años de edad Vicente Nieto Canedo, fotógrafo. El descubrimiento de su obra ha sido tardío, cuatro décadas después de abandonar la práctica de la fotografía. Una demora que no ha hecho sino incrementar el asombro y la admiración colectivas experimentadas hacia una obra convertida ya en imprescindible dentro de la fotografía española del tercio central del siglo XX. Si bien desde el año 2002 su obra fue expuesta en diversas muestras retrospectivas organizadas por la Agrupación Fotográfica de Guadalajara, la Real Sociedad Fotográfica o el Instituto de Estudios Bercianos, será desde 2010 cuando la obra de Vicente Nieto se sitúe en un lugar preferente dentro del panorama histórico-artístico español. Es en este año cuando el autor dona al Ministerio de Cultura su excepcional archivo fotográfico (unos 5.000 negativos custodiados en la actualidad en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca) para su digitalización, conservación, estudio y difusión. Igualmente desde el Ministerio de Cultura se patrocinó una gran exposición antológica itinerante acompañada por un catálogo crítico diseñados a partir de un proyecto comisariado por el fotógrafo Amando Casado, a cuya impagable e incansable labor se debe gran parte del proceso de revalorización de la obra de Vicente Nieto. Como parte de dicho proyecto se incluía además un documental cinematográfico dirigido por el artista astorgano Jesús Palmero.


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El conjunto de la obra fotográfica de Vicente Nieto Canedo constituye un recorrido visual de extraordinario valor artístico e histórico por tres décadas cruciales y traumáticas de la historia española del siglo XX, desde 1936 hasta 1966, año en el que las circunstancias laborales le obligan a abandonar definitivamente la práctica de la fotografía. Nacido en Ponferrada en junio de 1913, se traslada a vivir a Madrid en 1928 donde adquiere en 1933 su primera cámara fotográfica, una Kodak Baby Brownie con la que desarrolla sus primeras experiencias fotográficas, siendo especialmente significativo el conjunto formado por las imágenes tomadas durante la Guerra Civil. Alistado como voluntario en las milicias republicanas comienza a fotografiar la vida cotidiana de las tropas. Los motivos retratados están lejos de representar explícitamente el dramatismo del conflicto bélico o los comportamientos heroicos de los soldados. Al contrario, el autor muestra un escenario paradójico en el que lo real reside en la precariedad de recursos y la simplicidad a menudo pintoresca de la vida diaria, mientras que las escenas bélicas se convierten en ficticias puestas en escena. Así, aun desde una práctica de la fotografía carente de conocimientos técnicos, Vicente Nieto inicia una trayectoria creativa encaminada a descubrir las posibilidades expresivas del medio fotográfico para convertir la realidad más inmediata en imágenes significativas.


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Los años cincuenta supusieron un punto de inflexión decisivo para la obra de Vicente Nieto. En 1955 ingresa en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, para la que dirigirá en boletín mensual entre 1958 y 1964, y al año siguiente adquiere una cámara profesional Rolleiflex, instalando además un laboratorio de fotografía en su vivienda. Es por tanto desde estos años centrales de la década de los cincuenta hasta 1966 cuando Vicente Nieto desarrolla la parte más intensa y fructífera de su trabajo fotográfico. El medio rural y sus habitantes se convertirán en protagonistas de buena parte de su obra, retratados habitualmente en el transcurso de las excursiones organizadas por la Real Sociedad Fotográfica a localidades próximas a Madrid, aunque también retratará escenarios y personajes urbanos. Sus obras transmiten una intensa veracidad, obtenida a partir de la intención del autor de emplear las posibilidades expresivas del medio fotográfico para acentuar los elementos significativos de la realidad. La acción de la luz sobre los objetos, los desenfocados, la presencia del fuera de campo o la múltiple direccionalidad de las composiciones espaciales son recursos mediante los que Vicente Nieto trasciende el carácter costumbrista de los estereotipos humanos y paisajísticos. Aquí reside su fuerza expresiva y su honestidad visual.


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Su fallecimiento devuelve su legado a la actualidad, a la que pertenecerá ya de forma perpetua. Vicente Nieto se definía como un aficionado a la fotografía, a la que se dedicaba por vocación y pasión. Pero su obra lo ha convertido en fotógrafo. En la sencillez de su mirada se deposita la grandeza del resultado: intenso y emocional pero también depurado, sincero y complejo. Sus fotografías muestran la universalidad de la imagen y la dignidad humana. Pero también documentan y testimonian una época de la Historia de España en cuyo marco adquieren su sentido preciso.


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*Profesor de Historia del Arte de la Universidad de León y Crítico de Arte


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