Eloy Rubio Carro
Sábado, 09 de Julio de 2016
ENTREVISTA/ Luis Eduardo Aute

"El coautor de todas mis canciones, de todo lo que hago es el azar"

Luis Eduardo Aute pasó por Astorga en julio de 2016 de la mano de Instituto Leonés de Cultura. Leyó una selección de sus poemas casi sin levantar cabeza, continuó con algunos de sus acerbos poemigas, dando ya manotadas en el aire y terminó cantando unas pocas y breves canciones que de seguir hubieran levantado al público que abarrotaba el patio de butacas.

Rescatamos esta entrevista realizada por Astorga Redacción el 9 de julio de 2016, para recordar su muerte en este 4 de abril de 2020. Que la tierra le sea leve.

 

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Eloy Rubio Carro:  Es su película de animación ‘El niño y el basilisco’ un intento de anular la distancia que pone el tiempo, ¿Quizás para enmendarlo?  ¿Resucitarse como padre de sí mismo es hacerse a sí mismo como hijo?


Luis Eduardo Aute: Creo que eso es ir más allá de lo que pretendía, la cosa fue más simple, la consecuencia de dos fotos que azarosamente se juntan en el tiempo, me encontré con esa imagen…Mi hijo y mi hija juntaron las dos fotos como regalo de cumpleaños y cuando vi ese encuentro absolutamente imposible de los sucesos de las dos fotos... (Una de niño en Filipinas mirando el mar junto a su padre y la otra ya de adulto, otra vez mirando al mar en el malecón de la Habana).


Todos habremos pensado alguna vez en la vida lo qué sucedería si pudiéramos encontrarnos con nosotros mismos, con el niño que fuimos. Hasta ahí llega mi pregunta, pero tampoco sé lo que sucedería, supongo que el niño al ver a ese señor ahí pensaría: yo jamás voy a ser ese monstruo, y el monstruo supongo que vería que ha ido matando poco a poco a ese niño para sobrevivir .No veo más allá…

 

 

Pero  al leer algunos de sus poemas aparece la idea de hacerse a sí mismo al gusto propio. ¿Es esto una constante de sus escritos o acaso de su vida?


Yo supongo que sí. Es importante en la vida tener una visión propia, un criterio propio sobre la realidad de la existencia de uno mismo y de la existencia de todos los demás.


Tener curiosidad y reflexionar sobre este azaroso e involuntario encuentro que es haber caído aquí sin haberlo pedido y sin saber por qué ni para qué y encontrándote con una serie de obligaciones, una de las cuales es intentar ser feliz. Pero luego todo esto se acaba y no se sabe lo que viene después. Yo creo que es un motivo más que dramático por curiosear y reflexionar y hacerse preguntas al respecto y tener una visión propia sobre esa realidad o esa irrealidad, que yo ya no sé muy bien lo que es…

 

 

Si como dice: los que escriben, los que pintan, los que danzan son de los pocos que quieren conservar al niño que también son, ¿qué pasa con usted que practica todas esas vías que sirven para mantener con vida el espíritu de la infancia?


Yo intento contar cosas y expresar cosas a través de distintos procedimientos, también por curiosidad, por conocer otras herramientas, otros lenguajes. Lo que tiene valor es que haya algo que contar y tal vez ese jugar con lenguajes distintos, con juguetes distintos, los juguetes entre comillas, para poder hacerse preguntas, contar cosas, reflexionar y manifestar emociones creo que se parece mucho a esa curiosidad que pueda tener el niño. Yo creo que el artista es alguien que quiere seguir jugando, que quiere seguir creando imágenes, seguir destripando el oso para reconstruirlo después o ver que es lo que hay dentro y seguir jugando. Curiosamente los artistas entre más longevos recuperan una perspectiva mucho más inocente, mucho más blanca, mucho más próxima a la mirada del niño.

 

 

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En ‘Intemperie’ nos hace recordar aquella cosa ‘camusiana’ de la búsqueda del sentido de la vida es lo que daría sentido a la vida ¿Es todo lo que nos cabe esperar?


Buena pregunta, lo que no tiene justificación ninguna es no intentar esa búsqueda, por lo menos intentarlo, aunque con toda seguridad las respuestas no existan. Esa búsqueda, la búsqueda es lo que puede dar sentido a la vida. No sé si hay algo que encontrar o no; pero lo que no entendería de ninguna manera es no buscar.

 

 

Sí, pero yo tengo la impresión de que usted tiene claro en muchos momentos que tampoco parece que haya nada que encontrar.


Tal vez lo que haya que encontrar es la propia búsqueda, tal vez Dios esté buscándose a sí mismo, vaya usted a saber, ¿no?

 

 

Por mucho tiempo se consideró a sí mismo un pintor que a veces hacía canciones. Ya en marzo de 1968, al poco de haber publicado su primer disco con letras como ‘Rosas en el mar’ o ‘Aleluya nº 1’, quiso alejarse de la canción. Luego volverá a cantar pero con unas exigencias de libertad absoluta sobre la compañía discográfica cuyo productor era José Manuel Caballero Bonald ¿De qué estaba usted a estas altura desencantado, casi antes de haber cantado nada? Pero sobre todo en su caso ¿Cómo resolvió su querencia de ser pintor contra o con la conciencia de todo un país que quería que usted fuese ese cantautor que ya era?


Nunca jamás me vi, ni me sigo viendo, como músico y mucho menos encima de un escenario. Muchas veces me pregunto a mí mismo qué hago en un escenario cuando a mí lo que me gustaría es estar al otro lado; aunque si me guste estar entre bastidores. Lo de estar aquí subido exponiéndome ante los demás no es nada que me complazca. Nunca pensé que iba a encontrarme en esta situación.


Lo que me hizo que me desligara de la industria discográfica tras esos primeros discos, fue el éxito abrumador que tuvieron esas canciones. Yo me encontraba en mi estudio, encerrado, preparando exposiciones y de repente caí en la provocación de grabar esas canciones pensando en que no iba a pasar nada y resulta que fueron un éxito mundial, sobre todo ‘Aleluya nº1’ de la que se hicieron versiones en todas partes. Y todo eso me abrumó, me descolocó y pensé que lo mejor era apartarme de todo ello, poner un poco de distancia y ver si iba a seguir por ahí o iba a seguir trabajando en mi taller de pintura. Y así estuve cinco años. Y no decidí nada, seguí escribiendo canciones, seguí escribiendo poemas, seguí pintando y hice unos coqueteos en el cine como ‘cortometrajista’ y en esas sigo.

 

 

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Cuenta que su canción ‘Al alba’ nace como una canción de amor, de despedida, en un espantoso clima de condenas a la pena de muerte, sin pretensión alguna de su parte de que fuera una canción de combate. Cuando Rosa León estrena la canción, al poco se producen los últimos fusilamientos del franquismo. Rosa se da cuenta de que la canción evocaba espontáneamente esa situación y se la dedica a los condenados. Antes veíamos que su deseo de ser pintor se  le volvía esquivo a causa del reconocimiento público de que usted era un cantor, ahora se le rebelan los sentidos de sus letras en contra de su original intención. ¿Ha sido así de ‘sisifiano’ todo su recorrido vital?


Yo lo que quería por encima de todo era pintar y me interesaba mucho el cine, uno de los medios de expresión para mí más completos, pues hace síntesis de la novela, de la imagen, de la pintura, la música, el teatro; reúne todas esas artes, y esa posibilidad de trabajar en un lenguaje que reuniera todos los otros que para mí eran muy provocadores, me empujaba a esa decisión.


 Pero al poco tiempo fui descubriendo que la vida es una sucesión de azares y que uno pretende una cosa y resulta que la realidad  te obliga en ocasiones a lo contrario. En ese sentido, me dije: vamos a dejar que el azar colabore conmigo. Siempre digo que el coautor de todas mis canciones, de todo lo que hago es el azar, y cada vez más me dejo llevar por las circunstancias, por lo que esté sucediendo en esa etapa de mi vida.

 

 

Ha escrito tres libros de poesía, alguno de ellos como el caso de ‘Sarcófago’ lo ha convertido en disco. ¿Qué vínculos aparte de usted mismo se encuentran entre su poesía  y las letras de sus canciones? ¿Hay algo cualitativamente diferente?


Los árboles aquí no dejan ver el bosque y me siento incapaz de ver que puede haber de común entre lo que expreso en un medio o en el otro. No lo sé, yo supongo que sí porque la vena sale del mismo sitio y alguna inquietud común habrá.  Cuando me hacen esta pregunta suelo contestar que seguramente lo que reúne el motivo o el argumento de todo lo que pueda motivar esta indagación a través de lenguajes distintos es para mí el ser humano, el ser humano me parece que es un motivo más que suficiente para reflexionar sobre su razón de ser. De qué se trata esto de ser humanos…

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