Qué alguien me lo explique
Que alguien me explique la maldad de las personas. Que alguien me explique eso de que algunas personas tengan que encerrarse por el miedo a no ser aceptadas por el mero hecho de ser diferentes. Que alguien me explique porque sólo aquellos que no se escapan de lo convencional son los que pueden vivir en paz. Que alguien me explique por qué algunas personas tienen que soportar humillaciones, vejaciones y hasta en ocasiones lesiones por su condición sexual. Que alguien me explique por qué tenemos que dar explicaciones de nuestros gustos, de nuestra manera de dar y recibir amor, cuando lo importante es darlo, sea quien sea el 'a quién'. Que alguien me explique aquello de la libertad, aquello de ser libres de querer a quien se quiera.
Que alguien me explique qué puede ocurrir para que alguien decida maltratar a la persona que un día decidió tener a su lado. Que alguien me explique cómo puede ser posible que personas que en su día decidieron quererse hoy se golpeen hasta doler. Que alguien me explique que se siente o que es lo que se deja de sentir, porque por más que intento, no puedo explicármelo. Que alguien me explique qué tiene que pasar para que te obsesiones así con una persona, para que la obligues a hacer lo que tú gustes, para que no la dejes, ni siquiera, decidir por sí misma. Que alguien me explique cómo se puede contar algo así, cómo se puede afrontar y, lo más importante de todo, cómo se puede superar. Que alguien me explique cómo alguien puede saber lo que es quererse, si ni siquiera lo sabe sentir por los demás. Que alguien me explique la fórmula para curar esas heridas del corazón.
Que alguien me explique el terror, el dolor o la angustia por la que tienen que pasar miles de personas a lo largo de sus vidas porque otras deciden llevar al extremo sus deseos. Que alguien me explique el sentido de las guerras, el valor de las palabras y la importancia de cumplir los compromisos que un día nos hicimos. Que alguien me explique, si es que aún queda algo de poso, de las definiciones de confianza y esperanza. Que alguien me explique esta desorbitada incoherencia. Que alguien me explique el porqué de la violencia y el rencor que nos tiene guardado la propia naturaleza. Que alguien me explique donde están las buenas creencias, los buenos negocios, las buenas ideas.
Que alguien me explique la impotencia de no poder ayudar, de no tener un poder divino capaz de dar soluciones a cada una de las injusticias de este lugar al que llamamos mundo. Que alguien me explique las enfermedades y sus 'sin cura', los delitos y su impunidad y las vidas sin vitalidad. Que alguien me explique a dónde se va para curar esas heridas donde los médicos no llegan. Que alguien me explique eso de no soñar, de no cuidar a los demás, de envidiar y de querer controlar de más. Que alguien me explique esa obsesión por el poder, cuando lo más importante siempre ha sido el querer. ¿Somos tan pocos los que lo podemos ver?
Que alguien me explique aquello de predicar con el ejemplo, y que hace tanto tiempo que no veo.
Que alguien me explique la maldad de las personas. Que alguien me explique eso de que algunas personas tengan que encerrarse por el miedo a no ser aceptadas por el mero hecho de ser diferentes. Que alguien me explique porque sólo aquellos que no se escapan de lo convencional son los que pueden vivir en paz. Que alguien me explique por qué algunas personas tienen que soportar humillaciones, vejaciones y hasta en ocasiones lesiones por su condición sexual. Que alguien me explique por qué tenemos que dar explicaciones de nuestros gustos, de nuestra manera de dar y recibir amor, cuando lo importante es darlo, sea quien sea el 'a quién'. Que alguien me explique aquello de la libertad, aquello de ser libres de querer a quien se quiera.
Que alguien me explique qué puede ocurrir para que alguien decida maltratar a la persona que un día decidió tener a su lado. Que alguien me explique cómo puede ser posible que personas que en su día decidieron quererse hoy se golpeen hasta doler. Que alguien me explique que se siente o que es lo que se deja de sentir, porque por más que intento, no puedo explicármelo. Que alguien me explique qué tiene que pasar para que te obsesiones así con una persona, para que la obligues a hacer lo que tú gustes, para que no la dejes, ni siquiera, decidir por sí misma. Que alguien me explique cómo se puede contar algo así, cómo se puede afrontar y, lo más importante de todo, cómo se puede superar. Que alguien me explique cómo alguien puede saber lo que es quererse, si ni siquiera lo sabe sentir por los demás. Que alguien me explique la fórmula para curar esas heridas del corazón.
Que alguien me explique el terror, el dolor o la angustia por la que tienen que pasar miles de personas a lo largo de sus vidas porque otras deciden llevar al extremo sus deseos. Que alguien me explique el sentido de las guerras, el valor de las palabras y la importancia de cumplir los compromisos que un día nos hicimos. Que alguien me explique, si es que aún queda algo de poso, de las definiciones de confianza y esperanza. Que alguien me explique esta desorbitada incoherencia. Que alguien me explique el porqué de la violencia y el rencor que nos tiene guardado la propia naturaleza. Que alguien me explique donde están las buenas creencias, los buenos negocios, las buenas ideas.
Que alguien me explique la impotencia de no poder ayudar, de no tener un poder divino capaz de dar soluciones a cada una de las injusticias de este lugar al que llamamos mundo. Que alguien me explique las enfermedades y sus 'sin cura', los delitos y su impunidad y las vidas sin vitalidad. Que alguien me explique a dónde se va para curar esas heridas donde los médicos no llegan. Que alguien me explique eso de no soñar, de no cuidar a los demás, de envidiar y de querer controlar de más. Que alguien me explique esa obsesión por el poder, cuando lo más importante siempre ha sido el querer. ¿Somos tan pocos los que lo podemos ver?
Que alguien me explique aquello de predicar con el ejemplo, y que hace tanto tiempo que no veo.




