El Premio de Periodismo 'Maite Almanza'
Si toda exclusividad es excluyente, aquellas exclusivas que provienen de la preferencia de una institución sobre un medio de comunicación van contra la libre competencia y dificulta por ello el acceso de los lectores a una prensa libre.
El Ayuntamiento de Astorga viene haciendo uso preferencial, casi exclusivo cuando se trata de información jugosa con un ‘medio afecto', un ‘mass media’, que dicho amablemente le corresponde hasta la adulación. El cambalache está servido, las diferencias en las facturaciones también. Esta deferencia o exclusividad desemboca por el momento en la última concesión del ‘Premio de Periodismo Maite Almanza’.
Ya en la propia convocatoria se advierte que el citado premio se ha convertido en un destino. Se dice expresamente que “el jurado podrá a su vez presentar candidatos a cualquiera de las dos categorías de estos premios”. ¿A qué seguir? En estas condiciones el jurado puede llevar el premio en cartera y daría lo mismo de qué fuera, si de periodismo, de poesía o de teatro. De esto último es de lo que habrá de ir desde ahora este concurso, de lo trágico, de lo sin remedio, de lo que te venga en las suertes.
Ya se percibe que este galardón va hacia un destino fuerte, ineludible, como cuando la Moira comandaba sobre los propios dioses. Al menos para que te llegara a tocar la lotería tendrías que haber comprado un número. Pero en el 'Maite Almanza' el numerito puede ya acaecer inesperadamente. Como con la lotería de Babilonia o en la tragedia griega, el ‘Maite Almanza’ podrá tocarte contra toda esperanza. Sin haberte presentado ni contado con tu autorización. Con tan solo quedarte quieto, expectante, tal vez haber escrito un articulillo, tal vez en fina alusión a Astorga.
Si toda exclusividad es excluyente, aquellas exclusivas que provienen de la preferencia de una institución sobre un medio de comunicación van contra la libre competencia y dificulta por ello el acceso de los lectores a una prensa libre.
El Ayuntamiento de Astorga viene haciendo uso preferencial, casi exclusivo cuando se trata de información jugosa con un ‘medio afecto', un ‘mass media’, que dicho amablemente le corresponde hasta la adulación. El cambalache está servido, las diferencias en las facturaciones también. Esta deferencia o exclusividad desemboca por el momento en la última concesión del ‘Premio de Periodismo Maite Almanza’.
Ya en la propia convocatoria se advierte que el citado premio se ha convertido en un destino. Se dice expresamente que “el jurado podrá a su vez presentar candidatos a cualquiera de las dos categorías de estos premios”. ¿A qué seguir? En estas condiciones el jurado puede llevar el premio en cartera y daría lo mismo de qué fuera, si de periodismo, de poesía o de teatro. De esto último es de lo que habrá de ir desde ahora este concurso, de lo trágico, de lo sin remedio, de lo que te venga en las suertes.
Ya se percibe que este galardón va hacia un destino fuerte, ineludible, como cuando la Moira comandaba sobre los propios dioses. Al menos para que te llegara a tocar la lotería tendrías que haber comprado un número. Pero en el 'Maite Almanza' el numerito puede ya acaecer inesperadamente. Como con la lotería de Babilonia o en la tragedia griega, el ‘Maite Almanza’ podrá tocarte contra toda esperanza. Sin haberte presentado ni contado con tu autorización. Con tan solo quedarte quieto, expectante, tal vez haber escrito un articulillo, tal vez en fina alusión a Astorga.




